Mi Plaza Soñada VI
Escrito por Tutor
Al día siguiente ambos compañeros de facultad se levantaron al mismo tiempo, mientras tomaban el desayuno comenzaron a conversar sobre lo que les depararía el día. Martin señaló que tenía que realizar algunas visitas y que luego ya quedaría libre.
Peter le indicó que él se quedaría en la casa, disfrutando de su merecido descanso…pero antes de que su amigo se marchara le agarró del brazo y le preguntó si había alguna limitación…Martín sonrió y le dijo…solo las que las muchachas te impongan…son vírgenes le advirtió…lo imaginaba respondió él y lentamente subió las escaleras camino de su habitación…
Una vez Martin se hubo marchado, su joven amigo inglés tiro de la campanilla y Pilar se presentó en su puerta…
¿me llamaba señor?
Si señorita ¿Cómo se llama?
Pilar señor, para servirle…
Muy bien Pilar, tráigame la palangana, una toalla y la jarra de agua al despacho del doctor…
Si señor, contestó ella ligeramente extrañada
Una vez en el despacho, el joven amigo le preguntó como tenía las posaderas, la muchacha se ruborizó pero le dijo que bien, mientras intentaba recomponerse de la vergüenza de la pregunta.
Acto seguido le dijo…lo que va a suceder hoy aquí será solo aquello que tu desees ¿lo entiendes?
No, no señor…
Me ha dicho tu señor que todavía eres virgen, pero me pareces una muchacha muy linda y me gustaría poseerte ¿lo tienes claro?
Pilar estaba muerta de vergüenza y de miedo, pero a la vez estaba llena de excitación y se moría de ganas de probar el sexo…pero ¿Qué pensaría Martin?
Señor yo, yo… comenzó a balbucear…
De acuerdo vete y dile a tu compañera que suba…
Ante semejante frase Pilar se derrumbó, por nada del mundo quería que Lucía disfrutara de esa oportunidad…
No, no es necesario señor…
Muy bien, y agarrándola por las caderas la aupó y sentó encima de la mesa del despacho… con un ligero empujón hizo que cayera sobre su espalda, quedando completamente boca arriba…
Peter con sumo cuidado le desabrochó el refajo y le quito las calzas que actuaban a modo de bragas…
La muchacha sudaba de miedo…
Con destreza le subió la falda cubriéndole el rostro y le dobló las piernas haciendo que las plantas de los pies reposaran sobre la mesa…estaba claro que no era la primera vez que Peter lo hacía…
Allí estaba Pilar, tumbada en la mesa con las piernas dobladas y separadas con su sexo expuesto delante del joven inglés…
De pronto se escuchó el golpeo del agua cayendo de la jarra sobre la palangana de porcelana…
El ruido desconcertaba y asustaba a partes iguales a la joven criada…
Una mano chapoteando en el agua y de pronto la humedad y el frio del agua empapando su vello púbico…la mano de Peter dejando caer pequeños chorretones de agua sobre el pubis de la muchacha que no sabía muy bien que hacer…
Al momento una sensación de cosquilleo… era una brocha de afeitar enjabonando su pubis, Pilar no lograba descifrar lo que era, pero Peter la estaba preparando…
Un sonido seco, hizo que la muchacha girara rápidamente la cabeza. Era la hoja de una navaja abriéndose…con sumo cuidado la apoyó en la parte superior de su vientre…el frio metal despertó a la muchacha de su ignorancia…y así, casi sin darle tiempo a pensarlo…la navaja comenzó su roce, rasurando lentamente el vello púbico de la chiquilla…
Ras, ras, ras…
Ese ruido era algo hipnótico, Pilar paso de la tensión inicial, que le obligó a arquear todo su cuerpo, a ir cediendo poco a poco…nuestro amigo inglés era muy cuidadoso y delicado…muy lentamente se fue acercando a los laterales, rodeando los labios vaginales…
Ufff, la excitación de Pilar crecía por instantes hasta el punto de que estuvo a punto de correrse varias veces…
El joven hizo varias pasadas con la navaja, se estaba tomando su tiempo, deleitándose con la visión de ese pubis virginal…a cada pasada de la navaja le acompañaba un leve soplido, para compensar la irritación del roce…pero cada soplido era una invitación al orgasmo…¡Dios se estaba haciendo eterno!
Llegó el momento en que no quedaba más vello que una delgada línea…perfecta, estas perfecta repetía el en voz alta mientras empapaba la toalla en agua para pasársela después por todo el pubis…
Pilar se mordió el labio, el roce de la toalla junto con la sensación de frio y humedad era más de lo que podía aguantar…todavía no sabía como pero lo estaba logrando…
En ese instante notó como Peter se levantaba de la silla…escuchó el deslizar de los tirantes y presumió que se estaba quitando los pantalones…dicho y hecho…enseguida notó como le agarraban las piernas, se las estiraban y obligaban a rodear el cuerpo de su señor…notó lo que imaginó sería su verga apoyada en la entrada de su coño y lo siguiente que recuerda es la fuerza de una barra dura penetrando su coño con fuerza, embistiendo una y otra vez…una y otra vez…una y otra vez…
Jadeos, gritos, sudores, olores, y placer, mucho placer…mientras el derramaba su leche en su interior y ella sufría mil y un espasmos como nunca antes había sentido…
¡Diosssssssssssssssssssssssssssss!
La muchacha ni en sus mejores sueños había experimentado una sensación así…sus piernas se aflojaron y su cuerpo también…el semen comenzó a deslizarse desde su interior a lo largo de su entrepierna…
Mientras, el joven inglés se limpiaba la verga con agua y la toalla con la que previamente la había limpiado a ella el jabón de afeitar. Recompuso su atuendo y ayudó a incorporarse a la muchacha, todavía temblorosa. Le dio dos sonores azotes en las nalgas y le dijo:
Venga, venga, que no es para tanto, esta noche ya te daré otro repaso…
Pilar salió como pudo del despacho…y solo podía pensar en que llegara pronto la noche.
Mientras esto ocurría Martín había pasado por la casa del Alcalde… lo recibió el ama de llaves que lo invitó a pasar al salón…
Mientras esperaba oyó un sonido que le resultó familiar…era una pala de madera golpeando unas nalgas…disimuladamente se puso de pie y comenzó a caminar hacia el lugar del que provenía el sonido…era el despacho particular de Don Anselmo y ¡oh visión gloriosa! Allí estaba doblada sobre una silla doña Magdalena con su hermoso y grandioso trasero totalmente expuesto, mientras recibía tan sonora tunda de parte de su esposo… Don Anselmo era diestro con la pala y su esposa resoplaba con cada azote. Sus nalgas, carnosas y generosas, estaban ya de un color intenso, señal de que la paliza ya llevaba un rato…El joven doctor estaba extasiado con el manejo del alcalde, que cada poco, paraba y acariciaba las hermosas y coloradas nalgas con aquel trozo de madera para mayor sufrimiento de su esposa…así continuaron hasta completar no menos de una docena por lo que pudo observar desde su posición el joven…acto seguido el alcalde se desabrochó el pantalón y le endilgó la verga a su esposa por detrás, tal cual si estuviera montando una yegua…
Doña Magdalena hacia esfuerzos por no moverse de la silla, mientras resoplaba y jadeaba…las embestidas fueron cortas y violentas y Don Anselmo se vació al instante…Martin rápidamente se volvió al sofá, no sin antes echar un último vistazo al dolorido trasero de esa buena mujer…
Pasados unos minutos salió el alcalde completamente ajeno a que el buen doctor había presenciado la escena… discúlpeme, estaba ocupado con unas gestiones domesticas…Martín sonrió para sus adentros…al poco apareció doña Magdalena, ligeramente colorada, pero manteniendo su pose digna y ligeramente altiva…el joven hizo ademán de cederle un espacio en el sofá pero ella rehusó con rapidez, alegando que prefería estar de pie…
No me extraña pensó Martín…pero obviamente no dijo nada…
El motivo de la visita era fijar los términos del cortejo de Juana, momento en el cual el alcalde miró muy serio a Martin y le espetó
Confío en su decencia y honor caballero, espero no tener que arrepentirme
Por supuesto que no Don Anselmo, ¿por quién me toma?
Pues dicho esto, yo me voy a la alcaldía, mi mujer le explicara con pelos y señales lo que está permitido y lo que no ¿verdad querida? Y a continuación le guiño un ojo a su esposa
Ella muy coqueta, sonrió ante el guiño y le respondió, por supuesto esposo mío…estaba claro que la escena que había visto el joven doctor formaba parte de un juego entre ambos, porque los dos se sonreían pícaramente…
Finalmente cuando quedaron solos, la esposa se sentó en el sofá y, al hacerlo, dejó escapar una mueca de dolor…rápidamente Martín le preguntó si le dolía algo y si podía hacer algo por aliviarla…la mujer del alcalde se ruborizó muchísimo y le dijo que no, que no era necesario…
Prosiguieron tomando café y marcando los límites de las salidas, horarios, etc…Martín aceptó todo sin oponer ninguna resistencia…y doña Magdalena hizo llamar a la muchacha…
Juana apareció por la puerta con un vestido de gasa azul cielo que remarcaba su esbelta figura, en ese momento el joven pudo apreciar todavía más su belleza. Su tía le indicó a la muchacha que le habían dado el visto bueno para su cortejo y ella se ruborizó, aunque en el fondo también lo estaba deseando…
Doña Magdalena la hizo sentarse a su lado y, al hacerlo, ella también hizo una mueca de dolor…¡vaya exclamó Martín, parece que también le duele algo!
Oh no, exclamó la tía, es que esta jovenzuela ha recibido una tunda mañanera por no levantarse a su hora ¿verdad querida? Juana se ruborizó aún más si cabe, pero lo que no esperaba es que su tía tirase de su brazo, dejándola en su regazo y le levantase el vestido dejando expuestas sus nalgas…
¿ve doctor que colorcito le ha quedado?
Martin se deleitó con la visión, mientras ella trataba de taparse las posaderas…
Tranquila niña, en breve será tu esposo, y te las verá muy a menudo y será el quien tenga que disciplinarte, dijo doña Magdalena…
Juana deseaba morirse en ese instante…
Al momento la tía dejo que la muchacha se sentase…y Martin le acercó un bote con ungüento mientras le decía, écheselo esta noche en las nalgas, le aliviará…
El joven doctor se levantó y comenzó a despedirse, no sin antes indicarle a la esposa del alcalde que usase el mismo ungüento que le había dado a su sobrina, que era bueno para “todos los dolores”…Doña Magdalena enrojeció como un tomate y Juana, que sabía cómo se las gastaba su tío, sonrió levemente por el comentario de su ya prometido…
La visión del trasero de la muchacha provocó una reacción en la entrepierna del joven doctor, que, ante semejante situación, decidió ir a pasar consulta a casa de Tensi y Lía para ver cómo estaba evolucionando su enfermedad.
Nada más llegar, Tensi mostro sorpresa y satisfacción, no esperaba la visita de Martín, pero era evidente que le agradaba. Sin mucha dilación lo hizo pasar, sin olvidarse de colocar el farol en la ventana…y ambos fueron al salón, donde estaba Lía fumando plácidamente, mientras seguía con esa molesta tos…
¡vaya, vaya, así que fumando y contraviniendo mis ordenes ehhh señorita…!
Me he tomado el jarabe protesto la mujer
¿y la pomada para pecho y espalda?
Esa no, porque me manchaba la ropa…indicó mientras Tensi la observaba…
Martin con suma parsimonia, dejo su maletín en el suelo, se quitó la chaqueta y se remangó las mangas de la camisa…agarró una de las sillas del comedor y la situó en el centro del comedor con espacio suficiente para que una persona pudiera moverse a su alrededor…
Las dos hermanas lo miraban atentamente…
Se sentó en la silla y con voz serena, dirigiéndose a la mayor de las hermanas le dijo:
Acérquese
Lía se levantó y se acercó al lugar donde estaba sentado
¡Túmbese sobre mis rodillas!
Pero, yo…, pero…por qué…yo…pero…
Le recuerdo lo que les dije la última vez, si quieren que siga siendo su doctor acatarán mis órdenes…
Es verdad Lía, replicó Tensi muy ufana, la última vez bien querías que me castigara…ahora apechuga…
La prostituta cedió a regañadientes y se dobló sobre el regazo del doctor…quien le levantó la bata de casa que llevaba y el camisón, dejando a la vista el hermoso trasero que ya había disfrutado de tiempos más tersos y duros…
Martin acarició las protuberantes nalgas dos o tres veces y Lía, aunque acostumbrada a dejarse tocar por los hombres, sintió una extraña sensación con cada pasada de la palma de la mano.
Como no me ha obedecido, recibirá veinticuatro azotes con la mano en su trasero como si de una mocosa se tratase…
Dirigiéndose a Tensi le preguntó: imagino que tendrán algún cepillo de pelo de madera, ¿sería tan amable de traérmelo?
Martin notó el estremecimiento de Lía al escuchar lo que le pedía a su hermana…tranquila, sólo serán doce más por la protesta, así le servirá de recordatorio…
No por favor, rogó Lía, con el cepillo no… pero no obtuvo respuesta…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Cada azote iba alternando una nalga de la pobre mujer…
PLAS…
PLAS…
Con media docena, el dolor ya empezaba a ser significativo…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Aquí Lía ya no podía más y comenzó a llorar…
PLAS…
PLAS…
No por favor…no me pegue más sniff duele mucho…me pondré la crema y lo que usted diga…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Tensi apareció en la habitación con el cepillo en la mano…se quedó hipnotizada por el ruido, el movimiento rítmico de la mano, el movimiento de las nalgas y el color rojizo que estaban adquiriendo…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Con los últimos azotes de la mano, la todopoderosa mujer, que era la dueña de las voluntades de los hombres del pueblo, se mostraba sumisa, sollozante, postrada con sus nalgas enrojecidas…
Martin agarro el cepillo y lo apoyó en sus doloridas nalgas…solo con apoyarlo la pobre mujer ya soltó un leve quejido…¡si aún no he empezado exclamó Martin!
PLAS…
PLAS…
Los dos primeros golpes con el cepillo hicieron que Lía aullara y resonara por toda la casa…realmente le estaban doliendo mucho, el castigo estaba siendo severo…
Martin tenía la entrepierna muy dura y la mujer lo notaba mientras pensaba ¡el muy cabrón lo está disfrutando de lo lindo!
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
En ese momento Tensi se abalanzó sobre el doctor pidiéndole que parara ya por favor, que su hermana ya no resistía más, que la perdonara…que ella los recibiría en su lugar…
Martín se apenó de la hermana y al mismo tiempo pensó que sería una buena oportunidad para catar el culito de la muchacha. Ambas hermanas intercambiaron posiciones…el doctor acomodó a la joven en su regazo y la verga se clavaba en el vientre de la muchacha que parecía encantada…
Apoyó el cepillo en las blanquecinas nalgas, dibujo varios círculos en ellas durante unos segundos y comenzó a azotarlas con fuerza…
PLAS…
El primero la hizo moverse en su posición ¡Dios era durísimo!
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Ehhhh que solo faltaban seis azotes…protestó Tensi
“intermissa poena, poena restarted” que viene siendo “castigo interrumpido, castigo reiniciado” así que señorita serán doce azotes con el cepillo y si me vuelve a interrumpir empezaré desde cero…
PLAS…
Los siguientes azotes fueron más duros si cabe que los anteriores y, aunque las lágrimas recorrían sus mejillas, Tensi no se atrevió a volver a protestar
PLAS…
ayyyyyyyyyyyyyyyy
PLAS…
PLAS…
PLAS…
Nada más terminar Martin sentía que su verga iba a explotar, así que agarro por el cabello a la muchacha y se desabrochó el pantalón…la polla saltó como un resorte, dejando escapar una gota de líquido preseminal que le fue a parar al rostro de la joven…con un rápido movimiento acercó su cara a la verga y ella no tuvo más remedio que abrir la boca y tragársela entera…el doctor se corrió dentro de su boca al instante, apenas podía resistir…tiró del pelo de la joven haciendo que su cabeza se echara hacia atrás…
Trágatela, indicó muy firme
Tensi lo hizo…y con un sonoro glups el semen que se acumulaba en su boca se deslizó garganta abajo…
Volvió a tirar del pelo de la muchacha haciendo que se sentara a horcajadas sobre él, quedando sus caras mirándose frente a frente…Martin le manoseó los senos, de un fuerte tirón le arrancó la ropa y poco a poco su verga fue engordando y creciendo…al cabo de unos minutos ya estaba lista para la carga de nuevo…aupó a la chica que no pesaba demasiado y la ensartó en su verga dejándola caer con energía…
Buffff resoplaron ambos a la vez
Ella cabalgaba sobre su polla con maestría…sabía lo que hacía… y la verga de Martin era lo suficientemente grande y gorda para llenar y satisfacer a la joven prostituta…
Aggg, aggg, aggg jadeaba con cada embestida…
Lía los observaba con una sana envidia, pero estaba tan dolorida que prefería que fuera su hermana la que estuviera cabalgando al muchacho, solo de pensar en que sus nalgas golpearan las piernas de él le hacía brotar lágrimas de los ojos…tenía la extraña sensación de haber sufrido y disfrutado mucho al mismo tiempo…
Martin continuó cabalgando a la muchacha hasta que llegados a un punto le puso las manos en los hombros y empujo con fuerza hacia abajo clavándola hasta lo más profundo de su ser ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh exclamó mientras la inundaba de leche nuevamente…
El joven se levantó de la silla con ella todavía ensartada por su polla y con delicadeza la depositó en el sofá, mientras su verga se deslizaba fuera de su cuerpo…
Uffff señaló Martín…no se ustedes señoritas, pero yo me he quedado a gusto…
Las dos hermanas se miraron con una mezcla de dolor, humillación y orgullo. Recorrieron con la mirada sus cuerpos marcados por los azotes y los restos de fluidos y sintieron que el doctor iba a tener que visitarlas muy a menudo…pocos hombres como el había en la zona y su mezcla de disciplina y lujuria las excitaba como pocas veces habían sentido…
Martín encendió su pipa, Lía le sirvió un coñac mientras Tensi corría a asearse un poco…
Acércame el maletín…le dijo a la hermana mayor, que rauda cumplió su encargo…Martin cogió el bote de ungüento del maletín y le dijo a Lía que se tumbara boca abajo sobre sus piernas…por un momento dudó…pero finalmente se tumbó y el doctor comenzó a aplicarle la crema en sus doloridas, palpitantes y abultadas nalgas…el frescor de la crema produjo un efecto anestesiante casi al instante…y Lía se fue dejando llevar y cayendo en un sopor delicioso…en ese instante llegó Tensi, que se puso al lado del doctor, arrodillada en un lateral, con su trasero hacia el doctor y los codos apoyados en el brazo del sofá…Martín le puso su ración de crema muy despacio para mayor disfrute de la muchacha…jugueteó con un dedo empapado en crema en el orificio del ano de la muchacha, que apenas hizo ademán de escapar y le dijo…un día de estos tendré que abrir este agujerito…la muchacha no dijo nada, tan sólo ronroneó como un gatito…
La escena era increíble, Martín sentado en el centro de un sofá de terciopelo granate en la única casa-burdel del pueblo…la hermana mayor tumbada cual largo era el sofá sobre las piernas del joven médico, con su culo rojo por la paliza y brillante por la crema, tan relajada que parecía dormida. La otra hermana de rodillas a la izquierda de Martín, con las piernas de su hermana al lado, doblada sobre el brazo del sofá y con el culo en pompa al lado de la cara del doctor…las nalgas también rojas por los efectos del cepillo, brillantes por la crema y con su sexo irritado por las tremendas embestidas que acababa de recibir…
Definitivamente acerté al venir a este pueblo pensó Martín…
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