Tiempo estimado de lectura de 5 a 6 minutos

El padre de mi amigo
Escrito por Pandora

Quizás sea un pequeño cuento o quizás no, quizás sea real o quizás no, quizás sea sólo fantasía o quizás no. No puedo demostrarte ninguna de estas hipótesis, simplemente te contaré lo que quiero contarte, y serás tú, sí tú, quien saque su propia conclusión.

Todo comenzó en un pequeño pueblo, que como bien dice Miguel de Cervantes “de cuyo nombre no quiero acordarme”, en el que había una pequeña joven congelada de frío en medio de la calle, esperando a que su bus pasara. Era pleno invierno, por la noche, el frío calaba hasta los huesos, y poco podía hacer por mantener el poco calor que le quedaba, pues todas las tiendas de aquel pueblo, ya estaban cerradas.

Unas luces aparecieron al final de la carretera, que avanzaban lentamente entre la nieve, la joven se acercó un poco más a la orilla de la carretera, pues no distinguía bien de donde procedían las luces. Confiada en que fuera el autobús, comenzó a hacer movimientos con los brazos y así poder llamar su atención. Cuando se dió cuenta de lo que realmente daba esas luces, ya era demasiado tarde, seguramente sería algún borracho con su coche, últimamente había muchos por el pueblo, la crisis estaba haciendo mucho daño.

La joven rápidamente se giró para quedar de cara a la pared, pensando que si pasaba de aquel hombre, éste se cansaría y se marcharía pronto, pero no fue así. Notó como lentamente bajaba la ventanilla, podía oír como ésta bajaba chirriando levemente, pero cuando paró, pudo oír esa voz grave.

- Hola, ¿necesitas que te lleve a algún lado? -se quedó en silencio esperando que me diera la vuelta y contestara- No voy a hacerte daño, pero ya no hay más autobuses por hoy, y no creo que quieras morir aquí congelada.

- Me giré hacia él- No, gracias. Espera, ¿Carlos? ¿El padre de Alex? Soy Andrea, la ex compañera de tu hijo, su amiga.

- ¡Vaya, qué sorpresa! Sube al coche antes de que te congeles, yo cogeré tus maletas.


Carlos se desabrochó el cinturón, y salió rápidamente del coche para meter las maletas dentro del maletero, mientras la pobre Andrea, se metía dentro del coche, refugiándose del frío, de aquella noche tan fría. Poco después de que ella se abrochara el cinturón, Carlos volvió a entrar en el coche, soltaba pequeños bufidos de frío.

- ¿Te llevo a casa? ¿Están tus padres? ¿Tenéis leña? -decía rápidamente mientras la miraba-.

- Mis padres no llegan hasta dentro de unos días, no tenemos leña, acabo de llegar al pueblo, pero llévame a casa gracias -sonreí tranquilamente-.

- No puedo dejarte en casa con este frío y estas condiciones, te daría una hipotermia como poco -se quedó dubitativo-, quédate en casa, Alex no viene hasta la próxima semana, así que puedes quedarte en su cuarto.

- No quisiera molestar -la vergüenza me invadió ruborizando mis mejillas-, gracias por el ofrecimiento. ¿A su mujer no le molestará?

- Mi mujer y yo nos separamos hace unos años, eso es una larga historia, pero no quiero aburrirte, seguro que tienes muchas cosas que contar -sonrió-.

- No me importaría escucharle.


A aquella joven hacía un tiempo que le gustaba Carlos, pero como estaba casado y era el padre de su amigo, nunca había dicho nada. Es más, había estado con otros chicos intentando olvidarse de él, pero ahora comprobaba que todo había sido en vano, porque el simple hecho  de estar los dos solos en el mismo coche, hacía que le deseara.

Carlos intentaba mantenerse concentrado en la carretera, su cabeza no paraba de dar vueltas y vueltas, ¿qué se supone que estaba haciendo? Es una niña para mí, yo era muy mayor para ella, además de que era la amiga de mi hijo. Siempre había deseado tenerla entre sus manos, pero debía comportarse como un adulto.

El viaje fue silencioso, cada uno sumido en sus pensamientos, deseando llegar a casa para poder refugiarse en el calor de la chimenea. Por fin el coche se detuvo en la entrada del garage de la casa, los dos se miraron impacientes, controlando sus propios deseos, hasta que guardaron el coche. Bajaron de este y recogieron las maletas del maletero, para después entrar en casa. Carlos llevó a Andrea a la habitación de su hijo para que se pusiera cómoda, mientras él iba a su propia habitación a ponerse lo más cómodo que pudiera, y al acabar, pasó por delante de la habitación de su hijo, y llamó a la puerta.

- ¿Si? -que voz tan suave y alegre-, pasa.

- Es por si querías cenar algo -abrí la puerta lentamente-, si te apetece puedo hacer unas pizzas, pero tranquila, la tuya sin marisco.

- ¿Todavía se acuerda? -me sorprendí-, permite que te ayude con la cena, has hecho ya mucho por mí esta noche.

- ¿Cómo no iba a acordarme? Y por favor, tutéame- dijo con una sonrisa en la cara-, bueno voy a la cocina, cuando estés lista vienes.


Por favor, aquel hombre me derretía con su simple sonrisa y se me caían las bragas con sólo pensar en él, así que decidí darle un pequeño empujón a la situación, ésta era la noche perfecta para empezar o para acabar con todo, pero no podía seguir así. Me puse una camiseta que me hacía un buen escote, y unos pantalones bien ajustados y transparentes, que me marcaran bien todo el cuerpo.

Bajé a la cocina, y tras carraspear un par de veces para que me mirara, entré en la cocina  poniéndome a su lado dispuesta a ayudarle, pero él, cuando me vio, no pudo evitar echar un vistazo de abajo a arriba por todo mi cuerpo, lo que hizo que me sintiera aún más sexy. Empecé a ayudarle, pero no podía evitar fijarme en que le costaba quitarme los ojos de encima, por lo que manché aposta mi escote para que él lo limpiara.

- Vaya me he manchado sin querer, ¿podrías ayudar a limpiarme? -puse una cara de pena, aunque por dentro estaba contenta-.

- Claro, no te preocupes, ahora mismo te ayudo -cogió un trapo y se dispuso a limpiarme lentamente-.
- Mmm (gemido) -tenía los ojos cerrados y me olvidé de que era él quien rozaba mi cuerpo-.
- Bueno, creo que ya estás limpia. He de ir al baño un momento, continúa tú o ve a ver una peli -se fue rápido-.


No me dio tiempo a contestar, pero seguro que se había ido para intentar bajar la tienda de sus pantalones, y era ahora o nunca, o me lanzo ahora, o perderé la mejor oportunidad. Fui al baño en el que él se había metido, y acercando mi oreja a la puerta no escuché nada, pero me temblaba el cuerpo como para abrir la puerta.

Me armé de valor y la abrí, y la escena que me encontré fue aún mejor de lo esperado, pues estaba él sentado en el wáter con los ojos cerrados, y con la polla en la mano, moviéndola con cierta rapidez para poder llegar al orgasmo. Lentamente me coloqué delante de él, me puse de rodillas, y lamí la mano y la polla de aquel hombre que me traía loca desde hace mucho tiempo.

Su cara de sorpresa al verme ahí, delante de él, de rodillas y con la lengua fuera acariciando toda su polla, era para hacerle una foto. Metí la punta de la polla en mi boca, y sentí que su mano intentaba separarme de ella, pero yo quería disfrutarla más.

- Oye ¿qué haces? No podemos hacer esto, por favor… para -pero en vez de parar me la metí aún más en la garganta-. Eres joven y la amiga de mi hijo, esto no debe ser así.


La saqué por un breve instante, aunque la mantuve sujeta con la mano, pues no quería perder aquella oportunidad. Con cara de guarra le dije:

- Sí lo estás disfrutando, y él no viene hasta dentro de unos días, disfrutemos hasta entonces, tienes tantas ganas como yo.
-(Me agarró del pelo y tiró de mi cabeza hacia atrás). Mira puta, si quieres disfrutar, abre boca de zorra que tienes, y traga.

Con una sonrisa me metí de nuevo la polla en mi boca, disfrutando cada milímetro de ella, pues era algo que deseaba desde hace mucho tiempo. Me era más cómodo estar a cuatro patas, por lo que decidí ponerme así, cuando recibí un buen azote en el culo, que para nada me desagradó.

Me hizo aguantar su polla en mi boca teniendo varias arcadas, y chorreando la saliva por mis labios, hasta que notó que convulsionaba por falta de oxígeno, por lo que me la sacó rápidamente de mi boca, donde automáticamente yo cogí una gran bocanada de aire que llenó por completo mis pulmones. Mi boca y su polla seguían unidas por la salida que se me había estado escapando de mi boca.

- El juego no se acaba aquí puta.

Continuará. Si te ha gustado deja tu comentario y un like, para animar a que continúe la historia.


Licencia de Creative Commons

El padre de mi amigo es un relato escrito por Pandora publicado el 12-01-2021 23:49:02 y bajo licencia de Creative Commons.

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61 No me gusta0
Comentarios  
Shootma
0 #2 Shootma 08-06-2022 17:05
Excelente relato, como todos los demás. Me siento muy indentificado con ellos. Sigue escribiendo.
Aura
+1 #1 Aura 29-01-2021 14:20
bonito y muy sexy, me encantó
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