Dos días (3). Posesión
Escrito por Perro Viejo
Posesión.
Profundamente.
Parece que su sueño es profundo.
Son las cinco y media de la tarde y está dormida en su habitación. La observo desde la puerta.
La mañana ha sido agotadora para los dos.
Después de encontrarnos y conocernos hemos tenido una sesión de una hora, la práctica de las posiciones ha sido la actividad. Cinco posiciones de suelo y dos de pie.
Ana ha memorizado los números y las ha realizando con naturalidad y correctamente. Las ha interiorizado.
Cansados pero satisfechos hemos sembrado las bases para sesiones posteriores.
La única actividad? No
También ha recibido un castigo. 5 varas en los muslos por su corrida no autorizada en el baño.
En voz alta ha ido contando, ninguna protesta. No he sido duro.
Un par de sándwich de pollo y algo de fruta para comer. Siesta hasta que nos preparemos para la cena con mis amigos.
Entro en la habitación y me acerco.
Duerme de lado, la respiración lenta y rítmica.
Desnuda, un pecho asoma, su silueta esta recortada por una sábana blanca. Parece una escultura.
La aparto delicadamente el pelo de la cara y aprovecho para acariciarla la mejilla.
Abre los ojos despacio.
Tiene un buen despertar.
Mi pene también se ha despertado, lógico después de haber estado erecto casi toda la mañana.
Una suya mirada a mi bragueta inicia un brillo en su pupila.
Es el momento.
.- Arriba!
.- Numero dos.
Salen las palabras de mi boca automáticamente. Exactamente como lo hemos practicado.
Se levanta y poniéndose de rodillas adopta la posición nr.2.
Manos atrás, rodillas separadas 90 grados, sentada sobre los talones, la barbilla alta, pecho expuesto.
Abro la mesita detrás de ella. Saco unos grilletes, dos pinzas nuevas y una fusta de punta plana.
Primero los grilletes.
Son reales, se abren solo con llave. El sonido al cerrarse sobre las muñecas aumenta el bulto de mi pantalón.
Ahora las pinzas.
Son pinzas corrientes de madera, de las de poner en la ropa tendida. Presiono cada uno los pezones hasta que adquieren la longitud adecuada para poder colocarlas. Un lamento.
Sus ojos sonríen cuando me quito el pantalón.
.- Veamos si sabes chupar pollas, putita.
Digo, sintiendo su aliento en mi pene al ponérselo en la cara.
Comienza lamiendo mi escroto. Lame despacio. Presionando la lengua sobre la piel.
Con la cara aparta los testículos para poder lamer la parte interior, la punta de la lengua se recrea en el perineo, abro las piernas inconscientemente.
La posición tiene que ser incomoda teniendo encuentra que tiene las manos en la espalda. Una posición que deja expuesto su culo.
La utilizo, la fusta, y queda marcados sus glúteos por dos veces
Regresa a los testículos hasta que un nuevo fustazo la indica que cambie.
Me ha dejado los huevos goteando saliva.
Comienza a recorrer el pene con los labios. Desde la base hasta el glande.
Cae mas saliva al llegar a la punta.
De nuevo en la base, para recoger lentamente con la lengua la lubricación que ha depositado.
La erección es completa desde que noto toda esa humedad.
Tres, cuatro.
Cinco recorridos completos y se incorpora un poco para introducirse el pene en la boca.
Su lengua hace de vaina para no rozar con los dientes.
Una cueva húmeda y caliente.
No tiene problemas en tragarla entera. Mi pene tiene una longitud normal, es su grosor lo que es algo mayor que la media.
A la vez que toca con la nariz la base presiona con la lengua el tronco.
Al principio el movimiento es muy lento.
Aumenta la velocidad con cada repetición, hasta adquirir un ritmo constante.
Ha metido la lengua, siendo los labios las guías por donde se desliza el miembro.
Nunca llega a sacarla del todo.
Babea, deslizándose parte del fluido por sus tetas.
De vez en cuando levanta los ojos para ver si la estoy observando.
Me gusta cuando me mira teniendo toda la polla en su garganta.
Cuando decae el ritmo la animo con la fusta en las nalgas. Lo hace a propósito.
Con una mano presiono una de las pinzas, noto el estremecimiento de su cuerpo en mi pene mediante su boca.
Una bofetada la indica que los dientes no deben tocar mi cuerpo, un descuido inaceptable.
Continua mirándome, perdió la arrogancia.
15 minutos chupando y 8 fustas mas, al decaer el ritmo, me llevan al inicio del orgasmo.
La cojo la nuca con mi mano sin presionar, ella lleva ahora una buena cadencia. No quiero cambiarla.
Siento que mi final se presenta rápido.
.- Plaf
Esta vez la fusta ha acertado entre los glúteos, la punta tiene que haber impactado en el ano.
Empujo con la mano hacia mí, manteniendo su cara pegada a mi cuerpo y finalizando así el vaivén.
.- Ummmm
La corrida no es larga pero si abundante.
No da arcadas, seguro que parte del semen ha tenido que pasar directamente a su garganta.
Joder que bien la chupa, pienso.
Mantengo su cara pegada a mí hasta notar como afloja la erección.
.- Puedes tragar.
.- Déjala limpia, putita.
Algo tendré que hacer con respecto a esos destellos de orgullo en su mirada y tiene que ser ahora.
.- De pie!
Se alza con dificultad, lleva de rodillas un tiempo y además continúa engrilletada con las manos atrás.
Infructuosamente intenta lamer una gota que cae por la comisura de sus labios.
Salgo de la habitación y regreso con una barra de madera de 150 cm de largo y dos cuerdas pequeñas.
Ato sus tobillos al palo colocándolo sobre sus pies, obligándola a tener las piernas algo más abiertas de lo normal.
Apretó las pinzas de sus pezones. inmediatamente surte efecto.
El movimiento de sus hombros me confirma el dolor. Los ojos y la boca abiertos.
Pego mi cara a la suya. Huele a sudor, a semen y a deseo.
.- Necesitas aprender humildad, mi putita
|