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Amo virtual
Escrito por Lourdes

Muy obediente iba cumpliendo las ordenes de mi "Amo virtual", prueba tras prueba sin darme cuenta que cada vez me implicaba más y cada vez arriesgaba más y me olvidaba de mi condición de mujer casada.
Me ordenó que le enviara fotos en la que mostrara bien mi cuerpo. Tras pensármelo mucho decidí enviarle las fotos.
Tras recibirlas mi Amo se enfadó y me ordenó que me depilara íntegramente mi sexo, con espuma de afeitar y la cuchilla de mi marido, ya que no observaba con total nitidez mi raja.

Mil veces me lo había pedido mi marido que me depilara y mil veces fue no fue la contestación, y ahora lo hice, para alegría de mi marido ofreciéndoselo como regalo de aniversario de casados.
Con mi coñito totalmente depilado como si el de una quinceañera se tratara me encontraba más limpia, más desnuda, más ofrecida y sumisa.
Le gustó mucho la forma que le relaté cómo me había depilado y la alegría de mi marido. Para premiarme me ordenó, que tenía que ser vista desnuda íntegramente y con tiempo para deleite de los mismos por al menos 3 mujeres y también 3 hombres. Que me buscara la vida, que mi marido no valía y también al menos dos mujeres, que le tenía que informar de cómo me las apañaría, para ver si le convencía.
Pensé en mi ginecólogo, pero claro no me iba a desnudar íntegramente y sólo era un hombre. De repente me acordé que en mi gimnasio
Le comenté mi plan gimnasio, ducha, sauna, baño turco y me dio el visto bueno, insistiendo que tenía que dar tiempo a que me observaran.
Me fui al gimnasio al cual acudía habitualmente, es un gimnasio de "elite" muy "pijo" con unas instalaciones completísimas en el cual había pequeñas saunas en los vestuarios de mujeres y me imagino que igualmente en el de hombres, también disponía de un tipo de baño turco, donde algunos aprovechaban siempre algún descuido de una toalla mal colocada para a ver si veían algo, ya que esta instalación era mixta.
Fui a una hora (la hora de la comida) cuando no suele haber nadie o muy poca gente, hice mi gimnasia habitual pasé por delante de las pistas de pádel ya había cuatro chavales jugando , podía ser mi oportunidad , me fui a ducharme, al entrar en el vestuario, observé que en la sauna había dos mujeres y una de ella totalmente desnuda, me duché y salí de la ducha, como hacían varias exhibicionistas que yo mismo había criticado anteriormente, totalmente desnuda, para deleite y disfrute de las dos bolleras que tenía más que fichadas y que clavaron sus ojos en mi chochete totalmente depilado, me paseé yendo de un lado a otro y decidí entrar en la sauna, saludé y las dos correspondieron a mi saludo con los ojos bien abiertos y mirándome de arriba abajo, las conocía de otras ocasiones pero yo siempre me tapaba con mi toalla.

Pero aún me quedaba lo más complicado y lo que no sabía si iba a ser capaz de cumplir y era el ser vista por tres hombres. Me puse mi toalla, salí del vestuario y cruzando el pasillo estaba, el baño turco. Lo acababan de encender por lo que no era sofocante la humedad y el calor. Me paré con la puerta abierta.
No había nadie, es una instalación que sobre todo utilizan los hombres, no se oía nada el silencio daba miedo, sólo se escuchaba una tras otra gotas que caían de una ducha mal cerrada. Decidí entrar y cerrar la puerta. Retiré mi toalla, quedando expuesta a que entrara cualquiera y me viera totalmente desnuda. Me tumbé y simulé estar dormida, afortunadamente acabarían de arrancar el sistema y aún no había ese calor y humedad habitual.
Cerré los ojos, estaba con miedo pero excitadísima cuando pensaba incorporarme para retirarme y dar la prueba como fallida. Oí voces de hombres, gritando " qué potra habéis tenido" " hemos jugado mil veces mejor", cogí la toalla para taparme, me faltaba la respiración, pero como no sabía que hacer cada vez las voces se oían más cercanas, de repente dejé caer al suelo mi toalla y bajé una pierna dejando así mis muslos ligeramente separados, tumbada con los ojos cerrados, mostrando mi largo cuerpo, mis piernas y mi raja con sus labios asomando y con un miedo terrible me hice la dormida. Notaba que estaba excitadísima tenía el coño encharcado.
Oí como abrían la puerta se quedarían boquiabiertos, ya que se callaron, el silencio duro unos segundos que se me hicieron eternos, uno decidió romper el silencio:

- Hola

Abrí los ojos como sorprendida y de repente fue como si se me cayera el mundo encima, sentí una vergüenza terrible a la vez que un excitación que nunca antes había sentido, era una sensación de estar totalmente a disposición de esos cuatro hombres, estaban los cuatro de pie frente a mí, observándome y totalmente desnudos, traté de controlarme para no salir corriendo:

- Hola buenos días
- Hola ¿qué hay?

Contestaron dos a la vez que se acomodaban, los otros dos tan sólo sonriendo eso sí sin dejar de mirarme el coño, pero para entonces ya me dominaba el morbo y la excitación, es más si se llegan a fijar con más detenimiento si cabe en mi raja, hubieran observado el brillo de mi flujo.
Decidí observarlos: Uno se tapó con la toalla sus partes aunque llegué a ver que tenía un miembro pequeño y "adormilado". Tendrían todos cerca de 30 a 40 años y todos conservaban un cuerpo fuerte y atlético, menos ese que ya tenía la barriguita de rigor. Los otros estaban prácticamente de exposición, sentados con las piernas separadas frente a mí con los huevos colgando, observé sus gruesos penes uno lo tenía largo y en semi erección y los otros por ahí andaban ya que cada vez más se les separaba más el rabo de los huevos.
Los cuatro recorrían mi cuerpo de arriba a abajo, con paradas pronunciadas en mi coñito depilado y tetas. Por fin me levanté, les sonreí y me despedí, dándome la vuelta y notando como se clavaban los ocho ojos en mi culito respingón en forma de corazón. Y de repente me quedé helada

- ¿A dónde crees que vas?

Me quedé petrificada, no sabía si salir corriendo.
Me di la vuelta y el del pene más grueso se levantó, y mirándome a la cara se me acercó y me abofeteó, ¿Qué haces mirándome a la cara?
Recordé que era una exigencia en las normas impuestas por mi Amo, estaba asustadísima pero a la vez muy excitada, sólo pude bajar la mirada tragar saliva e intentar tapar mi sexo con ambas manos, mi corazón latía 1 200 kms /hora, quería salir corriendo, pero mi ansiedad por el morbo de la situación, esa voz tan fuerte de mi Amo y no podía defraudarle o me dejaría y por otra parte estaba a disposición de que me hiciera lo que quisiera, porque estaba dispuesta a obedecer todas sus órdenes estaba como teledirigida yo ya no era yo yo era.

- Pide perdón ahora mismo e imponte tu misma un castigo por tu osadía.

Que yo me impusiera un castigo, pero cómo podía yo, con el miedo, el susto la angustia de verme acorralada la la y lo peor era que yo misma me había entregado y yo misma estaba entregándome y aún peor es que notaba una excitación perversa algo impresionante.
Para empezar pon tus manos en la nuca y mantén las piernas bien separadas. Eso hice, mirando con los ojos ligeramente hacia arriba pude ver como uno de los tres se estaba estimulando el pene con estiramientos del mismo, como preparándoselo.

- A ver zorra estamos esperando.

Según dijo eso, noté como me acariciaba la cara, separándome los pelos de la misma, acercando sus dedos a mis labios y obligándome a lamerlos. Hacía calor estaba sudando por la humedad, con sus dedos mojados, fue bajando por mi cuello, yo sentía un temblor y un frío, fue llegando a mis senos, que para entonces tenía los pezones erectos, cogió ambos pezones y los pellizcó, sentía dolor, me ardían los pezones, pero me gustaba.

- Bueno guarra, veo que no tienes agallas para imponerte tú mismo un castigo, por lo que lo tendremos que imponértelo nosotros. Mi deseo es que te veamos bien todos tus agujeros y por supuesto que los probemos, y ahora ¡abre la boca!

Temblorosa, asustada pero entregada abrí la boca.

- Muy bien putita, Juan tendrás el honor de follarte ese agujero.

Mire al tal Juan era el más fuerte y tenía ya una terrible erección, que mantenía a base de va y vienes con su mano.
Cogiéndome de los pelos y tirándome para abajo me ordenó: Ahora arrodíllate putón.
Obligada por el tirón de pelos me quedé a cuatro patas.

- Date una vueltecita por aquí, perrita que te veamos bien.

Estaba ya casi mareada por el calor , encharcada de sudor y humillada como si fuera un animal, fui cabeza baja gateando frente a ellos, mientras soltaban risas y comentarios.
De repente mi amo me hizo parar frente a sus pies y con un gesto claro, me ordenó que me agachara y se los chupara, obedecí en el acto dejando mi ano en total exposición a los otros tres, que no pararon de soltar burradas como huy qué estrechito; se te va romper;.
Sepárate las nalgas para que te vean el ano tan estrechito que tienes.
Ya no podía sentir más humillación, perdiendo cualquier sentido del pudor separé ambas nalgas abriéndose mi precioso culito en forma de corazón y mostrando su parte más secreta.

- Pedro ese agujero te corresponde a ti.

Recordaba que una de mis exigencias fue que ningún hombre me follaría y de tocarme exclusivamente bajo consentimiento y sólo él y por supuesto descartando que él pudiera follarme.
Prometió siempre cumplir su palabra.

- Ahora siéntate, levanta las piernas y ábrelas en forma de X.

Eso hice y noté cómo se acercaban todos a observar mi coñito depilado brillante por la excitación, con dos dedos expertos de mi Amo separó mis labios superiores, dejando mi cueva entreabierta y mojada para las miradas de sus amigos.

- Bien esto es una guarra limpia que muestra bien su coño, depilándoselo ja, ja, ja. Ahora putón queremos que te empieces a acariciar suavemente y todo el cuerpo, espero que sepas cumplir, si no te juro que te arrepentirás. Tú mastúrbate y cuando cualquiera de nosotros te ordenemos una postura la haces al momento.

Empecé a tocarme los senos, a contonearme, los cuatro se colocaron frente a mí y empezaron a mirarme con una sonrisa en la boca, uno con los ojos entre cerrados y abiertos, los 4 se estaban masturbando, mientras me miraban hacer lo mismo. Me llevé varias veces la mano a mi encharcado coñito, de repente me dio por pensar si alguien abriera la puerta sudaba, cerraba los ojos, hasta que de pronto el tal Juan se me acercó me cogió del pelo obligándome a agacharme a la altura de su ya rojizo pene y entendí que tenía que abrir la boca, soltó su glande rebotando en mis labios y lanzó un gran chorro de semen espeso, el cual más de la mitad inevitablemente tuve que tragar, por el impulso su glande tocó mis labios varias veces, sentí una ganas terribles de agarrar ese miembro y englutirlo en mi boca, pero hubiese sido mi perdición, ya que hubiese acabado follada y quién sabe si más

Sin darme cuenta me encontraba, tumbada con las piernas separadas tocándome y rodeada cada vez más cerca de 4 pollas a punto de reventar. El de la picha gorda, se acercó, sin parar de meneársela se arrimó hacia mi vagina abierta y se agachó dejando su glande a escasos centímetros de mis labios vaginales.
Pero de repente noté un calor en mi pecho, era mi AMO se había corrido encima de mis senos empecé a restregar su leche por mi vientre, mientras el de la picha gorda estaba con su glande rozando mis labios vaginales, deseaba ser penetrada, todo me daba igual, de repente sentí cómo con fuerza recibía el chorro caliente en toda mi raja depilada.

Se apartó rápidamente el de la picha larga para dar paso en el mismo sitio al tal Pedro, recordaba que era el del culo. Con fuerza subieron aún más las piernas y me las echaron hacia el pecho dejando a Pedro mi agujerito negro como diana fácil. Noté cómo gran parte del líquido entró dentro del ano.
Me tumbaron boca abajo en el suelo, yo necesitaba ser follada tenía una grandísima excitación, cerré los ojos y esperé y dejé de oírlos, así que me incorporé, miré a mi alrededor y ya estaba sola, en el suelo despatarrada, con semen por la cara, por el pelo, por todo mi cuerpo se habían llevado mi toalla, me encontraba, totalmente desnuda, caliente, sucia y sin posibilidad de taparme.

Salí totalmente desnuda no había nadie, sentía un frío terrible, me metí en la ducha y empecé a tocarme a meterme uno, después dos dedos, en boca, vagina y hasta en mi ano, llegué a cientos de orgasmos y me quedé traspuesta sentada en el suelo con la ducha templada cayendo. Cuando me quise enterar escuché ruidos en la ducha de al lado había una persona, abrí mi puerta, me asomé, no había nadie más que esa persona duchándose, vi que tenía su toalla colgada de la puerta, tiré de ella me tapé rápidamente y salí corriendo en dirección a los vestuarios.
Una vez vestida, no lo pude evitar pasar por la zona del baño turco, para dejar la toalla al pobre o a la pobre.

Entré silenciosa, no había nadie, extrañada me asomé por la ventana ya para entonces había mucho vaho y apenas se veía, a duras penas y apoyando mi cabeza en el cristal, observé en medio del baño, una jovencita, me imagino que la dueña de la toalla, totalmente desnuda con sus manos en la nuca y sus piernas separadas, tenía un tipazo, un culo firme, unas piernas fuertes pero largas y espaldas anchas, y sorpresa estaba frente a mi Amo y sus tres amigos observándola, mientras se volvían a estimular los penes pero y si me dio por pensar y si realmente ese ¿Era realmente mi Amo?


Licencia de Creative Commons

Amo virtual es un relato escrito por Lourdes publicado el 11-11-2021 22:49:48 y bajo licencia de Creative Commons.

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