Perversión
Aceleras mi respiración
y llegas a mi interior,
me perviertes,
me enloqueces,
explotan mis ganas de ti
con cada imagen desorbitante
que pones en mi mente.
Me sometes
a tu lujuria y excitación.
A tu antojo,
en sumisa me convierto
y me gusta
cómo estallan mis sentidos,
se humedecen con tu imaginación.
Grito tu nombre entre gemidos,
imploro tu hombría,
tu virilidad, tu sexo,
me entrego con los ojos cerrados
a cada uno de tus juegos.
Me perviertes
y el amor no llega,
manda al pecado en su lugar
a conquistar nuestra cordura,
a ocupar
todo el espacio de mi cuerpo,
sexo, manos,
labios, lengua,
entre suspiros
todo se mezcla
con pasión desbordante.
Nuestras ganas perfectas,
complacidas
entre posiciones y fantasías.
Un danzar erótico
desde lo alto
con el timón de tus manos
en mis caderas y senos,
cómplices de tu boca.
Y me perviertes todo el tiempo,
susurras en mi oído
cual demonio delirante y perverso
que se regocija
llevándome
hacia el mismo infierno
que se convierte
en otro tipo de cielo.
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