A caballo de su esclava
Escrito por Yanine
Lynn corría por el parque, sudando abundantemente y con el pelo recogido en cola mostrando su cara cansada... Llevaba sus pies descalzos, lo que hacía que fuera extremadamente doloroso correr por el camino de grava… Las heridas hechas por piedras afiladas hacían que sus pies sangrasen y, a pesar del calor y el dolor, corría a muy buen ritmo desde hacía más de una hora.
¿Y por qué no paraba a descansar?… ¿Quería correr un maratón?... ¿Quería perder algo de peso?... No... ¡Tenía que servir a su Ama!
Un fuerte latigazo golpeó de repente los hombros desnudos de Lynn.
- “¡Más rápido, perra!'', le gritó Wanda a su esclava, quien inmediatamente utilizó toda su energía para acelerar aún más su ritmo impuesto por la orden de su Ama.
Wanda era tan despiadada como hermosa… Vestía una falda corta y una blusa semitransparente… Ahora tenía las piernas cruzadas y balanceaba su pie calzado con un elegante zapato de tacón alto.
Estaba sentada en el sofá de cuero de su pequeño carruaje, un sulky, y sostenía en su mano un largo látigo… Su novio Brand iba sentado a su lado disfrutando del agradable recorrido y mirando a la joven esclava enjaezada delante de ellos.
- “No hay prisa, querida... ¿Para que corres tanto?”, preguntó Brand a su novia.
- “Sólo quiero que mi esclava dé siempre lo mejor para mí… Y, además, azotarla, me excita y me calienta mucho”, le respondió.
Wanda terminó esta última frase dando un par de duros latigazos en las nalgas de Lynn.
- “Procura no romperla… Hemos estado montando durante más de una hora y todavía no hemos regresado… ¡No me gustaría tener que volver caminando”, le dijo Brand.
Llegaron a un cruce de caminos... Wanda quería ir al lago y pasar un tiempo allí, por lo que tiró bruscamente de una brida para hacer que Lynn girara a la derecha.
La joven esclava no pudo evitar gemir.
- “Wanda, ¿por qué eres tan sádica?... Enganchar las bridas a los anillos de sus pezones es un buen ejemplo de crueldad'', dijo Brand.
- En primer lugar, no te das cuenta de lo mucho que disfruto haciéndole sufrir… En segundo lugar, nuestro peso está contribuyendo a su agotamiento y dolor... Y en tercer lugar, disfruta de este bonito paseo y deja de pensar si esta perra sufre, le dijo Wanda, sarcásticamente.
Brand respondió de nuevo.
- “No quiero ofenderte, mi querida Wanda… Lynn es tu esclava y me encanta que nos lleve a los dos… Y me gusta ver como la llevas a su agotamiento y sumisión... En estos momentos, disfruto mucho viendo las marcas de látigo que le haces en su espalda... Sólo creo que a veces cruzas la línea con tu sadismo.
Wanda estalló en una carcajada sádica.
Luego golpeó la espalda de Lynn una, dos, muchas veces hasta que la esclava alcanzó un ritmo intolerable y comenzó a gemir desesperadamente.
- “Esto lo hago para que esta esclava sienta el dolor.”
Ese día, Wanda eligió un trayecto diferente, más corto pero más cuesta arriba respecto al día anterior... Por supuesto, ella exigía un buen ritmo incluso en las partes más empinadas, utilizando el látigo sin piedad… Esta vez, Brand disfrutó el viaje y ni siquiera trató de contener el sadismo de su novia.
Los dos tuvieron un delicioso almuerzo en un restaurante, con Lynn debajo de la mesa mientras descansaba del duro viaje.
Algunas horas más tarde, de regreso, encontraron el camino interrumpido en un cruce por un atasco: Wanda tiró bruscamente de las bridas, haciendo que Lynn gimiera desesperadamente: ni siquiera consideró la sugerencia de Brand de conectar las bridas a un bocado clásico, en lugar de los anillos de pezón de su esclava.
- “¡Lynn, acércate a nosotros y deja que Brand se monte sobre tus hombros!'', le ordenó Wanda de inmediato.
Su esclava obedeció rápidamente, deslizándose con las manos por el sulky para acercarse sin perder el equilibrio del carro.
Wanda quería que su novio Brand se montara sobre los hombros de la esclava para abrirse camino a través del atasco y el carro pudiera moverse y salir de ahí.
- “Gracias, Wanda, pero no es necesario… Soy demasiado pesado para que Lynn me lleve sobre sus hombros”, le respondió Brand.
Pero Wanda insistió hasta que él aceptó.
Brand también era un hombre dominante… Rápidamente se excitó al sentir el cuerpo de la esclava debajo de él… Y la parte más sádica de su ser también afloró.
Dado que avanzaban a un ritmo bastante lento, Wanda había sujetado las bridas al carro ya que se suponía que su esclava Lynn debía seguir el camino sin problemas.
Mientras tanto, Brand, que montaba a Lynn, se sintió incómodo porque no sabía dónde descansar los pies… Así que puso las suelas de sus botas sobre las bridas, que gradualmente se tensaron por el peso... Esa fue una terrible tortura para los pezones de Lynn… Y ella no pudo evitar gemir y gemir.
- “¡Cállate, esclava!... No quiero que Wanda se dé cuenta de esto… Recuerda que la comodidad de mis pies es más importante que el dolor de tus tetas… Sigue sufriendo en silencio por tu Amo”, le dijo.
Ese fue uno de los días más difíciles para la pobre Lynn… Los 75 kilos de Brand pusieron a prueba sus hombros, mientras que los pies de Brand atormentaron sus tetas sobre cualquier nivel tolerable, es decir, la esclava sufría mientras su torturador estaba muy cómodo.
Wanda incluso azotaba a la esclava en el culo y la espalda, de vez en cuando… Esto significaba más dolor y sufrimiento para la pobre Lynn, y especialmente la pérdida de toda esperanza de que Brand pudiera volver al sofá del carro… Brand ni siquiera pensaba en dejar su cómodo asiento.
Después de un largo tiempo el carro logró atravesar el atasco y luego Brand instó a Lynn a arrodillarse:
- “¿No escuchaste, estúpida?... ¡Tenemos que movernos rápido!... ¡Bájame!
La esclava estaba tan ahogada por el dolor, causado por una hora con todo el peso de Brand sobre sus hombros y sus pies colgando de las bridas que estaban sujetas a los anillos de sus pezones, que apenas escuchó la orden del Amo pero cayó de rodillas.
Brand se bajo de los hombros de Lynn y se subió al sofá del sulky… Muy pronto, el cruel látigo de Wanda persuadió a la exhausta Lynn para que reuniera las últimas energías y les llevara a casa.
F I N
|