El secreto de Naima (i)
Escrito por Arwen perra de Nazgul
Naima era una chica que se moría por ser sumisa.
Había contactado con uno por Internet y hoy iban a tener su primera cita, ella se miraba al espejo después de haberse duchado y perfumado. Había tomado un baño relajante incluso con sales de baño, tenía todo el tiempo del mundo, se enjabonó bien y se aclaró, luego se perfumó delicadamente.
Estaba desnuda frente al espejo, era pelirroja de pelo largo, ojos marrones, labios armoniosos, pero no muy gruesos y nariz estilizada, los pechos de tamaño mediano de color café los pezones, el culo redondo, duro y respingón por el ejercicio en el gimnasio y el pubis con un poco de vello púbico. Para asistir a la primera cita se colocó un top negro con escote palabra de honor que dejaba el ombligo al aire, luego una minifalda negra y debajo una pequeña braguita roja.
Salió de casa y se dirigió al lugar de la cita, un videoclub en un barrio muy concurrido, entró en el local y fue a la zona donde se exponían las películas x, parecía como elegido a conciencia porque incluso la había dicho delante de que película le tenía que esperar ya que era una zona donde nadie los podría ver y ella tampoco darse cuenta cuando él llegase.
- Hola perrita - susurró en su oído una voz masculina y viril, pero con un toque sexy.
Ella agachó la cabeza y se giró besándole la mano que él le tendió. La obligó a volverse a colocar en la posición inicial, acaricio a conciencia todo su cuerpo acercándose a algunas de sus zonas erógenas, pero sin llegar a estimularlas, las conocía porque ella tenía que haber confesado todas sus intimidades. La levantó la falda y se la hizo sujetar mientras él la bajaba las bragas por detrás dejando al descubierto el culo. Mojó su dedo en la boca de la sumisa y con él la fue acariciando el ano lentamente en círculos mientras al oído le decía que fuera seleccionando una de las películas que tenía delante. Todas eran de temática sadomasoquista.
Cuando él hubo terminado de acariciarle el ano le bajó las bragas e hizo que se acariciase el coño y que le mostrara la mano, la vio completamente empapada y comprobó que la chica se había excitado, la colocó las bragas en su sitio y le ordenó seguirle. Ella iba un paso por detrás de él, ella era la que había tenido que alquilar la película, se había muerto de vergüenza, pero se excitó todavía más cuando otra clienta que estaba al lado la sonrió guiñándola un ojo.
Caminaron hasta que llegaron a un portal, entraron al mismo y se montaron en el ascensor con una mujer de unos cuarenta años, era toda una estrategia del Amo, estaba todo preparado y la mujer era un gancho, su Amo ordenó a Naima colocarse frente a la mujer. La señora no paraba de mirarla el escote consiguiendo que ella se mojase todavía más, para que no se diera cuenta Naima el Amo se había puesto de espaldas, pero por el espejo del techo podía ver la escena.
La mujer se acercó a la chica y la besó en los labios mientras la magreaba los pechos, Naima estaba por chillar, pero se acordó de las palabras de su Amo en una de sus charlas on-line que le había dicho que siempre se comportase como una perrita. Ella correspondió al beso mientras la mujer con una mano le indicó al Amo que la chica iba a ser una buena perrita.
Llegaron al piso del Amo y la mujer entró con ellos con la excusa de que tenía que darle el hombre un cd que le había dejado unos días antes. El Amo fue a por el cd y las dejó solas, la mujer la dijo a la perrita que la enseñase el coño y la chica como hipnotizada se subió la mini y se bajó las braguitas y se lo mostró. Cuando oyó la voz de él desde la otra habitación le entró mala conciencia porque pensaba que estaba traicionándole cuando no sabía que estaba siendo grabada por una videocámara que estaba escondida en el armario.
El Amo llegó y la mujer le dijo a ver si podía ir al baño que se estaba orinando y él dijo que si y la acompañó cogiendo a Naima de la muñeca. La mujer se bajó los pantalones y las bragas sentándose en la taza y poniéndose a orinar, Naima retiraba la mirada como sumisión a su Amo, pero él que se daba cuenta le cogió de la barbilla y le dijo que mirase y que cuando la otra acabase se arrodillase entre sus piernas y la secase el coño con la lengua.
Naima se arrodilló entre las piernas de ella y sacó la lengua, primero la pasó por los muslos de ella con mucha suavidad desde la zona cercana a los muslos subiendo luego poco a poco hasta las ingles rodeando el coño para bajar por una de las ingles hasta la vulva y repasar los labios con su lengua recogiendo las últimas gotitas y comenzar a lamer lentamente primero y luego cada vez más rápido, la mujer la cogía de la cabeza y se pegaba a su coño para que no la separase. Laura que se llamaba la mujer no paraba de jadear mientras su Amo observaba y grababa todo.
Naima ponía cara de viciosa que era muy celebrada por su Amo que la jaleaba para que siguiera comiendo coño de la misma forma en el momento que la mujer dejando los ojos en blanco tenía un orgasmo volcando sus flujos en la boca de la chica. El Amo la indicó que se lavase obedeciendo ella. Al Amo le dieron ganas de orinar y se puso a hacerlo mientras colocaba la cámara en un trípode. Laura se colocó detrás de él y le iba besando en el cuello al mismo tiempo que le acariciaba la verga que se iba poniendo muy dura.
Cuando terminó se giró y la dijo a Naima que se sentase en la taza y que se la secase y se la comiera hasta que correrse en su boca. Naima se acercó toda orgullosa y se sentó primero dio varias caricias a la polla, el Amo para ayudarla se desnudó de cintura hacia abajo, luego ella se metió uno de los huevos y lo iba sacando y metiendo en su boca muy lentamente para luego pasar al otro en el que repitió la misma operación.
No paraba de acariciar la polla de arriba abajo para mantenerla erguida mientras hacía lo de los huevos, luego con los labios descapullaba el glande muy lentamente y comenzar a mamársela suavemente y de arriba abajo para luego darle lametones como si fuera un helado. La lengua jugaba después con el frenillo para inmediatamente succionaba el agujerito de la uretra. Con la mano le acariciaba los muslos muy delicadamente como si fueran un imán queriendo atraer el vello del Amo, de la misma forma le acariciaba el perineo mientras había iniciado una fuerte y vigorosa mamada que hacía que el hombre se excitase. En lugar de correrse se sentó él en la taza y Laura se acercó sentándose clavándose la polla en el coño dando la espalda al hombre y comenzando a cabalgarlo.
La mujer cogió a Naima de las caderas y la hizo liberar su coño y acercando su boca al conejito de la joven se puso a comerlo al mismo ritmo que cabalgaba al hombre, estaba muy cachonda y la sumisa se iba poniendo cada vez más caliente hasta que estallaron los tres en un orgasmo casi al unísono llenando el hombre a la mujer el coño de semen.
Laura se levantó y Naima se arrodilló, no necesitó ninguna orden y comenzó a lamer los muslos de la mujer y el coño limpiándola todos los restos de leche que quedaban.
|