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Sometida
Escrito por dereck

Atada. Bien atada…. Hacía demasiado tiempo desde la última vez, o quizás no tanto. Quizás me puede el ansiedad de sentirme sometida una vez mas, como si fuera la última. Es aun mas tortura el tiempo que paso pensando en cuando volverás a hacerme tuya. Y ahora que vuelvo a estar a tus pies, se que la espera ha merecido la pena. Hoy te has superado

Tengo los ojos tapados por un pañuelo oscuro. La boca ocupada por algo, me alegro no ver de que se trata. No has utilizado una de nuestras bolas.. es alguna tela, ¿un trapo quizás? Pero joder, sabe a corrida, a una corrida muy fresca, aun caliente.

Desnuda y atada… Hoy no estoy colgada. Mis manos unidas por las muñecas están fijadas por alguna cuerda al suelo, me has dejado tan poca cuerda que no puedo levantarme, solo puedo permanecer sentada, arrodillada o agachada Mis tobillos también están sujetos, bien apretados. La cabeza, sujeta por algún tipo de lazo desde el techo, se mantiene tiesa y con el cuello estirado para el deleite de alguna de tus perversiones. Unas cuerda me muerden las rodillas, y has tirado de ellas atándolas dios sabe donde para mantenerme las piernas abiertas y asi ofrecerte mi coño para tu placer. Me tienes totalmente expuesta. No puedo agachar la cabeza, aunque quisiera, solo puedo alzar mi cara esperando que te decidas a deleitarte con alguna de tus embestidas en mi boca. No puedo levantarme ni cerrar las piernas, solo dispuesta para que me folles si ese es tu deseo hoy. Me has convertido en tu muñeca, tu juguete. Y en el fondo sabes que a pesar de la incomodidad, de la frustración de saber que no tengo control alguno, me puede el ansia y sufro solo por sentirte de una vez dentro de mi.

Al menos lo que rodea mi cuerpo sí sé que es cuerda. Áspera, ruda, fuerte, cortante. ¿El único sitio donde no hay soga? Mi cuello…

La soga la sentía clavada en las ingles, enmarcando y resaltando los labios mayores. Mi postura es de absoluta rendición, arrodilla a tus pies. Has hecho que la cuerda se abra camino entre mis labios, abriéndolos, introduciéndose en mi coño. Con la cuerda apretando mi culo y mi ano.

Con la cuerda pasando entre la raja de mi culo y mi coño, mis nalgas quedan expuestas para ser azotadas. Lo harás ¿verdad? Se que ahora las estas mirando, se ven bien prietas por la tensión de la cuerda. Redondas, duras… te encanta castigarlas. Y yo me muero por recibir tu piel sobre la mía.

Te conozco… Sé que estás ahí, mirándome. Se que me amas, que me miras como ese trofeo que parecía inalcanzable. Pero también se que ahora me miras con lujuria, como a tu perrita, a tu puta. Me recorre una punzada de inquietud no saber que tienes en las manos. A veces usas juguetes… unos me gustan mas, otros menos… Pero siempre logras sorprenderme. ¿tendrás un vibrador descomunal? … Lo que si se es que tienes la polla dura, sé que te estás masturbando… huelo tu polla en la distancia, tu sudor, el olor de tus fluidos que seguro ya han empapado todo tu capullo. . Me la has dado a probar tantas veces que ahora mismo ya me llega su sabor al paladar. Es más, escucho tu mano deslizarse sobre ella, con fuerza, te la estas machacando sin mesura.

De golpe escucho tu voz

-“voy a hacerte gritar de placer zorrita”

No se de donde venía tu voz, ¿de atrás mía? ¿al lado? No puedo verte, pero has hecho que se me ericen todos los vellos de la piel. Tu voz, tan segura t profunda, tan autoritaria y tan cachonda son un resorte para mi cuerpo que empieza a calentarse y segregar fluidos que empapan mi coño.

Pero lo que si siento son tus pasos. Te has desplazado, no se donde estabas, pero ahora estas justo detrás de mi. El olor de tu polla es mas intenso, y el calor que irradia tu cuerpo llega hasta el mio. Quisiera girarme hacia ti, por un momento me olvido de las ataduras, pero me es imposible y recuerdo mi completo estado de sumisión. Y me excito. Y es en ese momento cuando siento tu piel sobre mi culo.

Primero el sonido de un golpe seco, y tras el, como el trueno sigue al relámpago, mi grito. Se ahoga en el maldito trapo que ocupa mi boca, ¿o serán tus calzoncillos manchados de semen?

Un azote, dos, tres… Te ensañas con la palma de tu mano. Imagino mi culo tornándose de ese color rosado que tanto te gusta. Noto el ligero quemazón de la piel sobre todo cuando rozas con la tuya. Sigues castigando mis nalgas. Y sigo escuchando el inconfundible sonido de tu mano machacando tu polla, chapoteando tus flujos. Imaginarme tu pene erecto, lubricado, ansioso por poseerme me hace desearlo con todas mis ganas. Y ese placer se mezcla con cada azote. Es mas la tortura por la espera de ser tuya que por el castigo de los azotes. Solo puedo gemir suplicando a través de la mordaza que me hagas tuya de una vez. En otras ocasiones me dejas suplicarte que me folles, me dejas que me desviva pidiéndote la polla. Hoy solo me dejas gemir.

Tu dedo se desliza hasta rozar el borde de mi ano, rodeándolo con descaro, bajando hasta su destino final. Bajas por mi raja y tu dedo queda empapado de mis fluidos. Noto como te lo llevas a la boca y lo lames golosamente.. Sé que no me vas a avisar… Y tras un instante donde el mundo se ha detenido, introduces 2 de tus dedos hasta lo mas hondo que tu mano te permite. Siento como la presión me revienta y comienzas un delicioso y tortuoso juego de movimientos trazando formas caprichosas con tus dedos en el interior de mi coño No eres delicado, frotas, pellizcas exploras y yo solo puedo jadear… unos jadeos que se acompañan de tus propios jadeos ansiosos.

Tu mano firme se mueve con destreza, presionando paredes, dilatando zonas, castigando resistencias. Gimo y me retuerzo lo poco que me permite la soga. El paño empapado en semen amortigua mis quejidos y mis ruegos.



– ¿Quieres polla?- me dices.

¿Acaso puedo elegir?, pienso, mientras siento el capullo apoyarse contra mi coño abierto y expuesto.



Tu polla me empala con violencia al instante. La siento completamente dura y caliente en mis entrañas, golpeando sin ritmo pero con fuerza mientras una mano me agarra del pelo ytira levantando aun mas mi cabeza.. Tu polla me destroza el alma con sus embestidas, y mis jadeos se quedan en nada por la tela empapada en saliva y leche. El golpear constantes de tus pelotas contra mi coño relaja mi resistencia, pero los movimientos me castigan el cuello que ahora esta rodeado por tu mano, apretándolo. Me cabalgas a tu antojo, sacando el animal que hay dentro de ti. Nada puedo hacer por detener tus caprichos, solo puedo aceptar tu violación. Y lo mas excitante de todo, es que si me liberaras de esta maldita mordaza, solo sería capaz de gritarte que me das mas fuerte, que me folles como a una perra, que me destroces como nunca antes.

Me retuerzo combatiendo la resistencia de las cuerdas cuando el orgasmo estalla en mi interior. Gimo tanto que casi me ahogo con el trapo. Aun estoy presa del placer pero tú sigues bombeando como un salvaje, lo que hace que se extienda aun mas mi orgasmo, me clavo las uñas en mi piel. Pero aun te guardas una sorpresa, siempre tienes alguna sorpresa. Te separas de mí, y pienso que aun no te has corrido. Mi coño aun no a tenido tiempo de cerrarse cuando una forma fálica pero plástica ocupa el lugar donde antes estaba tu hombría. Enciendes el vibrador a su máxima potencia y se ocupa de machacarme el clítoris.

– Come polla- me ordena tu voz. Esa voz que creía a mi espalda, ahora la tengo enfrentada a mí.

Y yo como, claro que como, que para eso soy tu guarra…

El movimiento es rápido. Me has quitado el trapo pero apenas me has dejado tomar una bocanada de aire fresco. Tu polla ya ha ocupado el lugar de la mordaza. Y claro que te como la polla, no tengo otra opción. Y tú te encargas además de remarcar tu superioridad tomándome la cabeza y empujándola contra ti. Me das un par de embestidas de margen para que me prepare. Pero a la tercera, tu falo se desliza entre mis labios sin parar, hasta que noto en mi cara tus propios vellos. La punta de tu polla presiona mi garganta y la mantienes ahí. Imagino tu cara, de máxima lujuria, mientras me observas. Con mi rostro rojizo, acalorado, sudando y quizás ahora también con alguna lágrima deslizándose desde mis ojos ante la falta de aire por aguantar tu polla completamente en mi garganta. Mi cuerpo atado, prieto inmovilizado. Mi culo aun rojizo de tu castigo. Y con ello, moviendo mis caderas para ayudar al vibrador que sigue machacando mi clítoris, en busca de un nuevo orgasmo. Ese aparato del infierno que me vuelve a encender hasta lograr un nuevo orgasmo. Y a ti te tiene que gustar lo que ves, mi sometimiento. Porque noto tu estallido en mi boca, tu leche saliendo a chorros y cayendo por mi boca, por mis pechos. Ahora si oigo tus gritos profundos que se funden a mis agudos gemidos. Y sigues follándome la boca, vaciando tus últimos restos de leche que chupo con avaricia.

-¡Joder! Traga, puta, traga…

Y yo trago, claro que trago, que para eso soy tu guarra…



Aun dura la sacas, para golpearme con ella la cara. Y mientras en mi coño siento otra descarga, y los gemidos continúan. Y vuelvo a correrme…


Licencia de Creative Commons

Sometida es un relato escrito por dereck publicado el 19-07-2022 15:10:36 y bajo licencia de Creative Commons.

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