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Luna de Miel en Kenia-Maldivas V
Escrito por Amocalabozo

CAPITULO VI
LA GOTA QUE COLMA EL VASO (I)

A la mañana siguiente, repetimos la rutina de todos los días, las chicas en la playa, comentamos la noche anterior, era inevitable, y todas lo habíamos pasado genial. Todas lo habíamos hablado con los maridos, y no había pasado nada, ya que todos habíamos follado, aunque nos dijeron que Francesco les había dicho que esta mañana quería hablar con los cuatro antes de que fueran a hacer sus actividades, bueno con los tres porque Sole se iba hoy. Lo mismo quería decirles de repetir esta noche, seguro que le gusto follarnos a las cuatro.
Los chicos de la crema acudieron puntuales, y se repitió lo de siempre. El mío super simpático, después de haberme follado la tarde anterior.
Después comida, polvo y playa. Bueno más que playa, a casa de Francesco.
Cuando llegué me dijo,
“Hola Amore, esta tarde tienes trabajo especial, bueno junto con tus amigas.
“Un trabajo especial?, ¿a que te refieres?”, le pregunté.
“Si, han venido unos clientes, que les gusta, pasarlo bien con las chicas, a su manera, pero pagan bien”, me dijo.
“No estarás hablando de prostituirme”, le pregunté un tanto molesta.
“Si, mira toma, bebe esto. Es lo mismo que te dio el chamán en la botella. Guárdalo como oro en paño, te vendrá muy bien en momentos complicados”, me dijo.
“Y este lo es, ¿no?”, le dije bebiendo lo que me daba.
“Si, pero no vas a estar sola. Vienen Rocío y Pamela”, me dijo.
“Vaya y cuantos clientes son para necesitar tres putas?”, le pregunté ya metiéndome en el papel.
“Son 10, y les gusta humillar a tope a las putas, incluso torturarlas”, me dijo.
“Ah, un plan fantástico, si. Ahí te quedas. Yo me voy”, le dije abriendo la puerta para irme.
En ese momento llegaban Rocío y Pamela.
“Chicas, vámonos de aquí, este quiere prostituirnos”, les dije.
“Genial, ¿tú no has tenido nunca la fantasía de ser una puta?”, me dijo Pamela.
“Chicas que acabamos de casarnos, que lo de anoche estuvo bien morboso y tal, pero esto es, es, es “, les dije.
“Es vida, muchacha, venga tira para dentro”, me dijo Pamela.
“Bien, desnudaros las tres, y poneros estos collares”, nos dijo dándonos a cada una un collar con correa.
Lo hicimos sin rechistar ninguna.
“A cuatro patas”, nos ordenó.
Nosotras obedecimos. Francesco, dio de beber a Pamela y Rocío, lo mismo que me había dado a mí.
Cogió las tres correas, y nos saque a las tres de su casa, como tres perras.
“Vamos perras, os esperan vuestros amos”, nos dijo.
Empezamos a andar por un camino más estrecho y pedregoso que el de la tarde anterior. Francesco iba a buen ritmo, y nuestras rodillas y manos acusaban las piedras.
"Perras, esta mañana he estado hablando con vuestros maridos. Me han agradecido mucho la noche de ayer, así como el haberos podido follar a todas. Les he hecho una oferta para alquilaros 24 horas a cambio de 2000 euros cada una. Han aceptado encantados, supongo que también por librarse un día de vosotras", dijo Francesco.
Empezamos a quejarnos y a poner peros.
Se detuvo se giró hacia nosotras y nos dio una sonora bofetada a cada una.
"Las perras no hablan, ladran, y tampoco os quiero oír ladrar", nos dijo emprendiendo de nuevo el camino.
Afortunadamente no fue muy largo. Pronto llegamos a una zona vallada. La valla, estaba hecha de bambú, con una altura considerable, que impedía ver lo que había dentro. Abrió la puerta de metal que la cerraba y entramos dentro del recinto. Parecía una antigua granja. Había un cobertizo grande que podría perfectamente ser un establo, una choza grande, que hacía las veces de vivienda, y varios cobertizos más pequeños que perfectamente podían ser para guardar aperos e incluso lo que en su momento produjera la granja.
Más o menos en el centro, había una jaula, también hecha de bambú, que no tendría más de un metro de altura, y 4 o 5 de larga.
Colgando de los barrotes del techo de la jaula había otros aperos y no de labranza precisamente. Nos llevó hasta ella. Empezó por Rocío, poniéndola tobilleras, y muñequeras metálicas, como los grilletes de las películas, una mordaza en la boca, con una bola de grandes dimensiones, bastante más que nuestras bocas, hechas de paja o alguna otra fibra de la sabana, y la metió en un extremo de la jaula, sujetando los grilletes de las muñecas la parte alta de la jaula, con las manos separadas como medio metro.
Los de los tobillos los sujeto a la parte baja de atrás, más o menos con la misma apertura de piernas que los brazos.
Repitió el proceso con Pamela y conmigo.
Una vez las tres enjauladas cogió tres ganchos metálicos con la punta redonda, y una cuerda en el otro extremo, y nos metió uno en el culo a cada una. Luego paso las tres cuerdas por una de las barras superiores de la jaula, atándolas a un palo de bambú que había en el techo, en la parte exterior trasera de la jaula. Una vez los tres ganchos atados, empezó a bajar el palo hacia el suelo. Eso provocó que los ganchos tiraran de nuestros culos hacia arriba, hasta dejarnos prácticamente con el culo en el techo de la jaula.
Sujeto el palo a no sé dónde y nos quedamos las tres con las piernas semi dobladas y prácticamente con todo el peso de nuestro cuerpo soportado por el gancho del culo. Si aquel gancho hubiera tenido pico en vez de ser redondo seguro que nos habría desgarrado por dentro. La tensión que al menos yo notaba en el culo, era tremenda.
"Durante estas 24 horas, no vais a comer ni a beber, al menos comida o agua, ni a dormir, nos decía Francesco mientras nos hacía fotos colectivas e individuales por delante y por detrás.
" Las fotos las estoy enviando a un grupo de chat que he creado esta mañana con vuestros maridos, para que puedan veros y divertirse con las cosas que os harán los clientes, también os haré algún video, e incluso no descartes que puedan venir en cualquier momento a reírse de vosotras, y también lo reciben los clientes para que sepan que estáis listas y pueden venir cuando quieran"
Genial, pensé yo. Seguro que terminamos en alguna web porno.
"Ser muy obedientes y complacientes con los clientes. Han pagado 1000 euros cada uno, y no quieren niñatas, sino perras muy obedientes. Si no obedecéis como ellos quieren, seréis duramente castigadas", nos dijo Francesco.
Pues un plan de puta madre, pensé, y si cada uno ha pagado 1000 euros y son 10, este ha recaudado 10.000 euros. Ha dado seis mil a nuestros maridos, por lo que el tío se ha quedado con 4000 euros. Que hijo de puta.
Al momento se abrió la puerta del recinto y fueron entrando los tíos. Venían en bañador que se quitaron nada más cerrar la puerta del vallado.
Se acercaron a la jaula, hablaban en inglés, lo traduzco para facilitar su comprensión.
"Muy buenas perras, Francesco, gran elección como siempre", decían mientras nos tocaban tetas, coño, culo...
Francesco estaba haciendo un video.
Nos fue presentando,
"Perra Rocío, 30 años, casada hace 15 días, endocrina, hija de buena familia, se la conocen 3 novios antes del marido. Es buena puta.
Perra Pamela, 32 años, casada hace 10 días. Sin oficio. Ninfómana de nacimiento. En la intimidad cuenta que su primera experiencia sexual, fue con 16 años con un vecino de 45. Se folla a todo lo que se mueve, y no es la primera vez que cobra por hacerlo. Imposible saber el número de pollas que han entrado en su cuerpo.
Perra Lucía, 29 años, casada hace 13 días, administrativa, tierna, romántica, antes de casarse habían entrado en sus agujeros 20 o 25 pollas, no lo sabe con exactitud. Ayer tarde noche, la follaron y encularon 38 tíos".
Todas nos mirábamos sorprendidas de lo que escuchábamos de las otras sin saber cómo Francesco había conseguido esa información nuestra, aunque en mi caso yo le había contado todo. Seguramente las otras también.
Francesco nos dio a leer los comentarios de nuestros maridos a las fotos y el video. Nos ponían de vuelta perejil. El de Rocío ponía que esperaba que aquellos tíos nos dieran una buena paliza, Álvaro que como se había casado con esa puta, que engañado le tenía, y Julio, el de Pamela, que mientras le llevará 2000 euros por sesión, que puteara todo lo que quisiera.
Los clientes se movían por el recinto con total conocimiento del mismo, por lo que era más que evidente que no era la primera vez que estaban allí.
Abrieron la jaula, nos soltaron los pies y las manos, y entre seis nos estiraron brazos y piernas por fuera de los barrotes de la jaula. Nos quedamos colgando del gancho del culo. En mi caso el gancho, y con el mi recto, estaban soportando los 53 kilos que pesaba. Dolía un montón, y más que nos movían de las manos y los pies haciéndonos bailar colgadas del culo. Las tres gritábamos. El dolor era horrible.
Los clientes reían y se nota a cómo se empalmaban con nuestros gritos, en definitiva, con nuestro sufrimiento. Cuando se cansaron del jueguecito, subieron la barra que sujetaba los ganchos y las tres caímos sobre los barrotes del suelo de la jaula.
"Tú, perra", me dijeron a mí, "Sácale el gancho a la de al lado y la lames bien el ano. Esa lengua de perra en celo tiene que perderse dentro de su culo"
Vaya, empezaban fuerte. Me parecía muy humillante tener que lamerle el culo a otra tía por obligación, pero las palabras de Francesco de que seríamos duramente castigadas sino obedecíamos, retumba aún en mi cerebro, y obedecí.
Debido a la propia dilatación de había cogido el ano de Rocío de la suspensión de él, no fue complicado sacárselo, y meterme todo lo que pude la lengua en él.
"Mueve la lengua dentro de su culo en círculos y como si la encularas".
Nuestros maridos estaban viendo como enculábamos a las otras con la lengua.
Luego le tocó a Rocío, sacar el gancho a Pamela, y encularla igualmente con la lengua, mientras yo seguía encula do a Rocío, que la muy cabrona llegó a jadear en algunos momentos. Cogió uno de los pelos a pamela, ordenando a Rocío que no dejara de encularla con la lengua la sacaron de la jaula volviendo a meterla a mi altura, para que me quitara el gancho y me enculara con la lengua. Quedamos haciendo una O.
Estuvimos así un buen rato, mientras que dos de los tíos, traían unas peanas, la ponían en el centro más o menos del patio aquel, y colocaban en su parte superior el palo con los ganchos atados.
Cuando se cansaron de que nos enculábamos, nos ordenaron salir a las tres y colocarnos bajo los ganchos. Quedaban muy altos para poder metérnoslos, o eso creíamos.
Un tío nos cogió por la cintura levantándonos, y otro nos metió el gancho en el culo. Pues si llegábamos, eso sí de puntillas y por los pelos.
Pusieron un tronco horizontal con patas, más o menos a medio metro del suelo, y nos sujetaron las manos en él.
La posición era casi circense, con el cuerpo haciendo un ángulo de no más de 30°, de puntillas con el culo super levantado y las manos casi en el suelo, pero lo peor estaba por llegar. Un tío, nos fue poniendo dos agujas hipodérmicas en cada pezón, haciendo una X. Chillamos como cerdas en el matadero al notar como atravesaban nuestros pezones.
A cada X, ataron una cuerda fina de esas de bramante, y la cuerda, por el otro extremo, totalmente tirante, al tronco horizontal donde también teníamos atadas las manos. Como consecuencia, cualquier movimiento que hiciéramos de cuerpo, nos iba a causar daño en el culo y en los pezones.
Uno que era el que parecía llevar la voz cantante, nos dijo.
"Now we`re going to fuck yours mouths. If a of yours vómits, you Will all be severely punished with 20 lashes on yours cunts. If two vomirs the lashes will be 40 and If all three vomit, 60 lashes. Each vomit that Each of yours, has Will generate a punishment off 20 laxes in té pussy".
Joder, pensé para mí, pues pueden irse preparando nuestros coñitos. Si yo con una polla follándome la boca había vomitado, con 10 iba a echar hasta la primera papilla. Era incalculable el número de vómitos que cada una pudiera tener y por tanto el número de latigazos que recibiríamos en el coño.
De todas formas, aquellos tíos no nos lo iban a poner fácil. Nos habían contratado para torturarnos, y eso es lo que empezaban a hacer.
Se pusieron tres con Pamela, cuatro con Rocío, y otros cuatro conmigo, ya que Francesco como no podía ser de otra forma también se había unido, y estaba en el grupo de Rocío.
Cada uno del grupo, llevaba una fina vara de bambú, y a excepción del que te metía la polla en la boca los que esperaban turno azotaban entre las tetas, las tetas el culo el coño, y lo hacían con fuerza, nada de tonteo. Entre el movimiento de nuestros cuerpos al follarnos la boca y los azores, provocaban que los pezones se estirasen al límite de rasgarse por donde las agujas, y el gancho del culo se clavara más adentro.
Los tíos, iban a provocarnos todos los vómitos posibles, y consiguieron una buena cantidad. Pamela vomitó 5 veces, Rocío 6 y yo 4. Algo había aprendido con Francesco. Hacían una cifra redonda de 15 vómitos que resultaban 300 azotes en el coño.
Nuestros coños no iban a soportar ese castigo sin quedar seriamente heridos. Aunque a aquellos tipos les importaba una mierda.
Cuando terminaron de follarnos la boca empezaron con los azotes.
Las tres a la vez para hacerlo más rápido según dijeron. Tenían que aprovechar el tiempo.
Tres que supongo serían los más diestros en el manejo efectivo del látigo cogieron un látigo, y dos tíos cogieron nuestras piernas abriéndolas y separándolas bien para que los latigazos fueran todos certeros.
Nos dejaron colgando literalmente del gancho del culo.
El daño de cada latigazo era indescriptible que se unía al estiramiento de los pezones al movernos y el daño del gancho que yo estaba convencida de que iba a terminar por rasgar os el ano entero.
A no sé que número de latigazo, me desmaye.
Cuando desperté estaba metida en la jaula con Pamela. Ella también había perdido el conocimiento.
Nos miramos los coños y el ano. El coño lo teníamos tremendamente hinchado, y con cortes en varios puntos de los labios provocados por el látigo. Pamela tenía incluso un corte en el capuchón que esconde el clítoris. Los anos los teníamos muy alargados, pero aparentemente sin daños interiores. Los pezones, que seguían con las agujas puestas estaban rajados. Se había hecho una raja en las agujas, en vez del agujero que producen al clavarlas, aunque no habían llegado a romper el pezón.
Nos preocupó el no ver a Rocío ni a los tíos por allí.
"Que habrá pasado con Rocío?", le pregunté a Pamela.
"No lo sé, pero es muy raro que no esté con nosotras. A ver si le ha pasado algo", contestó.
"Tú crees?", dije.
"Espero que no, pero estos tíos están muy locos. Son unos sádicos", dijo ella.
"Demasiado sádicos", dije yo.
Empezamos a escuchar gritos de Rocío. Provenían de lo que parecía un viejo establo.
"Vaya pues la tienen allí", dije yo señalando el establo.
"Joder, sí. ¿Que la estarán haciendo?, chilla como una posesa", dijo Pamela.
Al poco la trajeron tres tíos en brazos y la tiraron dentro de la jaula. Venía semi inconsciente. Tenía las tetas en carne viva.
Me cogieron a mí, y me llevaron para el establo.
Nada más entrar, me pusieron boca arriba, en una especie de rueda de carro de madera atándome a ella con los brazos y piernas totalmente abiertos. Me sujetarán también con una correa a la altura del estómago.
Uno me quitó las agujas de los pezones, y entre varios levantaron la rueda y la dejaron caer hacia delante. En décimas de segundos pensé que acabaría aplastada por el peso de la rueda contra el suelo, pero no fue así. La rueda tenía un mecanismo que yo no había visto y permaneció a escasos cms del suelo. Vi, justo a la altura de las tetas, había una tabla con cristales pegados, del estilo a los que se ponían antiguamente en las vallas para que la gente no trepara. En algunos de los cristales, había sangre, seguramente de las tetas de Rocío.
Me explicaron que este era un juego de preguntas de cultura general. Que mientras la respuesta fuera correcta la rueda permanecería donde estaba, pero que, si la respuesta era errónea, la rueda bajaría unos centímetros, y añadieron que fallando 6 respuestas las tetas se quedarían en los cristales.
Aquellos tíos estaban más locos de lo que se pudiera imaginar, pero mis tetas estaban en peligro, no era nada buena en juegos de preguntas y respuestas.
Empezaron,
1.- "Cuál es el tercer planeta del sistema solar?
Recordé lo aprendido en el colegio, mercurio, venus, la tierra.
" La tierra", contesté.
"Very well", contestó.
Ya sólo quedaban 9.
2.- "Cual es el país más grande del mundo?", preguntó el segundo.
Supuse que China, ya que seguro que era el de mayor población.
"CHINA", contesté.
"Wrong answer", me dijo.
Dios, la rueda descendió. Veía los cristales a escasos milímetros de mis pezones.
3.-"Que órgano del cuerpo humano consume más energía?"
Hubiera dicho el coño, pero no, la pregunta era genérica.
"El cerebro", dije. Me sonaba.
"Very well".
La rueda subió.
4.- "Quién es Jeff bezos? ", preguntó el tercero.
“El creador de Amazon”, contesté.
“Very well”
No iba mal, quedaban seis preguntas y la rueda seguía como al principio, aunque no sé que por me daba que las preguntas más difíciles serían las ultimas.
5.- “Quien es el autor del Quijote?”
“Miguel de Cervantes”, contesté.
“Very Well”
6.- “Con que se fabricaba el pergamino”
Joder, ni idea.
“Con la hoja de alguna planta”, contesté.
"Wrong answer", me dijo.
La rueda bajó nuevamente, y el tío la hizo girar una vuelta entera. No estaba muy equilibrada, y por unos lados iba a una altura y por otros a otra.
Quedaban 4 preguntas, no podía fallar ninguna o probaría los cristales.
7.- “¿Que es más pequeño, un átomo, o una molécula?
Ni idea, al 50%
“La molécula”
"Wrong answer", me dijo.
La rueda bajó nuevamente, y el tío la hizo girar una vuelta entera. Mis pezones rozaron los cristales, arañándolos un poco. Llevaba falladas tres y quedaban otras tres. Como fallara otras, los cristales ya me cortarían las tetas.
8.-Cual es el estado que tiene menos habitantes del mundo?
“El Vaticano”, respondí.
“Very well”, me respondió.
Respiraba un poco. La rueda subió un punto.
9- Que fue el macartismo estadounidense?
Ni idea. Empezaba a sentir un pánico atroz.
“No sé”, contesté.
"Wrong answer ", me dijo.
La rueda bajó nuevamente, y el tío la hizo girar una vuelta entera pero ahora en sentido contrario a la de antes.
Mis tetas tocaron libremente los cristales, no puede evitar lanzar un fuerte grito al notar como los cristales cortaban mis tetas.
10.- Cual es la universidad más antigua del mundo?
Era la típica pregunta, para fallarla si o si. No tenía ni idea.
“No lo sé”, contesté.
"Wrong enser ", me dijo.
La rueda bajó nuevamente, y el tío la hizo girar una vuelta entera pero ahora en sentido contrario a la de antes.
Mis tetas volvieron a chocar con los cristales, y se produjeron nuevos cortes, Volví a gritar con todas mis fuerzas. No me las veía casi nada, pero al menos estaban en su sitio.
Me desataron de la rueda, y me llevaron nuevamente a la jaula, tirándome en ella, y se llevaron a Pamela.
“Joder, te han cortado bien las tetas”, me dijo Rocío que vino a consolarme,
“No jodas, ¿hay mucho destrozo?”, le pregunté. Yo no quería ni mirármelas.
“Mas o menos como yo, dos cortes profundos en cada teta y muchos arañazos”, yo creo que calculan que todas recibamos los mismos castigos.
“Si mis cortes son como los tuyos, no son muy profundos”, le dije.
“Lo suficiente para dejarnos una cicatriz de por vida”, me dijo ella.
“Joder, eso no se paga con 2000 euros”, le dije.
“! Que hijos de puta nuestros mariditos, ¡vendernos por 2000 euros para que nos desuellen vivas!”, dijo Rocío.
“Mujer, supongo que ellos no sabían lo que iban a hacer”, le dije, intentando defenderlos.
“Y Dios sabe lo que nos tendrán aún preparado los locos estos”, me dijo Rocío.
Empezamos a oír chillar a Pamela.
“Esta pobre ya está jugándose las tetas”, dije yo.
“Ya verás como viene más o menos como nosotras”, me dijo Rocío.
Chillo varias veces más antes de que dos tíos la trajeran, diciéndonos,
“Well whores, before we destroy your pussy and ass any more, we're going to fuck those two disgusting holes”.
La declaración de intenciones que hacían, era, cuanto menos, preocupante. Pero bueno si nos follaban los 10 a poco que tardaran, teníamos consumido 3 o cuatro horas.
Efectivamente las tetas de Pamela, no estaban más dañadas que las nuestras.

CONTINUARA


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Luna de Miel en Kenia-Maldivas V es un relato escrito por Amocalabozo publicado el 13-06-2022 22:02:03 y bajo licencia de Creative Commons.

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