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El amigo de mi jefa
Escrito por Celeste Corrales

Era un día normal en la oficina, muchas carreras y trabajo por doquier. Pero me sentía con energía y mucho optimismo.
Ingreso a la oficina de mi jefa Francela con quien tengo una relación muy cordial, ella es una mujer de baja estatura, musculosa y con un espíritu muy activo y alegre.
Al entrar veo que está en compañía de dos hombres. Uno de ellos, Alonso, un moreno de estatura media, buen trasero, delgado y muy simpático de unos 33 años, el otro Rubén un hombre alto de cabello castaño claro largo ondulado amarrado en una pequeña cola , buen trasero, se notaba que tenía buenas piernas , espalda ancha, rostro atractivo y varonil, este hombre me cautivó con solo verlo, tuve que disimular para no quedarme viéndolo fijamente de pies a cabeza con la boca abierta.
Saludé con cortesía a lo que Francela dijo... pasa Mónica te quiero presentar a Alonso y a Rubén son amigos míos y estarán por aquí este fin de semana.
Sonreí y dije - Hola mucho gusto, Monica, para servirles. Ambos devolvieron el saludo.
-Cómo no son de aquí necesito que acompañes a Rubén a hacer unas diligencias que necesita.
-Claro, Francela cuando tú digas.
-Perfecto si gustan van de una vez.
Ambos salimos de la oficina nos subimos al auto y nos dirigimos a los lugares que ocupaba ir. En el camino empezamos a conversar y conocernos un poco.
Este hombre unos 8 años menor que yo, valga decir que tengo 44 años ( aunque siempre me han calculado diez años menos) me estaba atrayendo demasiado. Hecho todo regresamos a la oficina, muy animados en nuestra conversación.
A lo que Francela y Alonso nos recibían y decía ella -veo que ya se conocen más. Mira Mónica hoy como tengo visitas cerraremos más temprano pues tengo planes de salir hoy con ellos, mi marido y otras amigas que están por llegar. Si gustas te paso dejando a tu casa de camino. Yo iba a responder que si, que gracias, cuando en ese momento Rubén dijo -No France, es que ella va a ir con nosotros!
Mi jefa me volvió a ver con expresión de sorpresa y me preguntó ¿ En serio ?
Un poco avergonzada pero muy emocionada dije - Si, claro. Gracias por la invitación.
-No se diga más entonces que estamos esperando vámonos.
Pase a mi casa a darme una ducha rápida para refrescarme y cambiarme de ropa, mientras mi jefa me esperaba.
Elegí algo discreto pero sexi. Un jeans ajustado que resaltaba mi buen trasero, zapatos de tacón y una blusa negra strapless que se ajustaba bien a mi figura, resaltando mis medianas pero redondas y paradas tetas, con poco maquillaje y muy natural.
Lista salí y nos fuimos directo donde estaban los demás alistándose. Cuando Alonso y Rubén me vieron no disimularon en demostrar que les agradó lo que observaban.
Alonso no tardó en empezar a coquetear conmigo, yo me reía y conversaba con él pero sin demostrarle mucho interés. No quería que Rubén pensara que me atraía su amigo.
Ya todos listos decidimos irnos en dos automóviles, yo iría en el de mi jefa y su esposo y el resto se irían juntos en el otro auto.
De un momento a otro Alonso se bajó del auto de sus amigas y dijo Francela espera me voy con ustedes así aprovecho para ir junto a esta hermosa mujer. Yo solo sonreí, un poco decepcionada de que no fuera Rubén.
El viaje fue rápido y ameno nos reímos mucho. Llegamos a un lugar en donde podíamos cenar y bailar. Así ya en el sitio nos dispusimos a sentarnos.
Francela y su esposo se sentaron juntos, al frente de ellos se sentó Alonso. Así que yo elegí el otro extremo de la mesa para estar distante de él y que con sutileza comprendiera que no era quien me interesaba. Las dos chicas quienes eran pareja tomaron asiento entre Alonso y yo y a mi otro extremo se sentó Rubén.
Al fin pensé, podré conversar con él. Conversamos un rato Alonso saco a bailar a Francela. Ese hombre en realidad sabe bailar, que bien movía las caderas. Las dos chicas se levantaron a bailar también. Y entonces Rubén me dijo…
-No soy muy bueno bailando pero si te arriesgas podríamos intentarlo.
-Claro por mí encantada.
Me coloco una mano en la espalda en la cintura y nos fuimos a la pista de baile.
Tomo mi mano, con la otra rodeó mi cintura y me atrajo con sutileza hasta él, pude percibir su aroma, el calor de su cuerpo, era tan varonil, tan alto, este hombre generaba en mi una atracción poderosa. Empezamos a movernos al ritmo de la música, nuestros cuerpos se rozaban, de cuando en cuando levantaba mi rostro para verlo él me devolvía la mirada con una sonrisa. Seguíamos bailando cada vez me presionaba más a su cuerpo, la sangre empezó a hervirme, mi corazón latía con fuerza, su cercanía empezó a generar en mi un deseo loco de poseerlo, sentía que todos estaban notando mi deseo por él y solo me repetía mentalmente tienes que controlarte. Pero no, mi cuerpo y mis sentidos no respondían a lo que mi cabeza me decía. Estábamos tan juntos que podía sentir el bulto de su entre pierna rozando mi pelvis, esto me puso a mil por hora. Por mi cabeza empezaron a pasar miles de ideas de cómo arrástralo a un lugar apartado empezar a besarlo con pasión y poseerlo, el deseo ardía dentro de mí, cada milímetro de mi cuerpo lo deseaba, estaba sensible, cada roce me estremecía, mis pezones estaban duros, sé que él lo pudo notar y yo no lo podía evitar.
Seguíamos bailando sonriéndonos con la picardía propia del momento, pero fingiendo que todo estaba normal.
Pasaron las horas empezaba el nuevo día, decidieron que era hora de regresar a la casa. Llegando, Francela le pide a Rubén que me vaya a dejar a la casa, él acepta sonriendo, me despido de todos y nos marchamos. Ya en el automóvil conversamos un poco más, al llegar se estaciona seguimos conversando y después de un rato decido despedirme ya un poco decepcionada de que acabara la noche y sin poder apagar ese fuego interno que llevaba, le doy las buenas noches y me despido de beso en la mejilla, me giro para abrir la puerta y Rubén me detiene sosteniéndome del brazo, volteo a verlo me sonríe me dice, adiós, buenas noches se me acerca, hala mi cuerpo, yo me dejo guiar por él y me besa en la boca; al inicio fue un beso cálido, suave, que fue tomando intensidad, mi corazón latía con fuerza, mi cuerpo ardía, me prendí de ese beso y él también. De pronto siento como su mano empieza soltar mi cintura y se dirige a mi vientre, baja hasta desabrochar el botón de mi jeans, mi respiración se agita, siento como despacio introduce la mano y va bajando por mi pelvis separo sutilmente mis piernas, estoy deseosa de sentir sus caricias, su boca sigue unida a la mía y no puedo más, no podía seguir esperando lo que toda la noche había deseado, permito que sus dedos jueguen con mi clitoris, uno de sus dedos ingresa en el coño con tal facilidad que dejó en evidencia lo húmeda y caliente que estaba. Así que me separo un poco y le digo... Rubén aquí estamos muy incómodos mejor acompáñame adentro de mi casa. Me acomodo un poco y nos bajamos del auto. Ingresamos a la casa me toma de la cintura, me giro a él, me acerca a su cuerpo, rodeó su cuello con mis brazos y nos volvemos a besar, esta vez fue un beso lleno de pasión y deseo sin llegar a ser desesperado, fue un beso delicioso como él primero o mejor aún, todos mis sentidos estaban centrados en ese instante lista para disfrutar por completo de la compañía y las delicias de ese hombre. Me dijo que deseaba ducharse, nos dirigimos a la habitación le indiqué la puerta del baño, dio un par de pasos se detuvo me vuelve a ver extiende una mano y me dice ... me acompañas, extiendo la mano tomo la suya y caminamos juntos al baño.
Entramos, se quita la camisa ufff que cuerpo, pectorales ligeramente marcados, me sonríe al notar que me quedé inmóvil viéndolo; así que decidí quitarme mi blusa despacio, por el tipo de blusa que era no llevaba sostén, mis senos quedan al descubierto ante la mirada de deseo de Rubén, satisfecha de ver qué le gustaron mis redondos y bien formados senos con mis pezones duros de la excitación me empiezo a quitar el jeans, quedando únicamente en un hilo muy pequeño de tiras a los costados y atrás; Rubén no despegaba su mirada de mi cuerpo sabía que le gustaba lo que veía. Empecé a quitarme el hilo , el se quita lo que le quedaba de ropa puesta; que hombre, era Perfecto de pies a cabeza, que piernas, que trasero, que pene ufff más grande y grueso que el tamaño estándar sin exagerar, estaba perfectamente delicioso y erecto pero sabía que aún faltaba más dureza en ese delicioso pene.
Nos metimos a la ducha con agua tibia él se colocó detrás de mi, rodeo mi cuerpo con sus brazos mientras me enjabonaba acariciando mis senos, mi vientre y me besaba. Se enjabonó él, nos enjuagamos nos besamos, nos secamos mutuamente y me llevo a la cama, me acostó con suavidad, me besó nuevamente, esta vez iba más despacio se notaba que deseaba disfrutar del momento lo más que pudiéramos, mi cuerpo vibraba, ardía estaba deseosa de más caricias, pero esta espera me encantaba me excitaba aún más. Sentir el calor de su piel, el peso de su cuerpo, sus manos rozando nada más cada parte de mis zonas más sensibles, mi cuerpo se movía suavemente buscando que esa caricia llegara a su término, mi respiración era agitada mi pecho subía y bajaba. Entonces Rubén dejó en libertad mi boca y empezó a bajar despacio besando mi cuello, mis senos ummm la forma en que los tomo con sus manos, su lengua pasándola por mis pezones y succionándolos, para este instante una de sus manos bajó y un delicioso dedo suyo acariciaba mi coño, con suavidad lo pasaba por el clitoris lo introducía despacio pero con firmeza presionándome dentro de mí y sacaba; siguió su rumbo besó mi abdomen, mi ombligo, llegó a mi pelvis separo con suavidad mis piernas ( aunque no le hubiera costado hacerlo, estaba completamente entregada a él ) llegó a mi clitoris pasó su lengua por él con suavidad me hizo gemir y estremecer, luego siguió lamiendo todo mi coño abriendo mis labios e introduciéndola y follandome con ella, cada vez era más intensa la comida de coño que me estaba dando, mi pelvis subía y bajaba, poco a poco iba aumentando mis movimientos, su boca empezó a darme más placer con más firmeza y velocidad me devoraba mis gemidos eran cada vez más fuertes, tenia mis manos sobre su cabeza hasta que no pude más y me corrí, en ese instante el se separó de mi coño y me penetró uff que delicia, sus movimientos intensificaron la sensación de mi orgasmo, coloque mis manos en sus glúteos apretando su cuerpo con el mío, me dejó disfrutar de la sensación de mi clímax y después empezó a moverse iba con fuerza nuevamente pero despacio mientras me besaba en la boca con gran pasión y deseo, poco a poco fue aumentado su ritmo pélvico y sus embestidas cada vez eran más rápidas y fuertes. Que delicia de movimientos, rodeé sus caderas con mis piernas pegada a él subía y baja a su ritmo disfrutando de su maravilloso y delicioso pene dentro de mí, no pude más y tuve otro delicioso orgasmo, estaba completamente húmeda, ardía no deseaba que ese momento terminara, él solo me decía lo deliciosa que era y gemía de placer.


Cambiamos de posición esta vez fui yo la que estuve sobre él, puse mis manos sobre su pecho y empecé a moverme arriba y abajo apretaba con mis músculos vaginales su exquisita verga, él tenía sus manos en mis tetas que las apretaba y acariciaba mis pezones duros de tanta excitación, de cuándo en cuando inclinaba mi cuerpo para besarlo, puse mis tetas a la altura de su boca e inmediatamente empezó a besarlas y chuparlas con gran deseo, aproveché para mover mis caderas en forma circular presionando ese delicioso pene que se ponía cada vez más duro dentro de mí; luego me enderecé y curvee mi cuerpo para atrás dejando mi clitoris a su vista e inmediatamente un dedo suyo lo acarició yo seguía moviéndome de arriba abajo, estaba disfrutando demasiado no había parte de mi cuerpo que no estuviera sensible a toda aquella explosión de placer, me corrí de nuevo aaahh que delicia, me recliné sobre su pecho acercando mis labios a los suyos y nos fundimos en un suave y delicioso beso permitiéndome tomar aliento.


Entonces nos movimos de posición, me colocó con la mitad de mi cuerpo recostado en la cama boca abajo y mi trasero apuntaba hacia arriba, las piernas separadas y esperando sentir su miembro entrando en mí de nuevo, estaba disfrutando demasiado cada momento con Rubén, era apasionado, ardiente, atento, definitivamente sabía muy bien cómo hacer disfrutar a una mujer. Se hincó detrás de mi acarició mi coño húmedo, mi trasero, apretando mis nalgas y sentí como su glande subía y bajaba acariciando mi vagina, estaba tan resbalosa que entró tan rápido y fácil,sentí sus manos agarrando mi cintura con firmeza para empezar a sentir sus embestidas, entraba y salía podía sentirlo llegar hasta lo más profundo de mi cuerpo llenándome por completo de él, que delicia como sonaban nuestros cuerpos, nuestros gemidos, esta posición me excitaba aún más, por momentos se recostaba a mi espalda y con una mano sobaba mis tetas, apretaba mis pezones que estaban completamente sensibles y esto me encendió muchísimo sentí un beso suyo en mi espalda y tuve otro orgasmo tan intenso que mis músculos vaginales presionaron con fuerza todo el pene, mi coño palpitaba y pude escucharlo prácticamente rugir de placer al sentir mi orgasmo, me dejó disfrutarlo y él empezó a moverse con fuerza y velocidad sabía que mi excitación lo había puesto a toda máquina pude percibir cómo su pene se engrosó y se puso más duro aún, sabía que estaba a punto de correrse así que empecé a mover mis caderas a su ritmo, sus manos se aferraron en mi cintura hasta que lo sentí y escuché gemir en plena corrida. Que delicia, decía, hasta me tiembla el cuerpo aaahh.
Nos recostamos en la cama abrazados con las piernas entrelazadas besándonos, él me decía lo mucho que lo disfruto, lo deliciosa que era, mientras seguía acariciando suavemente las curvas de mi cuerpo, besándome, tocando mis senos; yo seguía deseando más de él, sus besos y sus manos seguían provocando en mí el mismo fuego de un momento antes, así que separé una pierna quedando boca arriba y mientras me besaba empecé a masturbarme con mis dedos, al percatarse de lo que hacía se separó un poco y me dijo... uy pero que deliciosa eres! también te gusta hacer eso, que bárbara eres una exquisita! yo seguí acariciándome el tomo su pene que estaba nuevamente tomando fuerza, se empezó a tocar sin dejar de verme, cuando vi que nuevamente estaba listo me subí en él tomé su pene con mis manos y lo utilicé para seguir acariciando mi clitoris sin que me penetrara así estuve un rato masturbandome con ese delicioso glande mientras Rubén acariciaba mis tetas mis caderas y observaba toda la escena dejando que me diera placer con él como si fuera un dildo, podía notar lo mucho que lo estaba disfrutando y cuanto le complacía ser el artífice de propiciarme tanto placer. Hasta que no pude más y tuve un orgasmo en ese momento lo introduje en mi coño y seguí moviéndome, que orgasmo más delicioso todo mi cuerpo se estremeció, fue intenso tanto que provocó en Rubén un orgasmo casi simultáneo al mío. Nos besamos nuevamente esta vez con ternura y complicidad sonreímos, nos fuimos a duchar de nuevo sabíamos que era hora de separarnos ya el sol empezó a alumbrar las primeras horas del día. Así que Rubén tuvo despedirse pues debía de llegar a la casa de mi jefa; tenían planes de un paseo, al cual también me invitaron pero por otros compromisos adquiridos no pude asistir.
Nos besamos por un buen rato, nos despedimos sonriendo y diciéndonos lo mucho que ambos habíamos disfrutado el estar juntos. No sabíamos si la vida o el destino nos volvería a reunir. Pero esa será otra historia.
Espero lo hayan disfrutado...


Licencia de Creative Commons

El amigo de mi jefa es un relato escrito por Celeste Corrales publicado el 03-12-2020 15:16:27 y bajo licencia de Creative Commons.

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31 No me gusta0
Comentarios  
Barbara
+5 #1 Barbara 07-12-2020 18:48
Ola, no conocia la web y tiene muxisimos relatos mui buenos. Este me encanto es muy sensual y ameno. Bien hecho y un besazo a Celeste
PARTICIPA!! Escribe tu opinión

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