Un dia en el trabajo... con mi amo
Escrito por Enrique
Este texto es una vivencia entre mi sumisa y yo, la cual queríamos compartir, a ella le genera cierto morbo y a mi placer de encontrar una nueva forma de hacerla sentir mi perrita sumisa. Esto sucedió un viernes de octubre, pero apenas pude publicarlo.
El día de hoy mi amo me ordeno describirle el increíble día que tuvimos ayer. Pero antes de eso debo me describiré brevemente, soy joven, estoy en los 20s delgada, cara de niña buena que no rompe ningún plato, soy delgada de tetas pequeñas, morena, cabello largo a media espalda color negro, uso lentes y unas piernas largas y firmes igual que mi culo, ya que mi Amo me ha hecho hacer ejercicio y yo lo hago complacida por hacer que mi Amo desee siempre follarse a esta perrita, que por cierto eso es lo que soy... la perrita de mi Amo.
Desde que desperté ayer, anhelaba ser usada por mi Amo, por lo que me vestí deseosa de que le gustará y deseara jugar con su perrita. Me vestí con un vestido ligero estampado de color lila que llega a las rodillas, una chamarra de vinipiel negra y un cinturón para acompañar. He de decir que no uso bra por ordenes de mi Amo desde hace tiempo, mis tetitas no lo necesitan eso me dijo, y así lo hago todos los días aunque tenga que ir a trabajar. Además me puse unos cacheteros de encaje negro y medias con liguero.
Limpie y guarde mis juguetes saliendo a trabajar con mucha emoción, mi Amo me pidió siempre cargar con un vibrador de mando a distancia y esta semana unas bolas chinas, por que dice que debo estar disponible cuando se le antoje jugar conmigo, y yo lo hago con mucho gusto y obvio mucho placer.
El día fue atareado pero mi Amo me hizo la mañana amena por Whats, de repente me contó que había toqueteado a una mujer ahí mismo en el trabajo, lo que hizo que esta perrita se pusiera inquieta y con ganas de detalles, y mi Amo como siempre, me dejo con ansias.
Llego el momento que había esperado para ver a mi Amo, la hora de la comida, compartimos la misma hora de comida y el mismo comedor, y minutos antes le ordeno a su perrita colocarse el vibrador en el coño y así lo hice, fui toda deseosa e inquieta a comer esperando que mi Amo usara a esta perrita a su placer.
Desde que llego al comedor le cedí el control del vibrador y no espero ni un instante, mientras nos servían los alimentos y yo cargaba la charola, empezó a jugar con las velocidades e intensidades del vibrador, solo sentía mi coño humedecerse cada vez más, hasta quedar baboso y más que listo para tener su verga dentro.
Durante la comida trate de disimular lo más que pude ya que estábamos rodeados de personas ya que el comedor es grande y mucha gente va a esa hora a comer. Ocasionalmente me arrebataba gemidos ahogados por las vibraciones en mi coño.
Terminamos de comer y en el camino a nuestras áreas de trabajo, junto con unos compañer@s, mi Amo continuo torturándome mientras platicábamos y caminábamos. Esta caminata fue tortuosa por que sentía que el vibrador se salía de mi coño empapado por las risas de la platica, pero por suerte mi Amo se detuvo en el momento exacto para que eso no sucediera.
Al regresar a mi lugar, con el coño todo húmedo, solo podía pensar en su verga y en ser follada en ser usada por él, y por suerte la tarde se fue volando.
En la hora de salida mi Amo me llevo cerca de mi casa, obviamente tomando la ruta larga, donde puede hace conmigo lo que se le antoja y yo me pierdo en el placer. Desde el momento de subir a su carro, empezó a tocar mis piernas sobre las medias, las masajeaba, las azotaba mientras manejaba, solo como el sabe hacerlo, ocasionando que me estremeciera con cada caricia cada roce.
Me hizo ponerme el vibrador encima de las bragas de esta perrita, subiendo y bajando la intensidad, haciendo que presionara el vibrador en mi clítoris para sentir mayor placer, mientras yo solo lo veía relajado, con su sonrisa, esa sonrisa de quien se sabe dominante de la situación. En el trayecto el aprovechaba para acariciar mis piernas o mis tetitas y yo solo podía gemir de lo caliente que estaba.
Afortunadamente llegamos a un lugar mas tranquilo, donde mi Amo podía dejar de manejar y el cual ayer estaba solo, y era algo raro ya que por lo general siempre hay un par de personas que pasan (es un pequeño campo donde disfrutar la vista, por eso es algo concurrido).
Desde que llegamos mi Amo saco su verga yo solo la puedo ver, no pude tocarla ni mamársela sin su orden explicita, el solo movía con su mano de arriba abajo, y yo, su perrita no perdía de vista ningún movimiento. En eso mi Amo me dijo: “mamame la verga perrita”, y sin dudarlo baje a su verga y empece a lamerla, chuparla, y solo podía sentir como se ponía más y más dura. Mi Amo agarraba mi cabello y controlaba la mamada, a veces movía su verga dentro de mi boca clavandomela lo mas que puede, y cuando no me agarraba del cabello, me levantaba la falda y me azotaba el culo, que delicioso es sentir sus nalgadas mientras le comía su rica verga.
De repente mi Amo me levantó, estaba muy excitada y no podía pensar en nada mas que que en verga en su verga, mi coño palpitaba, estaba deseosa ansiosa, y mi Amo me hizo ver que la gente comenzaba a pasar, eso me calentó mucho más, le pedí, le suplique a mi Amo que me follara ahí, que me la ensartara sin más. Sabia que mi Amo no lo haría, pero sin decir nada busco en sus cosas y saco un condón, inmediatamente me estremecí, solo al verlo me palpito el clítoris.
Mi Amo se puso el condón, me sonrió, y me dijo, mira a tu alrededor perrita, alcanzaba a ver un poco de gente a la lejanía caminando, sentía que algunas personas me veían desde donde se encontraban. De repente escuché la orden de mi Amo, SUBETE Y CLAVATELA MI PERRITA EN CELO y eso hice sin dudarlo. Acomode mi coño mojado sobre su verga dura y palpitante, moviendo mis bragas a un lado y sin más me penetre con ella, con solo montarme en su verga, esta perra estuvo a punto de correrse, me quede quieta con su verga clavada, ya que el mínimo movimiento me haría correrme y no podía hacerlo sin la orden de mi Amo. De repente sentí como empezó a mover su cadera buscando meterme su verga hasta lo más profundo de mi coño, sus manos agarraron mis nalgas fuertemente y ocasionalmente me las azotaba. Me recargó sobre el volante y pude ver a mi Amo, su rostro, estaba tranquilo, con esa sonrisa de placer y satisfacción en su rostro que me causan escalofríos. Recargada sobre el volante me empezó a masajear fuertemente mis tetitas, jugaba también con mis pezones, pellizcandolos y tirando de ellos hacia enfrente y los soltaba, mientras su verga la sacaba un poco y me la volvía a meter de un solo golpe, con cada estocada me perdía en el placer. Estando ahí sobre su verga clavandomela una y otra vez, intentando no correrme, veía a mi alrededor y notaba a lo lejos más gente llegar y realmente a esta pequeña puta no le importaba que en ese momento alguien me viera clavandome la verga de mi Amo, solo anhelaba estar más tiempo ahí, montada disfrutando de una increíble verga que me follaba como la puta que soy.
De repente mi Amo me bajo, dejando a esta perrita muy frustrada y mucho más caliente, la gente comenzó a pasar con mayor frecuencia y el coño de esta perrita ya no pudo disfrutar más de la verga de su Amo, pero a pesar de eso, me dejo satisfecha y feliz, por que pude clavarme su verga llenarme con ella.
Tuvimos que seguir nuestro camino a mi casa, colocando nuevamente el vibrador dentro de mi coño hasta llegar cerca de mi casa.
Ayer fue un gran día... gracias mi Amo por usar a tu perrita a tu placer.
Espero que este no sea el único relato que comparta con ustedes, agradezco sus comentarios.
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