Tiempo estimado de lectura de 2 a 3 minutos

La cabaña
Escrito por Nazgul

Era un viernes por la noche, hacia frio y llovia ligeramente pero no lo suficiente como para anular la cita que teníamos los dos.

Tras conducir casi una hora por una carretera oscura y llena de curvas, nos detuvimos en un pequeño claro que había al final. Alli había una pequeña cabaña de madera con un aspecto un tanto siniestro.

Bajamos sin ninguna prisa y en silencio del vehiculo y entramos en ella.
Nada mas entrar encendí unas velas y sin mediar palabra te empuje contra la pared y acercando mi cara a la tuya te pregunte:

- ¿Así que no me das mas minutos al dia? - mis ojos brillaban peligrosamente
- Lo siento nene, dijiste - pero estabas sonriendo ligeramente.

En una fracción de segundo, mis manos te cogieron de la cintura y bruscamente hicieron girar todo tu cuerpo haciendo que me dieras la espalda y que tu cara se apoyara contra la pared.
Justo en aquel momento de mis labios salio la palabra que te ordena el inicio.

- “YA” -

No pudiste evitar el abandonarte a raíz de escuchar aquello……..


Mientras mi mano derecha sobre tu cabeza ejercia la presión suficiente como para que no pudieras separarla de la pared, mi otra mano se acerco a los botones de tu blusa y los desabrocho en poco menos de 10 segundos (para ti fue toda una eternidad) y empece a jugar y atormentar tus sensibles montículos pellizcando sus pezones y tirando de ellos.

Una de las veces lo hice con tanta fuerza que gritaste y sin darte cuenta se abrieron involuntariamente tus piernas.

Fue entonces, cuando saque unas pinzas de mi bolsillo y te las coloque en tus doloridos pezones....... ya estabas empapada, tus jugos se asomaban tímidamente y caian mojando tus muslos.

Tenias un dolor fuerte pero a la vez controlado que no hacia mas que excitarte mas a cada instante. Mi mano derecha bajo ligeramente y dejo de apretar tu sien para cogerte del cuello enérgicamente mientras mi lengua no dejaba de lamer tu nuca lascivamente.

Fue entonces cuando te dije:

- “Me vas a dar mas minutos verdad?” -

Y en ese mismo instante explotaste de placer y alcanzaste un orgasmo sin haber tocado tu zona vaginal en ningún instante. El dolor de tus pezones y mi mano y lengua sobre tu nuca ya eran mas que suficiente para llegar al climax.

Tu me respondiste.

- “Siiiiiii , te los dare” -

En tu mente no cabia otra contestación puesto que aquel intenso orgasmo anulaba cualquier parte racional existente en ti.

Unos minutos después, cuando te daba la sensación de que el reloj se había detenido, libere la presión de mi mano sobre tu nuca, retire las pinzas de tus pezones, te abraze dulcemente y te dije mirándote a los ojos:

- “YA” -

Te cogi en brazos y te lleve hasta un amplio sofá que se encontraba a tu derecha, te deje caer sobre el y me retire lentamente.

Te preguntabas donde había ido, pero solo pasaron unos segundos cuando apareci ante tí con una agradable sonrisa, dos cucharas y un gigantesco helado de yogur.


Licencia de Creative Commons

La cabaña es un relato escrito por Nazgul publicado el 13-09-2023 01:04:33 y bajo licencia de Creative Commons.

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