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Forzada en la playa
Escrito por Nenapeke

Tengo 18 años, soy rubia, de pelo largo, rizado, de complexión delgada, ojos marrones, mi cuerpo aun no está muy desarrollado así que mis pechos son pequeños, pero mi culito es muy bonito, pequeñito y respingón.

Habíamos salido unas amigas y yo de fiesta, exactamente no sé si éramos 6 o 7 amigas, pero eso poco importa ya que yo conocí a un chico en un bar que me gustó mucho y después de hablar unas horas con él y de besarnos en varias ocasiones acepte irme con él a la playa a lo que yo pensaba que iba a ser una experiencia más de magreo y besos.
Que equivocada estaba, el chico era mayor, tenía 20 años, pero yo no pensaba que podía llegar a lo que llego en aquella playa.
Íbamos los dos bastante calientes, yo llevaba puesta una tanga y una minifalda, ambas negras, con una blusa color morado y una cazadora vaquera que llevaba en mi mano ya que hacia bastante calor aquella noche.

Al llegar a un lugar apartado, tras unas rocas empezamos a besarnos y yo empecé a notar como una mano suya se deslizaba por debajo de mi falda, tratando de tocar todo lo que quedaba a su alcance, por encima del tanga.
Fue en ese momento cuando empecé a notar una sensación extraña, el chico estaba besándome y tocando mis tetas y mi culito, pero no parecía estar conmigo, parecía ausente, como mirando hacia otro lado.
Cuando me encontraba desnuda de cintura para arriba y con mi falda en las rodillas el chico empujó mis hombros de tal manera que yo caí de rodillas y se sacó su polla sin mediar palabra.
Sin más, sujetando mi cabeza empezó a acercarla a su miembro cada vez más hinchado, yo trataba de resistirme, mientras intentaba decirle que no me gustaba chupar, que yo no quería hacerlo, pero no me dio tiempo, cuando quise reaccionar tenía la punta de aquel miembro abriendo mis labios y entrando en la cálida cavidad de mi boca, escuche al chico lanzar un gemido mientras me apretaba contra el completamente, haciendo que su polla entrase entera en mi boca, afortunadamente no era muy grande y pude alojarla entera en mi garganta.

- Eres mi putita y sabias a lo que venias ¿verdad?

Empezó entonces un movimiento de vaivén en mi boca en el que él marcaba el ritmo agarrando mi pelo y moviendo mi cabeza adelante y atrás.
Fue en ese momento cuando comenzó todo, mientras trataba de no atragantarme pude oír como el chico decía: cómo la chupas cerda! Cosa que a la vez que me sorprendía me hacía comprender lo que estaba haciendo, estaba con solo un tanga puesto, de rodillas en una playa donde podía vernos mucha gente agarrada a las piernas de un chico mayor que yo mientras su polla entraba y salía de mi boca, desde luego me estaba comportando como una cerda.
Cuando ya empezó definitivamente la larga noche que me esperaba fue cuando a una señal del chico se dejaron ver otros tres amigos suyos, yo no los podía ver, ya que seguía con mi vista en el ombligo del chico mientras se la chupaba, pero pude oír sus voces, pude oír como decían: vaya, esta vez te has superado, esta cerda es muy guapa, y por lo que parece es también muy puta.

Mi susto fue tremendo, trate de zafarme y escapar de allí, pero cuando quise reaccionar ya estaba siendo agarrada y magreada por cuatro chicos mientras de mi boca salía un hilillo de líquido de la polla del primer chico.
Me dijeron que me tenía que portar bien, ser una chica buena y obedecer en todo si no quería que me encontrasen ahogada en la playa por la mañana, yo trate de tranquilizarme pero no podía, aquellos chicos eran de mayor edad, tanto que podían ser los padres del que me llevo a la playa.
De un tirón uno de ellos acabo de desnudarme tirando y rompiendo mis braguitas mientras me ordenaba volver a ponerme de rodillas en el suelo, mientras lo hacía podía ver como se desnudaban todos y comprobar que estos no eran tan niños como el primero.

- Chúpala como si no hubiera un mañana.

La primera orden que tuve que obedecer fue la de acabar lo que había empezado, poniéndome otra vez la polla del primer chico en mi boca y chupando hasta que su leche manchó mis tetas y mis piernas. Yo estaba super excitada, no me lo podia creer.

Tras esto uno de los más mayores, que debía de tener unos cuarenta años se acercó y me dijo que su leche no la iba a tirar al suelo, agarrando mi pelo, metiendo su polla en mi boca de un golpe y corriéndose dentro no sin antes haber disfrutado viéndome intentar respirar mientras él me apretaba contra su entrepierna de tal forma que sus bolas de apoyaban en mi barbilla, se corrió mientras aún no había podido reaccionar. Su leche entró en mi garganta, obligándome a hacer el movimiento de tragar para no ahogarme, yendo así toda su leche a mí estomago mientras yo notaba como resbalaba por mi garganta.
Los otros estaban masturbándose delante de mí, mientras me decían que era una cerda, que me lo iba a tragar todo, que me iban a follar como una puta, cosa que puedo asegurar que hicieron, ya que yo no era virgen, pero nunca me habían follado así.

Me ordenaron ponerme a cuatro patas en la arena. Uno de ellos que aún no había entrado en escena se puso delante de mí, metiendo de un golpe su polla en mi boca, cosa que yo esperaba, pero lo que de verdad me sorprendió fue notar como la cabeza de una polla se ponía en la entrada de mi coñito, no pudiendo notar nada mas ya que de un golpe entro entera dentro de mi mientras gritaba que era una puta y que estaba completamente mojada, cosa que para mi sorpresa era verdad.
Estaba tan excitada que me corrí a los pocos segundos cosa que notó el que me estaba follando, a la vez que él me la sacaba para correrse en mi espalda.
El que estaba en mi boca dijo que eso era un desperdicio así que fue cogiendo con sus dedos la leche de su compañero, se la untaba en su polla y yo se la limpiaba con mi lengua, cosa que hizo que arreciaran los insultos de sus compañeros que decían: vaya puta, eso es límpiasela bien, trágate mi leche untada en su polla, eres una perra, una cerda.

Y así era como yo me sentía, como una cerda, una cerda que estaba tragando toda la leche que cuatro violadores vertían en mi cuerpo.
Mientras yo trataba de recuperarme de mi orgasmo el que estaba follando mi boca acabo dentro de mí, sentándose en la arena mientras yo saboreaba su semen.
Para terminar me hicieron sentarme encima de la polla de uno, dos más se pusieron en mi cara y luchaban por meter las dos pollas a la vez en mi boca y el que quedaba, de un golpe trató de meter su polla en mi culito cosa que consiguió a medias, entrando solo su cabeza.
Me dolía, me dolía mucho, nunca habían entrado en mi culito, pero a la vez no podía dejar de excitarme y ellos lo notaban, seguían insultándome preguntándome si me gustaba saber que tenía cuatro pollas en mi cuerpo, que se iban a correr en mi cara y que luego iba a limpiárselas con mi lengua, cosa que hice, uno por uno fueron corriéndose en mi cara, primero los dos que estaban en mi boca, tragándome casi toda su leche y limpiando bien sus pollas en mi lengua, luego, afortunadamente para mi acabo el que estaba tratando de follar mi culito, no pudo completar la penetración, pero pude notar como su semen me llenaba por dentro, ya que la mitad de su polla estaba en mi culito cuando se corrió.
Después mientras botaba encima del chico que estaba debajo de mí tuve que limpiar la polla del que había follado mi culito, notando una mezcla de sabor a semen y a mi trasero.

Por fin el que estaba en mi coñito me aparto de un empujón, haciendo que su polla entrase en mi boca y ordenándome que me tragase todo, cosa que hice sin protestar.
Así las cosas estaba yo tirada en la arena, desnuda, empapada en semen y con cuatro chicos desnudos mirándome mientras me decían que era una cerda muy buena, y que por eso me iban a darme una ducha caliente.
Cuando comprendí lo que iban a hacer ya el más mayor, el de cuarenta años estaba soltando su meada sobre mí, los otros se reían mientras empezaban también a mear y me decían que abriese mi boca si no quería que empezasen de nuevo.
Me bañaron entera, mis tetas, mi coñito, mi boca, llegue a tragar un poco, ya que llenaban mi boca abierta.
Así acabo todo, se vistieron y se fueron diciendo que esperaban volver a verme por aquella zona.

Pasados unos minutos yo me fui al agua desnuda, bañándome para limpiarme bien y después me vestí, todavia tenia ese fantástico sabor de semen en mi boca, cuando llegue a donde estaban mis amigas era ya hora de ir a casa, estaba amaneciendo, ellas se reían y me preguntaban pero yo no dije nada de aquello, simplemente dije que me lo había pasado como nunca.

He vuelto más veces por la misma zona este verano, pero no he visto más a aquel chico que me violo con sus amigos, el verano que viene pienso ir a ver si lo encuentro, para decirle que deseo que me lleve otra vez detrás de las rocas de aquella playa, que esta vez tendré preparado mi culito para que puedan follarmelo bien.


Licencia de Creative Commons

Forzada en la playa es un relato escrito por Nenapeke publicado el 13-10-2021 21:48:47 y bajo licencia de Creative Commons.

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