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La remodelación integral de mi esposa
Escrito por trascaman

Rebeca era una mujer hermosa cuando la conocí, metro setenta de estatura, unos pechos modestos pero bien posicionados, caderas anchas y un culo respingón de esos que hacen que te rompas el cuello cuando pasa por la calle con unos jeans bien ajustados. Todo lo digo en pasado porque desde que nos casamos empezó a dejarse de manera preocupante. Alegando que el trabajo la dejaba exhausta abandonó su rutina de gimnasio y para colmo empezó a cogerle el gusto a la comida basura. No me mal interpreten, no soy una persona tan superficial pero el hecho de que ella misma advirtiese su deterioro físico también afecto a su carácter. Antaño era una mujer risueña y detallista pero eso acabó, ahora es más bien un ogro malhumorado que solo vive para ella, además en su cabeza todo esto es por mi culpa por lo que me convertí rápidamente en el foco de toda su ira. La idea de divorciarme de ella paso por mi mente en repetidas ocasiones pero algo en mi se resistía a hacerlo. Supongo que en el fondo todavía la quería. El destino quiso que en una de mis travesías navegando por la red encontré algo que pensé que sería una solución ideal para mi mujer. El nombre no era de lo más atractivo “granja retiro espiritual para mujeres que quieren cambiar su vida”. Sin dudarlo llamé para preguntar en profundidad sobre ese retiro espiritual que ofertaban. La mujer que me atendió era extremadamente dulce pero todas sus respuestas eran extrañamente crípticas, más bien se diría que era ella la que me estaba preguntando a mí. Me preguntó por el estado físico de mi mujer, nuestra actividad sexual, que como imaginareis era más bien nula, por mi solvencia económica y luego empezó a preguntarme por mis preferencias sexuales, algo que a decir verdad me sorprendió un poco. Las preguntas iban enfocadas a cosas como qué tipo de pechos me gustaban, cintura, color de pelo, si prefería mujeres delgadas, rellenitas o incuso que tipo de carácter busco en una mujer. Después del largo interrogatorio la mujer al otro lado del teléfono me pidió mi dirección de email y me colgó justo después de decirme que me llegaría un presupuesto en breve. Alucinando un poco decidí no darle más vueltas y dedicar mi mente a otra cosa que no fuese ver a mi mujer sentada en el sofá atiborrándose de helado.

Dos días más tarde y cuando ya apenas recordaba la extraña conversación telefónica llegó un mail a mi buzón con el asunto, presupuesto Rebeca y un adjunto en pdf. El cuerpo del email me indicaba que tras la evaluación por los especialistas del centro, Rebeca había sido admitida y que si yo estaba de acuerdo con el presupuesto no dudase en contactarles. Lo que había en el adjunto me dejo sin palabras. Un presupuesto detallado por partidas con nombres tan extraños como reacondicionamiento físico, arte corporal, borrado e inducción de carácter y un largo etc. Pero lo que me hizo alucinar más fue el precio final de 40.000 euros. Sin mucho ánimo les contesté un escueto, gracias por el presupuesto, y que creía que el precio era una auténtica barbaridad para un retiro espiritual.

El sábado siguiente estaba con Rebeca en el coche de camino a la granja retiro espiritual. En el maletero como único equipaje para mi mujer llevaba una pequeña bolsita. Os detallo esto básicamente porque su estancia en la granja sería de un mínimo de tres meses. Según me dijeron todo lo que mi mujer iba a necesitar se lo iba a proporcionar el equipo de la granja. Lo cual me pareció perfecto ya que tras pagar 40.000 machacantes lo último que quería era gastos extras. ¡Vaya! Casi me olvido. Supongo que os preguntaréis que cojones hacía en el coche con mi mujer rumbo a la granja tras mi último email. Pues la respuesta está en el siguiente email que me enviaron donde me preguntaron en cuanto valoraba mi matrimonio. La frase que más me impactó fue cuando me dijeron si me parecería caro ese precio para una reforma completa de mi casa ya que eso es lo que iba a notar en mi esposa a su retorno. Una reforma total.

Convencer a Rebeca de que me acompañase no fue nada fácil. A pesar de que la engañé diciéndole que era un retiro de fin de semana arrancarla del sofá no fue nada fácil. Se empeño tanto en quedarse en casa que básicamente tuve que recurrir a la amenaza. A gritos le solté que necesitaba un cambio por su parte si quería seguir siendo una mujer casada. Al contrario de lo que esperaba, eso impactó en lo más profundo de mi mujer que empezó a llorar mientras me pedía perdón y me decía que iría a la granja por mí, que me quería mucho y me juró que haría lo posible por cambiar. Por otro lado, el hecho de que el retiro fuese de 3 meses, como le explicaría que sería para un mínimo de tres meses era un problema que me plantearía en el futuro, tampoco era un problema ya que hacía tiempo que rebeca había perdido su trabajo. Nada extraño debido que paso de ser alguien agradable a un puñetero orco de Mordor. Así pues ahí estábamos los dos de camino a la granja sin apenas decir una palabra.

Tras un viaje que se me antojó eterno llegamos a la dirección que me habían facilitado. El recinto era gigantesco y podría decir que me quedé corto, a primera vista me pareció más una prisión que una granja ya que ésta estaba completamente rodeada por altos muros que impedían ningún atisbo de lo que había en su interior. Nada más llegar un par de los tíos más grandes que había visto en la vida nos invitaron a entrar y nos guiaron por una larga explanada hasta un edificio con un cartel que anunciaba que allí se encontraba la recepción. En cuanto nos dispusimos a entrar uno de los dos gorilas que nos acompañaban me indicó que solo entraría yo que a mi mujer la iban a acomodar en su estancia. Me despedí de Rebeca con un serio y seco “Adiós” que ella ni se limitó a responder.

Una vez dentro de las oficinas mis dos enormes acompañantes se despidieron muy educadamente de mi y me dejaron en manos de lo que hasta ese momento definiría como la mujer más sexy que había visto en toda mi vida.

-Buenos días Sr. Armero, me presento soy Mía, le atendí personalmente por teléfono y es un placer por fin poder ponerle cara ¿Qué tal el viaje?-

Me había quedado anonadado, bueno se podría decir que con cara de gilipollas, hablando rápido y mal. Esa tal Mía no podía ser real. Tendría unos 30 años y estaba esculpida en mármol. De piel muy clara pero pelo largo que llegaba más allá de sus pechos, unos pechos que en mi vida había visto unos tan perfectos. Gastaría perfectamente una talla 100 pero no tenían la forma de las típicas tetas falsas hechas por un cirujano de tres al cuarto, parecían totalmente naturales si no fuese por ese tamaño nada natural. Vestía una camisa típica de mujer de negocios y el botón que sujetaba su tremendo escote seguramente lo habían forjado en una fragua élfica con metal de algún meteorito, ya que no imaginaba ningún otro material que pudiese sostener esa enorme presión sin romperse. Para rematar, su escote estaba coronado por una pequeño collar negro que resaltaba su esbelto cuello. De la minifalda y sus tremendas piernas enfundadas en medias ya os hablaré más adelante, que al recordar semejante hembra se me nubla el sentido y pierdo el hilo.

Con cara de auténtico depravado baboso le devolví el saludo y nos dimos dos besos “madre mía que labios”.

-Si me permite acompañarle a mi despacho firmaremos el contrato y finalizaremos el pago por el retiro de su mujer-

El despacho de Mia estaba ordenado a la perfección y tras su silla había una infinidad de títulos en cirugía plástica, nutrición, psicología y un largo etc. No solamente era un bellezón sino que parecía ser un auténtico cerebrito. Mientras me perdía observando el despacho Mia me alcanzó el contrato y un bolígrafo Montblanc que seguramente costaba tanto como el tratamiento al que se iba a someter Rebeca.

El contrato era de una extensión considerable pero como la vida ya me había enseñado bastante acerca de contratos traté de leerlo lo más detenidamente posible. Cómo no, había una clausula de exención de responsabilidades que a mi parecer me parecía lógico pero un poco exagerado. Una cosa que me sorprendió es que el contrato me obligaba a no reclamar a mi mujer hasta que la empresa responsable considerara que el resultado era el esperado. En cuanto le pregunté a Mía por esa clausula su respuesta fue tajante – Nuestra reputación nos impide entregar el producto hasta que no consideremos la obra acabada- que equiparará a mi mujer con una mercancía fue algo que me dejo boquiabierto. Mía al ver mi reacción se levantó de la mesa y amablemente me indicó que le siguiera.

Mientras seguía a Mía por las instalaciones empezó a hablar-Puesto que le noto aún dubitativo, creo que no es del todo consciente del “tipo de tratamientos que ofrecemos en esta granja. Así que, y solamente porque usted me parece una persona realmente agradable, le voy a hacer un pequeño tour antes de que se decida a firmar-

Nuestras instalaciones- prosiguió mientras yo la seguía, viendo como sus caderas marcaban un ritmo hipnótico- están cuidadosamente diseñadas con un único fin. Convertir a las mujeres de nuestros clientes en la mujer de sus sueños. Para ello utilizamos infinidad de técnicas que van desde el condicionamiento psicológico a la cirugía estética- llegamos a una sala donde había un gran espejo. Con un rápido movimiento pulsó un botón y nuestro reflejo se borró de él hasta convertirse en un enorme ventanal desde el que podía ver una mujer de unos 40 años completamente desnuda. Tenía un cuerpo fofo y unos pechos grandes y flácidos que colgaban de su torso dejando claro que había sido madre repetidas veces. Delante de ella había una gran cantidad de diferentes alimentos, desde rosquillas recubiertas de chocolate a batidos y todo tipo de vegetales. Mía se giro con cara de satisfacción y me dijo que habíamos llegado en el momento exacto para ver cómo funcionaba el proceso de modificación de dieta. No pude evitar fijarme en que la mujer al otro lado del cristal estaba literalmente babeando, su cuerpo temblaba ligeramente sin apartar la vista de un trozo de pizza que parecía realmente apetitosa. Finalmente se decidió y se abalanzó sobre ella como un animal rabioso. Justo al mismo tiempo que sus fofas manos tocaban el corte de pizza la mujer lanzo un alarido y cayó al suelo entre espasmos de dolor. Sin ningún atisbo de emoción Mia se giró y me explico lo que acababa de presenciar- A decir verdad Sr Armero, esta no es una de las técnicas más sofisticadas entre las que se cuentan en esta granja, pero nuestro equipo de I+D no ha conseguido mejores resultados que los conseguidos basándonos en los principios de la antigua técnica del condicionamiento de Pavlov.- En ese justo momento empecé a adivinar, horrorizado, por dónde iban los tiros. – Como comprenderá está no es la única técnica para manipular la psique que utilizamos, contamos con muchas otras técnicas de condicionamiento y control mental, pero resulta ser que para cambiar algo tan primario como el apetito por ciertos alimentos, se necesitan técnicas tan primarias como la que acaba de presenciar. El producto 13322 tiene una auténtica adicción a la comida rápida y rica en carbohidratos. Con el condicionamiento adecuado- no olvidemos que por condicionamiento adecuado se refería a una descarga eléctrica- tras un número no superior a 100 entrenos logramos que los productos modifiquen su apetito hacia comida saludable y baja tanto en grasas como en carbohidratos- tras aquella explicación tan simple se resumía un mes aproximadamente de descargas eléctricas en caso de que la elección no fuese la correcta, es decir verduras legumbres y todo aquello que se supone que el médico te recomienda para tener una dieta perfecta y horrorosamente aburrida.

Completamente estupefacto seguí a la señorita Mía hacia la siguiente zona de tratamientos no sin antes ver como un equipo de limpieza recogía el llamado “producto 13322” del suelo donde había dejado una charco de orina que uno de los operarios se afanaba por limpiar.

Si lo que había presenciado me había parecido inhumano lo que mis ojos vieron después fue algo que me dejo del todo horrorizado. – Aquí puede ver la zona de descanso para aquellos productos que no están siendo sometidos a alguno de nuestros tratamientos- Delante de mi había un pabellón enorme con un montón de mujeres completamente desnudas y con las manos y la cabeza atrapadas en lo que parecía un cepo medieval pero actualizado al siglo XXI. –Como puede ver incluso durante sus etapas de reposo todos nuestros productos siguen teniendo cierto grado de entrenamiento. Esos cables conectados a parches por todo su cuerpo son para someter su musculatura a electro estimulación- Me fijé atentamente y realmente se podía ver como todos los músculos de cada una de aquellas mujeres se movía a un ritmó frenético debido a los impulsos eléctricos enviados a través de los claves que salían del cepo. A muchas de ellas, especialmente a aquellas que se las veía más gorditas o fofas se las veía completamente exhaustas, algunas de ellas tenían los ojos en blanco completamente, asumí que seguramente se habían desmayado al soportar semejante tortura. Repare que justo debajo de su vientre había un soporte que imaginé evitaba que se quedarán colgando en caso de desmayarse. La tortura no terminaba ahí, todas ellas tenían la boca sujeta con una especie de bozal que según palabras de la propia Mía, era un dildo de 24 centímetros que se introducía hasta la garganta de aquellas pobres mujeres y que además servía como alimentador, ya que de él manaba un líquido rico en nutrientes. Por último todas ellas tenían un consolador insertado en sus orificios, tanto la vagina como el ano estaban ocupados por sendos rabos de goma. –La función principal de los dos consoladores es acostumbrar a nuestros productos a la dilatación, en este punto cobra especial importancia el consolador anal ya que cada cierto tiempo se reemplaza por otro de más tamaño hasta conseguir la dilatación deseada por propietario de cada producto- me contaba mía sin apenas parpadear. Oír hablar a alguien con esa tranquilidad absoluta, como el que lee en voz alta un texto, refiriéndose a lo que estaba presenciando era algo profundamente perturbador.

-Señor Armero lamento que esto es lo máximo que le puedo mostrar, en lo demás deberá confiar en nosotros. Le aseguramos que después del tratamiento que recibirá su esposa en la granja va a tener a su disposición a la mujer de sus sueños. Y ahora si me hace el favor de seguirme volveremos a mi despacho- Y una mierda voy a firmar el contrato, pensé. Al llegar al despacho estaba completamente convencido de que lo que había visto era intolerable, así que finalmente cogí el bolígrafo y estampé mi firma en el contrato.

Odio al hijo de la gran puta de Miguel, por Dios que lo odio a morir. No tengo forma de saber cuánto tiempo llevo en este infierno de sitio. Pero ha pasado mucho tiempo desde que mi marido me abandonó aquí. Al principio creía que me iban a ejecutar y a hacer desaparecer mi cuerpo. Ojala hubiese sido así. He perdido la cuenta de las veces que me han electrocutado y en mi vida había tenido tanta hambre. He perdido un montón de peso, el otro día vi mi reflejo en un cristal y apenas me reconocí. He adelgazado pero a la vez he ganado musculatura y definición. No es de extrañar ya que la tortura de la electro estimulación nos machaca el cuerpo la mayor parte del día. Los primeros días fueron infernales, recuerdo perder el conocimiento infinidad de veces, todo mi cuerpo se tensaba de una manera tan potente que pensaba que se me iba a romper la columna. Una vez recuerdo que debido a las fuertes convulsiones una mujer que estaba atada al cepo siguiente al mío literalmente escupió los dos dildos que tenia empotrados en culo y vagina, los escupió ya que una fuente de meado salió de su coño torturado y a su vez al cagarse empujó el plug anal a más de un metro, fue algo horrible. No me puedo creer que el cabrón de mi marido me haya hecho esto. Si algún día salgo de este puto lugar va acabar sus días en la cárcel. Él y todos los malditos médicos y carceleros que trabajan aquí. No tengo ni idea de cómo han acabado aceptando trabajar en un sitio como este, pero seguro que lo disfrutan como los malditos enfermos mentales que son. Los doctores nos tratan como a ganado nos tocan por todo el cuerpo sin miramientos y nos inyectan todo tipo de cosas que nos hacen cosas extrañísimas a nuestros cuerpos. Los carceleros nos duchan con manguerazos a presión como malditos presos y nos inyectan enemas cada noche para luego pasar a fregar el suelo que queda perdido por nuestras deposiciones. Justo después de defecar, automáticamente nos colocan el plug anal, y si tienes suerte es el mismo del día anterior, sino es tu día de suerte te toca cambiar a un tamaño mayor y estar dos días con la sensación de que te va a reventar el ano. La verdad hubiese preferido un tiro en la nuca que acabar este maldito infierno.

No supe realmente que pasó por mi cabeza, pero realmente la idea de volver a casa junto el ogro de mi mujer y seguir con nuestra horrorosa relación se me hizo algo imposible. Mi mano cobro vida propia y sin apenas pensármelo firmé el contrato. Mia me felicitó por mi “buen criterio” y entonces me extendió un formulario donde podía anotar todo lo que quería ver en mi mujer. –Como verá hay muchísimas opciones en todos los campos, le recomiendo que no se agobie y estudie bien todas las posibilidades sin prisa, no tema en pedir lo que sea por muy descabellado que le parezca, señor Armero. Nuestro equipo de especialistas siempre encuentra la manera de complacer a nuestros clientes. Durante aproximadamente un mes su esposa será sometida a diversos tratamientos estándar por lo que su presencia aquí no será necesaria. Cuando el programa de condicionamiento inicial haya finalizado se lo haré saber y entonces empezaremos a añadir a su esposa los extras que usted desee- Esbocé una tímida sonrisa y fui hasta el coche acompañado otra vez por aquellos dos gorilas.

Los días pasaban sin pena ni gloria, asistía a mi trabajo, quedaba con mis compañeros para echar unas partidas de pádel y después tomar unas cervezas. Vamos, lo que se puede llamar una vida rutinaria. Pero amigos míos es curioso lo relativa que es nuestra percepción del tiempo. Desde la granja retiro espiritual me dijeron que a los quince días del inició del programa debía volver, en primer lugar para dar mi visto bueno a los avances sobre Rebeca y en segundo lugar para entregar el primer pack de remodelaciones que hubiese elegido. En resumen: esos 15 días se mi hicieron eternos. La única cosa que me ayudaba a calmar mi ansiedad era llegar a casa y hojear el catálogo de modificaciones disponibles para mi querida esposa. El catálogo se dividía en diversos apartados. Mentalidad, comportamiento, inteligencia, cuerpo, adornos, vida privada, vida pública. Por nombrar algunas de las infinitos apartados que había en el catálogo. El primer día tuve que frenarme ya que casi marco todas las casillas disponibles, pero por suerte recordé los consejos de Mía y sin prisa pero sin pausa empecé a meditar cuál sería la mujer perfecta para mí. Según Mía los primeros campos sobre los que debía decidir eran los relacionados con la psique de Rebeca, ya que estas modificaciones requerían de más tiempo, incluso en algunos casos había que hacer terapias de refuerzo cada cierto tiempo. Otro campo que requería urgentemente de mi decisión era el tipo de cuerpo, sin contar modificaciones estéticas, que deseaba tener a mi lado. Al contrario de lo que pueda parecer no me costó mucho rellenar el formulario con las preferencias exactas que deseaba para Rebeca.

Debo llevar en este puto infierno un mínimo de tres meses. Pero por fin parece ser que tanto mi mente como mi cuerpo han aprendido lo que esos tarados esperan de mí. Llevo días sin recibir ninguna descarga y a pesar de comer más vegetales que una vaca, mi estómago se ha acostumbrado a ello y no me pide más comida nada más acabarme la ración que me corresponde. Debo admitir que la pérdida de peso es espectacular, hacía años que no me sentía tan ligera y con tanta fuerza. Supongo que la energía se la debo al infernal número de horas que paso conectada a los electro estimuladores. Finalmente mi cuerpo ha empezado a aceptar los impulsos eléctricos y ya no me matan a dolor. Sigo notando una fatiga descomunal pero al menos no colapso y me lo hago todo encima. Cuando llega alguna chica nueva siento pena por ellas, los primeros días son destructores, sobretodo sino sabes que luego no está tan mal. Lo que sí está mal es el maltrato al que es sometido mi ano. No llevo bien la cuenta de los días pero sí los cambios de “buttplugs”. Cinco veces esos hijos de puta han cambiado el mío y a pesar de que no puedo vérmelo creo que al ritmo que voy ya debe caber un puño sin apenas rechistar. Anoche una de las chicas casi muere asfixiada, yo apenas lo noto ya pero tener una polla de goma anclada en tu garganta soltando un líquido pastoso no es algo a lo que una se acostumbre de la noche a la mañana. La pobre empezó a tener arcadas nada más introducirle el aparato en la boca y finalmente empezó a vomitar. Algo tuvo que fallar en la válvula de escape de esos malditos trastos, porque en los primeros días de mi “jodido tratamiento” vomité infinidad de veces y éste siempre salía por un pequeño orificio para impedir que me ahogara. En ese caso la pobre chica no pudo expulsar el vómito y finalmente empezó a broncoaspirar el líquido encharcándose los pulmones. Afortunadamente uno de los malnacidos que se dedica a limpiar nuestros “aposentos” lo detecto y pudo salvarla. Media hora más tarde recuerdo como una mujer que incluso a mis ojos parecía una diosa llevaba agarrada del brazo a una pobre chiquilla de no más de 20 años delante de nuestra compañera apenas inconsciente. Los gritos e insultos duraron buena parte de la noche y por el rabillo del ojo podía ver como la chiquilla estaba blanca como el papel de fumar. Hoy nuestra compañera vuelve a estar en su cepo con la única diferencia de que hoy lleva un morral con bola en vez del dildo de 24 centímetros. Estarán locos pero por lo menos parece que se preocupan por nuestra seguridad.

Por fin llego el día mi primera visita de seguimiento en la granja. Como de costumbre me recibieron aquel par de gigantes, que con brusquedad me indicaron el camino hacia el despacho de Mia. La visión de Mia con una camisa estrecha y sus pechos amenazando con liberarse me dejó otra vez sin aliento. Se levantó y muy cortésmente me saludo con dos besos, olía a grosella, por un momento imaginé sus carnosos labios no dándome un beso en la mejilla sino abrazando mi glande con suavidad. –Me alegra tenerlo de vuelta-me dijo con un cierto tono de impaciencia –me muero de ganas de que pueda ver usted mismo los procesos que hemos conseguido con su producto y siento curiosidad por las primeras directrices de modificación que haya elegido- Le entregué el formulario con las primeras directrices acerca de lo que quería en Rebeca. Tras un buen rato leyendo atentamente el documento Mia levanto la mirada con una ligera sonrisa en sus abultados labios. – No puedo estar más de acuerdo en su elección señor Armero. Veo que ha elegido una mentalidad sumisa para su mujer- La verdad es que eso era lo que tenía más claro, estaba harto del egoísmo de Rebeca y anhelaba tener alguien a mi lado que me cuidase y consintiese. Lo que no esperaba es que Mia me sugiriese que no me quedase solamente en una sumisa al uso. – Si me lo permite, señor Armero le sugiero que en la psique del producto a tratar incluya algunas directrices extras. Tenemos un extra muy solicitado que seguro que le encantará. Lo llamamos dama en público puta en casa. Insertamos en el subconsciente una frase gatillo que permite modificar la mentalidad de un ser humano en un microsegundo solamente usando una palabra clave. Podría convertir a su producto en una dama elegante y completamente independiente a los ojos de los demás, eso sí, seguiría completamente bajo su control, pero cuando quisiera tener a su lado no una dama, sino una autentica puta en celo simplemente debería pronunciar una palabra para convertirla en una insaciable perra.- ante mis gestos de aprobación Mia me sugirió algo más- Veo que no ha marcado nada en las casillas de sexualidad, le sugiero encarecidamente que marque la casilla bisexual ya que, al menos para mí, creo que es esencial que nuestros productos sientan la misma debilidad tanto por una buena polla como un coño- Esa mujer con cuerpo de diosa me acababa de salvar la vida, con las prisas había descuidado marcar esa casilla que tanto placer podría ofrecerme. Por último Mia me convenció de que aunque no tuviese claro si lo usaría o no, introduciríamos una mejora en su capacidad de aprendizaje lo que le permitiría, en caso de que yo así lo deseara, adquirir conocimientos que le servirían para conseguir trabajos bien remunerados fácilmente. Nunca se sabe si uno se puede cansar de trabajar y necesitar de un mecenas completamente dominado.

Ha pasado un día, creo desde el incidente con el dildo oral, he visto algo que me ha puesto la piel de gallina, hace escasos minutos he visto a un par de gorilas arrastrar por el pelo a la pobre chica que fue la responsable del fallo que casi le cuesta la vida a una de nosotras. Sí lo sé, no debería sentir nada por esa hija de puta pero no puedo evitarlo al saber lo que va a sufrir. Ahora la escucho sollozar todo lo fuerte que le permite el enorme dildo encajado en su garganta, supongo que en esta empresa del demonio no se permiten errores. Eso también explicaría como se mantiene la férrea disciplina entre los trabajadores que cuidan de nosotras. Si tu vida está en juego andas con pies de plomo. Mientras estaba pensando en la pobre chiquilla uno de los doctores ha aparecido desde uno de mis ángulos muertos y me ha privado de mi visión y odio con dispositivo que bloqueaba mi línea de visión y taponaba mis oídos. Acto seguido me ha quitado, o más bien debería decir desencajado, el dildo que tengo alojado en la garganta y me ha colocado una mordaza con un aro metálico que me impide cerrar la boca. En ese momento un extraño pensamiento ha rozado mi cerebro, he sentido como una sensación de pérdida al sentir que mi garganta no alojaba ese enorme falo de goma, sobretodo echaba de menos la sensación del liquido nutritivo cayendo por mi garganta. En mi mundo de oscuridad y silencio mis pensamientos se han interrumpido cuando un nuevo dildo se ha introducido en mi boca. Era un poco más pequeño lo que me permitía casi respirar con normalidad a través de la boca. Mientras usaba mi lengua para, mediante el tacto, adivinar la forma y tamaño de aquello que se alojaba en mi boca he notado como unas manos me acariciaban el pelo. Aquello me derrotó, me di cuenta de que lo que tenía entre mis labios no era un dildo sino una polla de verdad. Me estaban follando la boca contra mi voluntad, he intentado morder con toda la fuerza de mi mandíbula pero el maldito aro metálico me lo ha impedido. El malnacido que me estaba follando la boca, poco a poco se ha ido animando y ahora directamente me está follando la garganta. Puedo notar como su glande se va hinchando en lo más profundo de la garganta e instintivamente me he preparado para recibir la descarga de semen directamente a mi estómago. Acto seguido la polla se ha retirado y me han vuelto a introducir el dildo en mi garganta tras quitarme la mordaza. No me ha dado tiempo a gritarles nada.

Nade en el mundo me hubiese preparado lo suficiente para lo que viví esa tarde, tras discutir los pormenores de cómo sería la nueva mentalidad de Rebeca Mía me guió para poder presenciar el progreso conseguido en los primeros 15 días de retiro de mi mujer. Ahí estaba ella, atada al cepo que era su hogar durante gran parte de su día a día. Me costó reconocerla, había perdido mucho peso y había ganado masa muscular. Desde lejos se podían adivinar las constantes contracciones a las que sus músculos eran sometidos por los parches de electro estimulación. Debido a la posición de su cuerpo podía ver como unos poderosos gemelos, que jamás había visto en mi mujer, se marcaban en unas piernas que ahora se veían fuertes como columnas, unas columnas que sujetaban un culo que ya no era fofo y marcado por la celulitis. Sus nalgas que parecían esculpidas en piedra mostraban a la perfección su ojete penetrado por un enorme consolador. No me podía creer lo que esa gente había conseguido en tan poco tiempo. Como leyéndome el pensamiento, Mia me guió frente el rostro de Rebeca para indicarme que si quería podría tener una pequeña demostración de los primerizos cambios en las capacidades de mi mujer. No me lo pensé dos veces, me desabroche la bragueta y empecé a penetrar suavemente la boca de mi amada. Nunca imaginé que podría estar metiéndole la polla a mi mujer mientras otra mujer, más que mujer un ángel, me mira fijamente a los ojos. La situación estaba fuera de mi control, todo mi ser se desconecto dejando que la parte más primitiva de mi cerebro tomase el control. Agarré la cabeza de Rebeca y de un empujón ensarte la garganta de mi mujer. Aquello era increíble, literalmente me estaba follando la boca de mi amada mujer y en ningún momento noté el menor atisbo de arcada. Con cada retroceso de mi polla de los labios de Rebeca caían largos goterones de saliva que encharcaban el suelo. Poder notar con el glande las paredes rugosas de la garganta de una mujer es algo que debería experimentar todo hombre en el mundo. Esa sensación de cobijo y calidez me llevo a un orgasmo espectacular, pude notar como Rebeca relajaba la tensión en su garganta, eso permitió que mi polla se enterrase más todavía y desde esa posición privilegiada me vertí en la garganta de rebeca. En frente de mi una risueña Mia me preguntó- ¿Está contento con los primeros resultados señor Armero?- Tardé unos segundos en poder articular palabra alguna, segundos que Mia aprovechó para descorchar el ojete de Rebeca. – Actualmente el espécimen ya es capaz de mantener alojado en el recto sin ningún tipo de problema consoladores de 8 centímetros- Me indicó amablemente Mía- El procedimiento más común es parar justo en este punto de dilatación a no ser que el cliente requiera de un diámetro más grande. Personalmente recomiendo que aunque sea tentador no se debe exceder mucho en el tratamiento ya que se podría perder estrechez y roce si la dilatación es excesiva. Ahora mismo y gracias al tratamiento electro estimulador al que también sometemos su esfínter, el producto es capaz de contraer con fuerza su ojete y al segundo dilatarlo a su máxima abertura sin ningún tipo de problema. Pero debo advertirle que más allá de los 8 centímetros de apertura no podemos garantizar un cierra potente del esfínter- Todo ello me lo contaba frente el ojete abierto de mi mujer, la situación era surrealista a la par que muy excitante. Mientras Mia me instruía en el procedimiento de dilatación, pasaba la yema de su dedo índice por el anillo muscular que rodeaba el ojete dilatado de Rebeca. Luego introdujo 4 dedos sin ningún tipo de esfuerzo mientras me comentaba de la capacidad de dilatación del “nuevo” ojete de Rebeca. Aquello me despertó de nuevo mi polla que se marcaba en mi pantalón. Eso no pasó desapercibido por ella- Siento decirle señor Armero que hoy no podrá catar ni el coño o la vagina de su producto, aún es demasiado pronto. Lo siento son normas del procedimiento- Aquello me cayó como un jarrón de agua fría. –Piense que en poco tiempo podrá disfrutar sin restricciones de su nueva compañía- dijo Mía en un intento por animarme. Acto seguido y bajo mi atenta y sorprendida mirada se introdujo el buttblug en la boca, sus enormes labios rodearon el instrumento. Sus carnosos labios empezaron formando una pequeñísima O que se fue agrandando a medida que el diámetro del buttplug forzaba sus labios. Al llegar al extremo de máxima dilatación, su boca volvió a formar ese diminuto círculo que recorría el mango final del buttplug. Mientras aún lo tenía en la boca introdujo tres dedos en el ojete de Rebeca dilatándolo a su máximo tamaño y rápidamente introdujo en él el buttplug que hacia un segundo estaba en su boca. –No me gusta hacer sufrir a nuestros productos, a veces me gustaría que se les tratase con un poco menos de rudeza- Me comentó con cierto remordimiento, como si se disculpaba por intentar hacer más llevadera la intrusión en el culo de mi mujer, lubricando el consolador y dilatando el esfínter para facilitar su penetración. Me moría de ganas de saber más de mi acompañante pero no en esas circunstancias se me hacía muy difícil encontrar el momento y lugar adecuados para indagar más en el pasado de Mía.


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La remodelación integral de mi esposa es un relato escrito por trascaman publicado el 21-06-2022 10:40:38 y bajo licencia de Creative Commons.

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25 No me gusta0
Comentarios  
eliregina
0 #1 eliregina 28-06-2022 07:57
Me gusta este relato. Describe muy bien una excelente transformación. Será la esposa ideal?
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