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A correazos se aprende,la estricta sra Carmen cap3
Escrito por sumisso



Tras el fin de semana que pasé junto a la señora Carmen en su casa situada en un pueblo rural, mi vida cambió por completo. La señora cumplió su palabra y esta vez comenzó a vigilarme muy de cerca. Era lo que yo deseaba y lo que la había recriminado. Tomó la decisión que era la única manera que no me desviará y no volviese a convertirme en la persona detestable que había sido durante años. El delincuente que habitaba en mi tenía sus días contados.

Había muchos fogones encendidos en mi vida. Demasiados problemas que había que solucionar. Tendría juicios por todos mis actos vandálicos, tendría que pagar multas e indemnizar a quien perjudiqué. Había que solucionar todos los problemas que arrastraba y la señora Carmen se ocupó de ello. Tomó las riendas de mi vida por completo. Lo primero que hizo fue buscarme un trabajo en unos almacenes. Un trabajo sencillo, simplemente era descargar y cargar, llegaban camiones y yo descargaba y otra vez al revés, cargaba en los camiones. Mi sorpresa fue cuando la señora Carmen se dirigió al jefe de almacén y le habló:

- Voy a pasarme a menudo por el almacén. Me gustaría que me informase si el joven trabaja duro y cumple sus tareas. – Le pidió a mi jefe. El encargado se quedó algo sorprendido ya que yo ya tenía edad para ser responsable y no necesitaba una mujer mayor que mi vigilase pero a él le pareció perfecto, no tenía inconveniente en informar a la señora Carmen.

La señora Carmen se dirigió a mí donde me encontraba sonrojado y avergonzado observando como la señora hablaba con el jefe de almacén como si yo no fuera responsable, es más, no era nada responsable.

- Vendré a menudo a buscarte a tu trabajo, cuando me apetezca. Preguntaré al encargado si cumples con tu trabajo y te esfuerzas. Más vale que me diga que eres muy responsable, sino tendré que insistir en tu comportamiento….. tengo la correa que ya conoces preparada…. Y sabes que cada vez seré más dura contigo, todo lo necesario, puedo romperte el culo a correazos día tras día si es necesario – La señora me advirtió duramente.

He de decir que cumplí con mi trabajo sobradamente. El jefe del almacén estaba muy satisfecho conmigo. Me esforzaba y trabaja muy duro y siempre era puntual. Me tomé muy en serio mi trabajo, no deseaba decepcionar a la señora Carmen y mucho menos sentir su correa día tras día, ya había aprendido que puede ser completamente despiadada cuando agarra su cinturón de piel. En un tiempo record incluso me ascendió mi jefe a responsable de almacén.

Ahora no tenía tiempo para delinquir, era completamente responsable. Me pasaba muchas horas trabajando en el almacén. Llegaba cansado a casa y mi trabajo continuaba, tenía un sinfín de labores y órdenes que realizar. Debía limpiar y recoger toda la casa. Era otra orden de la señora Carmen. Decidió que me ocuparía de la limpieza de la casa descargando de ese trabajo a mi madre, que pasaba horas en su trabajo en la fábrica. Mi madre estaba muy contenta y orgullosa de mí, había cambiado por completo, pero era muy prudente, sabía que tarde o temprano podría volver a ser el de antes. Ya tenía la experiencia del último acontecimiento donde la defraudé por completo tras creer que había cambiado.

Limpiaba mi casa y otros días la de la señora Carmen, era el pago por todo el esfuerzo que realizaba sobre mí. Uno de los días que estaba en su casa limpiando, la señora se sentó en su cómodo sillón y comenzó a observarme. Giré la vista y observé como estaba plácidamente sentada observándome con las piernas abiertas, podía ver su gran coño peludo. Aquello me excitó mucho y no dejé de mirar.La señora cada día me excitaba más, había pasado de aborrecerla a adorarla, mis sentimientos hacia ella eran muy fuertes. Ahora estaba distraído no paraba de mirar a la señora y su sexo peludo. La señora lógicamente se dio cuenta. Observó cómo comencé a excitarme. Ahora ya no podía negar que me atraía la señora, su carácter, su físico voluptuoso, su dureza, …. Aunque no comprendía porque me atraía tanto la señora, pero aquella señora mayor estaba siempre en mi mente.

La señora se levantó del sillón y se acercó a mí. Metió la mano por debajo de mi pantalón y agarró mis testículos con fuerza. Los estrujó provocándome un gran dolor y me habló con una sonrisa en sus labios:

- ¡¡Te veo muy excitado¡¡, ¿ te gustaría tener sexo conmigo ?... No te equivoques… no me gusta el sexo convencional… Pero si puedo penetrarte con mi arnés, es algo que me encanta y hace mucho tiempo que no disfruto. – La señora soltó mis testículos a punto de explotar por su presión y se marchó a su habitación. Regresó con algo entre sus manos, contemplé el objeto y comprendí que era un plug anal.

- Voy a entrenar tu culo…. Vas a llevarlo metido en tu ano el tiempo que a mí me plazca – Sacó del bolsillo de su vestido corto sus inseparables guantes de goma de color rojo y comenzó a introducir sus manos en ellos. Aquel gesto me seguía poniendo nervioso, escuchar el crujir de la goma entrando en sus grandes y carnosos brazos. Terminó de ajustarse los guantes y me bajó los pantalones y ropa interior. Lubricó el plug anal y noté el tacto frio en mi ano.

- ¡¡ Esto te va a doler ¡¡ - Me advirtió la señora Carmen. Me inclinó sobre una mesa y noté como su mano izquierda cerró mi boca y su mano derecha comenzó a introducir el plug de goma dentro de mi culo. Olfateé el olor sucio de sus guantes de goma en mi boca mientras a la vez comencé a notar una sensación de dolor a medida que el aparato de goma iba introduciéndose en mi culo. El dolor aumento, tenía el culo muy cerrado y la señora presionaba. AAAhhhhhnmmmmmm Se escuchaba a través de mi boca tapada por sus guantes de goma.

- ¡¡ Callate¡¡, no me hagas enfadar o te aseguro que será mucho peor, puedo meterlo de golpe en tu culo, te aseguro que lo haré si sigues quejándote y gritando como una niña – Me amenazó la señora. Sabía de lo que era capaz. Aguanté el dolor y traté de no quejarme mientras continuaba tapando mi boca y a la vez introduciendo el plug de goma. Quedaba muy poco para que entrase por completo y finalmente presionó con fuerza. Ahhhhhhhmmmmmmmmmm el dolor fue muy intenso pero respiré aliviado una vez lo introdujo por completo dentro de mi ano.

La señora subió mi ropa interior y posteriormente el pantalón dejando el plug dentro de mi culo.

- Vete acostumbrándote a él. Lo vas a llevar puesto siempre que me plazca, quiero poder follarte ese culo muy pronto con mi arnés - . La señora estaba decidida a poder usar mi arnés conmigo. No tendríamos el sexo que yo esperaba, pero sería una nueva experiencia para mí.


La señora Carmen tomó las riendas de mi vida por completo. Me daba muchas instrucciones y órdenes que cumplir. Limpiaba la casa, iba a la compra y por supuesto ahora con el plug de goma dentro de mí culo . El primer día que llevé el pene de goma dentro de mí, fue duro, no estaba acostumbrado, sentía una fuerte presión dentro de mí y cada movimiento podía ser doloroso. Obedecí por completo a la señora.

- Ni se te ocurra quitártelo sin mi permiso… si lo haces no podrás volver e meterlo y me daré cuenta y te aseguro que no te gustará lo que ocurrirá a continuación – Fue la advertencia de la señora. Durante dos días seguidos llevé metido el plug dentro de mi culo. Me acordé de la señora a cada instante y cada paso doloroso que daba.


Mi vida había cambiado por completo. Me había convertido en una persona completamente distinta. Educado, obediente y muy trabajador. Mi madre y la señora Carmen querían volver a retomar sus salidas de cena y teatro. Ambas estaban preocupadas sabían que ya había creado un gran problema tan solo una vez que se marcharon y ahora eran prudentes. Mi madre era reacia a marcharse y dejarme solo y volviese a recaer y escaparme a sus espaldas. La señora Carmen la hizo una promesa.

- Te prometo que no va a meterse en ningún problema durante nuestra ausencia. ¿confías en mi verdad? Te lo prometo - Prometió la señora Carmen a mi madre. Esta vez fue completamente diferente. Mi madre y la señora Carmen iban a salir a cenar, al teatro y quién sabe si luego a bailar un rato. Mi señora Carmen , especifico, que ya la consideraba mi señora, era mi dueña, la señora Carmen tomó las precauciones debidas.

Mi madre había quedado con la señora Carmen a las 7 de la tarde en mi casa un viernes. Ese mismo día recibí la orden de acudir a casa de señora Carmen a las 6:30, es decir media hora antes. Estaba intrigado, desconocía cual era el motivo. Entré a casa de mi señora y la contemplé deslumbrante, me recordó a aquel día que fue por primera vez al teatro con mi madre y yo posteriormente las estropeé su momento de diversión. Vestía con un vestido negro y medias negras acabados en zapatos de metido tacón. Estaba espectacular, deseaba tocarla, pero ella no me dejaría y sería una completa falta de respeto.

- ¿Te acuerdas aquella vez que estropeaste aquel momento a tu madre y a mi ? tuvimos que ir a sacarte de comisaría….. esto hoy no va a suceder…. – Me indicó muy segura. No tenía intención de estropear su salida, era otra persona diferente pero la señora tomó sus precauciones y pronto averiguaría cuales eran.

Me indicó que la siguiese a su habitación. Sobre la cama había diversos objetos colocados. Había un juego de esposas, cinta y cuerdas. No entendía la situación, la señora debía irse en media hora, no había tiempo para castigos.

- Túmbate bocabajo sobre la cama – Me ordenó seria.

Obedecí al instante y la señora comenzó a esposar mis manos a la espalda, posteriormente ató mis pies sujetos a la madera donde terminaba su cama. Colocó un collar de perro sobre mi cuello y lo ancló sobre mi cuello sujeto al cabecero de la cama con un candado con llave. Me inmovilizó tal como había hecho la primera vez que descubrí su carácter y temperamento. Era consciente que era imposible liberarse de las ataduras y las esposas metálicas y mucho menos de candados. No me molesté en intentar escapar, sabía que era absurdo y nunca podría.

- Vas a permaneces aquí hasta que regresemos tu madre y yo. Es la única forma de asegurarme que no vas a meterte en problemas - . Me indicó la señora Carmen. Era muy inteligente, se había asegurado que así fuera. No tenía opción alguna de salir de aquella habitación y de aquella cama donde me encontraba inmovilizado.

- Le prometí tu madre que no ibas a meterte en problemas y te aseguro que siempre cumplo mis promesas - Continuó indicándome segura de cumplir su palabra.

- Ohhh. Falta un último detalle…. Algo para que te acuerdes de mi…. – Me dejó intrigado, no sabía a qué se refería mi señora.


Agarró unas bragas que había completamente sucias lleno de sus restos de orina y las metió dentro de mi boca. Abrió el cajón de su mesilla y agarró unas medias negras limpias y las encajó en mi cabeza. Su media apretaba mi rostro y eso impediría pudiese escupir su mordaza. Ahora estaba inmovilizado sobre la cama y amordazado.

- ¡¡Sé que disfrutas con mis bragas sucias, te excitan y te gustan¡¡ . Es un regalo para ti para esta noche.¡ Agradécelo¡ – La señora se había dado cuenta que disfrutaba con sus bragas sucias, era muy inteligente y me había observado sin equivocarse. No comprendía la situación, el sabor era muy fuerte y detestable y aquello me excitaba mucho, sentir el sabor sucio de mi señora en mi boca. Ahora no podía moverme ni emitir sonido alguno. Era un objeto anclado a la cama, no podría crear el más mínimo problema.


- Esta semana hablaremos sobre nuestra relación. ¿te gustaría ser mi esclavo? Has hecho grandes progresos pero falta mucho…. Ya hablaremos sobre ello esta semana. Hay varias condiciones que deberás aceptar y acatar. Ya habrás observado que soy una mujer sádica, hay ciertos castigos que todavía no has probado y deberás aceptar si quieres ser mi esclavo, muy duros pero lo harás por mi…. Y entre ellos es ser mi retrete humano, todo cuando salga de mi lo tragaras - Me indicó la señora mientras se encaminaba a marcharse de la habitación.


Quede inmovilizado y amordazado solo en aquella habitación durante muchas horas. No dejaba de pensar en sus palabras y que tendría la oportunidad de ser su esclavo. El camino todavía era muy largo, pero conocía que deseaba ser su esclavo, adoraba a aquella mujer, estaba completamente enamorado de ella sin comprender el porqué.


Varias horas después la señora regresó sonriendo, había disfrutado mucho de la compañía de mi madre. Ambas lo habían pasado realmente bien. Mi madre había disfrutado de la vida sin tener que preocuparse de mí como había hecho muchos años atrás. Me liberó de la cama y sacó su mordaza de mi boca. Ambos regresamos a mi casa donde se encontraba mi madre.

- Te lo prometí. Aquí está y no se ha metido en ningún problema - Le dijo la señora Carmen a mi madre.

Mi madre estaba orgullosa con mi comportamiento, había disfrutado de la cena, el teatro y había vuelto a casa sin tener que enfrentarse a ningún nuevo problema creado por mí. La señora Carmen me ordenó que fuese a mi habitación a dormir. Se quedaron a solas mi señora y mi madre.

- Te obedece por completo y su vida ha cambiado desde que te conoce. Quiero saber la verdad. ¿cómo lo has conseguido?- Preguntó mi madre a la señora Carmen. La señora suspiró, no podía seguir ocultando el secreto a mi madre. Estaba dispuesta a contarla todo, quien era, su pasado como dominatrix sádica, su marido y esclavo.

Se sentaron cómodamente en el sillón de casa y comenzó a relatarla todo, tanto su pasado como los castigos que había recibido y habían cambiado mi comportamiento. La verdad había salido a la luz.


Continuara………. Final inesperado lo prometo.

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A correazos se aprende,la estricta sra Carmen cap3 es un relato escrito por sumisso publicado el 06-04-2023 13:00:37 y bajo licencia de Creative Commons.

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