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VENGANZA AL VIOLADOR. FEMDOM. HELENA Y CARMEN. CAP 3
Escrito por sumisso

La situación volvía a repetirse, estaba de nuevo encerrado a solas en el lúgubre sótano. Era conocedor que podían pasar horas hasta el regreso de mis captoras. En aquel momento las identificaba como captoras, todavía no me sentía arrepentido por todo el mal que había hecho a Carolina. Hoy en día sé que no eran captoras, podría utilizar el término justicia. Me estaban castigando tal como merecía, aunque siendo sincero merecía mucho más tormento, no era suficiente, el mal que había hecho ya no era reparable y había causado daños importantes a todas aquellas mujeres, entre las que se encontraba Carolina, y sus seres queridos, su madre y su abuela.

La soledad en el sótano había empeorado. Además de estar atado, encadenado y amordazado, sentía un fuerte dolor proveniente de las pinzas que mordían mis pezones sin piedad y del cepo que estrujaba mis testículos. Solicitar clemencia ya no era posible. Había aceptado la situación que no podría hablar ni gritar estando de tal forma amordazado , debía aceptar mi castigo, aunque todavía no era suficiente, no me arrepentía de todo el mal que había causado. El tiempo transcurría tal como era esperado, no regresaban mis captoras. Pasaron una hora, dos horas y hasta tres horas allí encerrado sin moverme ni poder emitir sonido alguno en mi boca.

La puerta del sótano volvió a abrirse. Las señoras regresaban de nuevo, desconocía que nuevo plan habían diseñado para castigarme pero su última promesa me dejó asustado. Esta vez puedo aseguraros que su plan fue el más cruel y despiadado y no requería de dolor, sino de humillación y vejación. Entraron sonriendo al interior del sótano, Helena cargaba una cazuela entre sus manos y Carmen una pequeña bolsa con objetos en su interior. Se acercaron hasta donde me encontraba encadenado y posaron en el suelo la cazuela. Helena destapó la tapa de la cazuela y observé como el interior estaba repleto de algún tipo de puré, una sustancia líquida y que desprendía buen olor.

- ¡¡ Ohhhhh no creerías que íbamos a dejar que mueras de hambre¡¡ … te hemos preparado un delicioso puré de hortalizas - Me explicó la madre de Carolina.

Observaba el puré detenidamente desde el suelo donde me encontraba inmovilizado. La verdad que no había comido nada durante muchas horas, aunque no me gustaba comer purés líquidos, aquello me resultaba apetecible. Mi idea cambio de inmediato cuando observé como la madre de Carolina se levantó su vestido y se sentó a horcajadas sobre la cazuela de puré. Carmen a su vez sacó un pequeño objeto de la bolsa y se lo tendió a Helena que estaba sobre la cazuela sentada. Comprobé como Helena estaba en cuclillas sobre la cazuela abierta de piernas. Introdujo el pequeño objeto por su culo.¡¡¡ Era un pequeño microenema ¡¡¡ al introducirlo en su culo a los pocos segundos comenzó a defecar de una forma bestial sobe la cazuela de metal.

- Tu comida va ir acompañada de nuestra mierda. ¡¡ Es lo único que te mereces ,comemierda ¡¡ - La señora Helena defecaba sobre la cazuela repleta de puré mientras me observaba con una sonrisa en su rostro. Una vez terminó agarró un rollo de papel y se limpió su ano. Tiró los restos del papel dentro de la cazuela. Se levantó sonriente y cedió el turno a su madre Carmen. La señora Carmen se inclinó sobre la cazuela e hizo lo mismo que Helena, introdujo el microenema en su ano y descargó todo su vientre dentro de la cazuela. Me miró severamente mientras lo hacía:

- ¡¡Ahora vas a tragar todo, no vas dejar una sola gota de puré. Te prometo por mi nieta Carolina que lo vas a hacer, si tenemos que estar toda la noche … estaremos…. Pero no nos marcharemos hasta que termines toda la cazuela…. Es lo único que te mereces. ¿Ya no eres tan chulo verdad?... vamos a enseñarte a respetar a las mujeres.-. La señora Carmen se levantó airada sobre la cazuela y tiró sus restos sucios de papel dentro de la cazuela. Ambas mujeres comenzaron a enfundarse sus guantes de goma en sus manos y se colocaron una mascarilla especial que las protegía del olor que habían creado. Se ajustaron la mascarilla para protegerse del olor. Empecé a olfatear todo el mal olor que había en el ambiente mientras ellas se protegieron con la mascarilla especial de goma.

La vieja señora Carmen agarró una silla de madera y la colocó justo tras de mí. Se sentó en ella y me agarró por el pelo entre su guante de goma. Me obligó a ponerme de rodillas junto a ella. Estaba colocado de rodillas entre sus piernas, mi espalda entre sus piernas y abdomen, donde estaba sentada en la silla. Comenzó a quitar mi mordaza desde atrás, la capa de cinta y sacó sus bragas de mi boca. Respiré aliviado, llevaba muchas horas sin poder respirar por la boca degustando el sabor sucio de su mordaza. .

- Te lo voy a advertir una sola vez….. ni se te ocurra intentar gritar o faltarnos al respeto…. Si lo haces… ¡¡ te meto un embudo en la boca y tragas todo ¡¡ - Me amenazó duramente con sus palabras la vieja señora Carmen. Atenazó mi cuello con su brazo corpulento y le indicó a Helena que podía empezar.

Helena agarró una cuchara y la introdujo dentro de la cazuela, una vez cargó la cuchará la dirigió hacia mi boca:

- ¡¡ Abre bien la boca ¡¡ - en un principio me negué a abrir la boca, pero Carmen situada tras de mí ,pisó con su bota de goma el cepo que llevaba en los testículos y me produjo un dolor terrible. No tuve más remedio que abrir la boca.

- ¡Si no abres la boca….. te quedas sin huevos… pisaré más fuerte ¡– volvió a apretar la suela de su bota en el cepo y abrí la boca de inmediato debido al intenso dolor. Helena introdujo la cuchara repleta de puré con los restos de las señoras en mi boca.

- Muy bien….. ahora traga todo – Ambas señoras comenzaron a reírse observando cómo me estaban humillando.


Pasados veinte minutos llevaba media cazuela engullida en mí interior. Helena no paraba de introducir la cuchara en mi boca una y otra vez, mientras Carmen pisaba mis testículos con su bota de goma. Si no abría la boca pisaba fuertemente y el dolor era terrible. No tuve más remedio que obedecer y abrir la boca cuando me lo ordenaban.


- Soltarme…. No quiero más…. Es asqueroso…. – Enfadado escupí a Helena toda su cucharada en su cara. Se limpió enfurecida el puré de su rostro y se levantó hacía la bolsa que habían traído. Agarró un embudo de plástico entre su guante.

- ¡¡Se acabo¡¡…. A ver si ahora eres capaz de volver a escupirlo - . La señora Carmen me sujetó con fuerza mi rostro por detrás y apretó su bota duramente provocando un gran dolor en mis testículos. Abrí la boca y la madre de Carolina introdujo el embudo de plástico dentro de mi boca. Agarró la cazuela y comenzó a verter sobre el embudo su contenido. Tuve que tragar muy rápido ya que se acumulaba en mi boca la sustancia líquida repleta de sus desechos. No tuve más remedio que tragar hasta la última gota.

- No te preocupes, te ayudaremos a pasar el puré - Helena comenzó a orina dentro de la cazuela. Agarró de nuevo la cazuela y vertió su orina en el embudo. Tragué todo su líquido dorado sin poder hacer nada para evitarlo. Había tragado una gran cantidad de puré, deshechos de las mujeres y orina.

- ¡¡Soltarme malditas zorras¡¡ – Las insulté faltándolas al respeto. La abuela Carmen agarró las bragas sucias que había en el suelo, las mismas con las que había estado amordazado durante el día. Restregó sus bragas en su culo quedando bastante sucias y volvió a introducirlas en mi boca.

- ¡¡ Así calladito nadie te va a escuchar .. vas a arrepentirte de tus insultos ¡¡ - Esta vez su mordaza era mucho más humillante y más sucia, el sabor era detestable. Mientras cerraba mi boca amordazándome de nuevo con el rollo de cinta americana, fue Helena quien sonrió mirándome fijamente.

- ¡¡Vaya, vaya¡¡ …. Parece que tu pañal esta mojado…… Te dejé bien claro que si eso ocurría tendría que ser muy dura contigo. Tendré que castigarte de tal forma que aprendas a no volver a hacerlo - . La crueldad de las mujeres no tenía límites. Claro que me había orinado en el pañal, ¡ llevaba todo el día encerrado en el sótano¡ no pude aguantarme más.

La Madre de Carolina, Helena, regresó agarrando entre su mano enguantada la vara de madera de abedul y blandiéndola en el aire:

- Sujétale fuerte….. Voy a enseñarle a no orinarse encima, le prometí que rompería la vara en su culo si lo hacía – Carmen se levantó de la silla de madera y agarró mi rostro por el pelo dirigiendo mi cara al hueco del respaldo de la silla. Introdujo mi cabeza y ella se colocó junto a mí introduciendo mi cara entre sus muslos. Cerró fuertemente sus piernas y atenazó mi rostro. Mi rostro quedó entre los barrotes de la silla y sujeto en sus muslos. Apenas podía respirar con la cara entre sus muslos, comencé a retorcerme en busca de aire.

- ¡¡ Estate quieto ¡¡ - Carmen me dio un manotazo con su mano enguantada en el cepo que provocó un fuerte dolor en mis testículos. Volvió a abrir las piernas y encajó mi cara fuertemente entre sus voluptuosos muslos de una manera que no podía moverme. Levantó mis manos esposadas con su mano y dejó mi culo completamente expuesto en dirección de Helena.

ZAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSS ZAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSS ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

- ¡¡ No eres más que una puta malcriada que necesita modales ¡¡ - Me recriminó furiosa descargando la vara sobre mi culo ya magullado anteriormente.

La azotaina fue insoportable, el mayor dolor que he sentido en toda mi vida. Estuvo diez largos e interminables minutos azotándome con la vara fuertemente. No podía mover un musculo de mi cuerpo sujeto por Carmen. Gritar era imposible, soportaba en silencio cada azote proveniente de la caña de madera. Recibí un castigo muy doloroso. Respiré exhausto cuando liberó mi cabeza entre sus muslos.

Tras terminar de azotarme de una forma brutal la señora Helena, volvió a colocar un nuevo pañal en mi cuerpo.

- Vuelve a ensuciar este nuevo pañal y tendré que castigarte de nuevo - . Me recriminó furiosa. Carmen se reía a carcajadas pero Helena estaba muy seria y enojada indicándome sus instrucciones sobre el pañal. Me gritaba llena de rabia e ira. Helena se tomó muy en serio la norma del pañal.

Ambas señoras decidieron que por hoy era suficiente. Iban a abandonar de nuevo el sótano dejándome allí encerrado una vez más.

- Intenta dormir y descansar esta noche. Por suerte para ti mañana regresa mi hija Carolina y tendremos que libertarte muy a pesar nuestro… pero tendremos unas horas antes que regrese….. te indicaremos las normas que seguirás de hoy en adelante en tu vida sin descuidar ninguna ….. en caso contrario enviaremos todos los videos y fotos a todos tus contactos de tu teléfono. – Me amenazó con enviar todos los videos donde había sido castigado y humillado por las señoras. Aquello me aterraba más que su castigo.

Las señoras se marcharon del sótano dejándome de nuevo allí encerrado, atado y amordazado . Apoyé mi rostro en el suelo e intenté dormir. Solo debía aguantar unas horas más y volvería a ser libre.

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VENGANZA AL VIOLADOR. FEMDOM. HELENA Y CARMEN. CAP 3 es un relato escrito por sumisso publicado el 10-12-2023 13:48:29 y bajo licencia de Creative Commons.

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