La correa
Escrito por Nazgul

Te arrodillas en el suelo en silencio, tu collar alrededor del cuello, tu correa atada. desnuda, me esperas, soy tu dueño. Escuchas abrirse la puerta y agarras tu correa y la extiendes en tu mano para que yo la coja ......

Sabes que te estoy mirando, recorriendo tu cuerpo de arriba abajo mirando lo que me pertenece. Tu cara comienza a sonrojarse cuando mis ojos te analizan y observan cómo empiezas a temblar y temblar.

Te agarro de la correa y empujo suavemente hacia mi ...

- "ven aquí"

Sonríes y gimes suavemente mientras te inclinas hacia mi y abrazas mis piernas...

Estiras la mano y frotas mi pecho hasta llegar a mi estómago, encontrando el camino hacia mis pantalones. Me los desabrocho sin esfuerzo y los deslizo lentamente por las piernas. El acto en sí te hace temblar, ¿cómo un acto tan simple te hace sentir tan conectada con tu dueño?, es asombroso para ti.

Sacas mi pantalón, con extremo cuidado de doblarlo y colocarlo a un lado. Te inclinas hacia mi otra vez apoyando tu cara directamente en mi ingle, junto a mi polla, besando y lamiendo mi muslo mientras tus manos se ocupan de masajear y acariciar mis piernas.
Me inhalas. Solo mi aroma hace que tu clítoris palpite con fuerza.

Te inclinas y besas la parte superior de mis pies. Lenta y sensualmente mostrando tu sumisión hacia mi. Notas como las manos de tu amo atraviesan tu pelo. Sabes que quiero. separar tus labios de mis piernas y acercar tu boca cálida y húmeda a mi polla dura..

Cierras tus ojos deleitándote y gimiendo con cada golpe que mi polla atraviesa tu garganta envolviendo tus labios alrededor de ella, chupando y tragando a tu amo y señor ... lames cada centímetro de mi polla adorándome como has aprendido a hacer ... no me miras ... no te atreves ... estas ahí para mi placer y solo para eso ... sientes mis manos apretarse en tu cabello agarrándote y agarrándote fuerte ... tirando de ti ... apoyas tus manos en mis caderas lentamente y en ese momento notas como un rio de semen caliente y espeso inunda tu boca.

Lo saboreas y tragas deleitándote con su dulce sabor pero no puedes evitar que por la comisura de tus labios rebose parte de el por tu barbilla.

Me inclino hacia ti, y con mi lengua lamo tu cara recogiendo el fluido yo mismo. Te beso suavemente trasladando mi semen almacenado en mi boca recogido de tu cara y devuelto al interior de tu boca.

Me miras, ya no estas nerviosa, tan solo te invade una sensación de sumisión que te hace preguntar que harias sin tu dueño.

De fondo suena Divertimento en re mayor de Mozart