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Medias Rosas (mini relato)
Escrito por Perro Viejo

Medias Rosas. (Mini-relato)

*Ella:
Responde al nombre de Cándida, estudiante de derecho, 22 años, de una familia acomodada Viviendo con sus padres es hija única. Consentidita en muchas cosas.
Indiscutiblemente muy femenina, con su andar cadencioso, que se antoja felino, sus menudos 162 cm de altura hacen girar la mirada a más de uno.
La ropa cara la distingue de sus amigas, que la envidian.
Guapa sin horteradas la gusta provocar con su estilo.
Se podría decir que es toda una mujer con clase a pesar de su edad.

*El:
Sebastián. Mecánico de un taller de barrio, ahora en paro. 64 años cumplidos. Divorciado sin hijos vive solo en un pequeño piso alquilado en las afueras.
Ha tenido ya dos infartos y continua fumando.
Alto y corpulento sus manos son proporcionales al resto del cuerpo. Alguna cicatriz, barriga cervecera y calvo.
Viste siempre camiseta y vaqueros viejos, barba de dos días. Un tatuaje de la mili marca su brazo.
Sin muchos amigos, dedica su tiempo a pasear y observar a la gente.
Se podría decir que es un aburrido de la vida y que hace lo que debe solo cuando quiere.
.
Por azar coinciden Cándida y Sebastián en el típico centro comercial, recién inaugurado.
.
*Ella:
Esta haciendo tiempo para hacerse la manicura. Se lo recomendó una compañera de clase.
Concertó hora y el taxi la ha traído demasiado pronto.
Se va ha entretener viendo algo de ropita.
*El:
Un folleto en su buzón le ha informado de la apertura y quiere ver la ferretería.
No piensa comprar nada, pero se entretiene.
Llega en metro después de dos transbordos, esta lejos de su casa.
Hace demasiado calor para él, esta sudado y cabreado, arrepentido de la excursión.
.
Planta superior: Textil, juguetes y ferretería.
.
Cándida, hoy con falda granate muy corta y ceñida. Medias rosas. Camisa blanca de hombre, perfectamente almidonada. Zapatos con algo de tacón, a juego con la falta y el bolso.
Ascendiendo por la escalera mecánica, nuestros personajes coinciden en un espacio de dos metros de diferencia.
Ella delante.
El por detrás y decidiendo si baja un escalón o dos para poder ver más ese culo granate.
Se siente observada pero no quiere darse la vuelta, no quiere saber quien la mira.
La verdad es que la da lo mismo. La excita la situación al margen del sexo del ojeador.
Lleva un folleto en la mano que deja caer.
Al agacharse advierte como la falda se reduce un par de centímetros. Esta calculado.
Es suficiente para que esos ojos, que se han posado en ella, vean el liguero y los mofletes de su culo.
.- Te gusta lo que ves? , piensa.
Se incorpora poco antes de llegar al final de la escalera dirigiéndose a la zona de textiles.
Hay poca gente en esta planta, muy poca.
Debe ser la hora o quizás el calor.
Aun percibe esos ojos manoseando su cuerpo.
La están siguiendo? . Fantasea
Se entretiene entre los expositores, hace que busca tallas, colores, etc.… en ningún momento se gira.
Siente morbo, esta disfrutando.
Se dirige a los probadores que están en una esquina, cerca de una de las puertas del almacén.
Lleva un par de camisetas de tirantes.
Hay 8 cubículos enfrentados. 4 a 4. Separados por un estrecho pasillo.
Entra en el más alejado de la entrada, dejando la puerta semi-cerrada.
Pasos.
Siente fuertes pisadas que se acercan.
Nerviosa y excitada a la vez.
La encanta esa mezcla de sensaciones.
Alguien ha entrado en el probador que está enfrente.
Abre un poco más la puerta, hasta que a través del espejo puede ver el probador del otro lado.
La altera no saber quién es su observador. Su agitación se ha multiplicado y nota como se humedece su pulcra y depilada rajita.
Comienza quitándose la camisa.
Para ponerse las camisetas no puede llevar el sujetador, son muy ceñidas. Se lo quita.
Antes muerta que sencilla.
Con posturitas muy femeninas y recreándose en ellas, termina doblando las prendas.
Un pequeño masaje en los pechos, lo normal cuando te quitas el sostén, hace que los pezones tomen forma.
Aureolas pequeñas y rosadas con un pezón inseguro y tímido.
Modelando en el espejo y con el culo a la puerta. Se recrea.
Un poco de perfil ahora, lo suficiente para acariciarse lentamente las medias.
Inclinándose, suspira a la vez que menea ligueramente los tacones.
Una postura varias veces ensayada en su habitación. Postura de cuadro de la época victoriana.
Insinuante y coqueta.
Los pechos, sin ser grandes, caen y los pezones se ponen de punta cuando repara que el probador contrario no tiene la puerta cerrada.
Quien coloco los espejos, sabía lo que hacía.
Intenta ponerse la camiseta de algodón, admite su error al comprobar que es una talla inferior, cuesta meterla, pero el resultado es soberbio.
Alzan las tetas, el contorno claramente enmarcado, los pezones tratando de pasar la tela. Ombligo al aire.
Al mirarse se quiere así misma.
Escucha una respiración fuerte a su espalda.
Moja las bragas.
En el otro probador asoma una polla grande, con venas muy marcadas y una punta roja como el faro de Constantinopla.
Una manaza la sostiene e inicia una masturbación lenta.
.- Te gusta lo que ves, cerdito?, susurra colocándose las manos en la tetas.
Una voz ronca la contesta.
.- Sigue zorrita, me gusta lo que veo.
.- Lo sabía desde las escaleras. Aprovecha la ocasión, putero.
.- Continua así niñata pija. Me estas poniendo verraco.
.- Mira estas medias, me las ha regalado un viejo … quien sabe por que … y para que … las estreno hoy, y no lo sabe …
.- Yo las estrenare por él, no quedaras defraudada.
En ningún momento ella se ha dado la vuelta.
Habla al espejo aunque su interlocutor esta en su retaguardia.
Al quitarse la camiseta, esta cae al suelo.
El culo de nuevo en pompa, como en las escaleras. Las medias se ven completamente.
El liguero ceñido a la cintura, por debajo unas bragas blancas lucen sus encajes.
Bragas caras para fiestas en la Embajada. Bragas para follarse ricos.
Una mancha en el interior, que parece aumentar marca su sexo como una diana.
No ha querido quitarse los pantalones.
Con la erección que tiene le ha costado sacarla por la bragueta, los huevos se están arañando en la cremallera, intenta sacarlos también.
Ella le escucha farfullar y gemir con esa voz ronca de viejo fumador y bebedor,
Dos tacos se le escapan en voz alta.
Ella se ríe de él mientras se lleva una mano del coño a la boca, chupándose un dedo.
Hasta con esa imagen no pierde la clase y la finura.
Femenina y muy puta, piensa él.
.- Te gusta mi culito ¿, pregunta ella
.- Me gustan tus medias de zorra de lujo. Tu culo me enloquece.
Se afloja la falda y la deja caer con un par de movimientos de cadera.
Ella en todo su esplendor.
El recreándose la vista aumenta el ritmo de la masturbación.
Pasos al inicio del pasillo.
Momento que ella aprovecha para mirar descaradamente por el espejo.
La visión de esa enorme polla, con esas manos bastas y arrugadas, sesentón baboso que se masturba ante una chica tan mona como ella, la obliga a poner una mano en la vagina y así intentar contener el orgasmo.
Al abrir las piernas para tocarse, el muslo izquierdo y su media asoman por la puerta.
Sebastián sale al pasillo.
Se acerca descaradamente.
Ella lo siente cerca, huele su sudor rancio.
Tiene próxima esa polla grande de un viejo mecánico. Cerdo y ordinario.
Esta quieta, si se mueve se corre.
Se centra en los sonidos guturales que salen por la boca de él.
Jadeos incontrolados….hasta que un chorretón de semen la salpica el muslo, las bragas, el culo….gotea y cae por la pierna.
Un liquido espeso, viscoso y grumoso a la vez esta empapando sus recién estrenadas medias rosas.
Un cremallera se cierra.
.- Yo estrene tus medias zorrita.
.- Regresa mañana y estrenare también tu culo.
Dice alejándose y pensando que no fue tan mala idea el viaje
.- Mi culo ya esta estrenado, idiota. Acierta a decir Cándida
Con dos dedos recoge parte del semen depositado en la medias y llevándoselo a la boca se corre compulsivamente….

20 minutos después, el personal de limpieza entra en los probadores encontrando unas bragas caras y sucias con dos camisetas manchadas en el suelo.
El olor a sudor y semen aun se percibe.
La chica de la ETT sonríe con algo de envidia.
FIN


Licencia de Creative Commons

Medias Rosas (mini relato) es un relato escrito por Perro Viejo publicado el 08-10-2022 19:47:34 y bajo licencia de Creative Commons.

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