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La vaca puta (final)
Escrito por Pandora

El tiempo de espera había llegado a su fin, pronto llegarían al muno mis terneros y los de mi Amo, y no podría estar más feliz por ello. Mi Amo estaba muy contento y más durante estos últimos días antes del parto, quien me iba a decir aquel día que le conocí, que algún día sería la mujer más feliz del mundo.

Todo pasó hace unos diez años, cuando trabajaba de ejecutiva para una gran empresa que mantenía a pequeños granjeros, a cambio de unas cuotas mensuales bastante elevadas. Había una granja en especial, que siempre nos estaba dando problemas, por lo que mis superiores me enviaron a que llevara una carta de desahucio a aquel granjero.

Había tenido un largo día de trabajo, pero tenía que coger un avión para mañana por la mañana temprano, poder entregarle la carta al susodicho granjero y volverme a casa. El aeropuerto fue rápido, y no fue largo el trayecto entre el aeropuerto de llegada y mi hotel, por lo que rápidamente me fui a descansar.

A la mañana siguiente, estaba ya lista en la puerta del hotel a las nueve en punto siendo recogida por mi taxista, y llevada a la granja, donde al ver a aquel granjero, pensé que era el hombre más guapo del mundo. Me acerqué a él, marcado el cuerpo en su camiseta a causa del sudor, y sin apenas mediar palabra por los nervios, le di la carta.

Abriéndola y leyendo su contenido, cambió su hermosa sonrisa por una cara seria y penetrante, produciendo cierto nerviosismo en mi piel. Me invitó a tomar una copa, y sin dar mucha importancia a este hecho, fuimos dentro de la casa y tras tomarme la copa, empecé a sentirme adormilada y todo se volvió negro.

Sentía la cabeza como en una nube, mi vista poco a poco se iba aclarando, y al tirar de mis extremidades, me di cuenta de que estaban atadas, no podía juntarlas, y eso me puso muy nerviosa, sudor frío corría por mi piel desnuda. Entonces le vi a él, sentado sobre un pequeño sofá, con un pequeño vaso…

….

El parto estaba a la vuelta de la esquina, sentía las contracciones en mi tripa, por lo que salimos corriendo hacia el hospital más cercano, que quedaba a una media hora de la granja. Se notaba que los dos estábamos nerviosos, la espera había acabado y esto ya se ponía en marcha.

El médico ya estaba listo cuando nosotros llegamos, por lo que rápidamente me metieron en el paritorio. Todo iba según lo previsto, por lo que no tardé demasiado en traer al mundo a los niños, un niño y una niña, preciosos los dos, y por una vez, mi Amo me dio un beso con tanta ternura, que creí desmayarme.

Los días en el hospital fueron breves, se pasaron demasiado rápido y menos mal, pues nos costaba llevar nuestra vida allí dentro, mi Amo ayudaba a deshinchar mis tetas llenas de leche, ya que tras la producción tan masiva de los últimos años, los niños no daban a basto. Pronto nos pudimos ir a casa, y yo era ordeñada tras la toma de los pequeños, pero por el resto habíamos decidido que mantendríamos una vida más o menos normal, hasta que los niños tuvieran la edad suficiente para entender nuestro modo de vida.

….

Se acercó a mi imponente, serio, musculoso, varonil, etc, todo él destilaba un aire de misterio, que hasta en situaciones como esa, me ponía cachonda sin poder yo evitarlo. Acercando todavía más su polla a mi coño, me penetró con violencia provocándome un desgarrador chillido salido de mi garganta.

En la sala no paraba de sonar una música un tanto extraña, la cual sentía que iba calando cada vez más en mi interior, en mi cerebro. Golpeaba fuerte mi interior, una y otra vez mientras que tiraba de algo enganchado a mi cuello.

- Eres mía, y sólo mía… Voy a convertirte en mía puta…. - Se me estaba insertando en el cerebro, sólo podía pensar en que tenia que ser suya.

- Sí, por favor, hazme tuya… - Esa música me estaba taladrando el cerebro, ¿por qué él llevaba los oídos taponados?

- Eres mía, mía, y sólo mía…

Cada vez sentía como si mi cerebro se apagara, sólo pensaba en él, en querer estar con él, en querer servirle sólo a él…

….

Los niños iban creciendo muy rápido, manteníamos nuestra vida en la granja sin que ellos no se dieran cuenta de la realidad que había, que yo era una vaca lechera de mi Amo. Cuando los niños cumplieron los dieciocho años, todo cambió, pues a mi hija la habíamos estado hipnotizando para que aceptara de buen grado su nueva vida de vaca también.

Nos encargábamos de descargar las pollas de nuestros Amos, mi Amo y mi hijo, los cuales ya diseñaban los planes para volver a preñarnos a las dos, y que tuviéramos los terneros juntas. Hace un tiempo que el médico nos visita varias veces a la semana, y cuando nos ponía las inyecciones, estábamos todo el día rebuznando, mientras nuestros coños no paraban de soltar jugos.

- Estas vacas ya están listas para la crianza, podéis volver a preñarlas sin problema. Están en celo jaja…. -las mordazas en nuestra bocas hacía que sólo pudiéramos emitir sonidos guturales.

- Por estos años de servicios, te dejo que preñes a la vaquilla… la vaca ya sabes que es para mí, por supuesto. John hijo, ayuda al doctor a controlar a la vaquilla.

….

Me tapó la boca con la mano, no podía decir nada, pero el placer que estaba sintiendo era descomunal, iba a ser el orgasmo de mi vida, y así fue. Me corrí como nunca me había corrido, y al sentir su semen inundando mi interior, algo en mi interior se selló, ya era suya, ya no había vuelta atrás.

Apagó la música y se destaponó los oídos, para luego venir a mi lado y tras soltarme, nos quedamos completamente dormidos. Al día siguiente, no me quería ir de allí e invertí mi dinero en la granja, no podíamos perderla.

Estando donde las vacas, me puse a juguetear con uno de los succionados, y pensando que estaba sola, probé a engancharlo a mis tetas, pero no acababan de encajar. Entonces apareció él, por lo que dejé caer eso, pero traía un líquido, y tras susurrar algo, no podía moverme, así que me lo extendió por las tetas, me enganchó y sentí las succiones en los pezones.

- Esto te gusta eh puta… a partir de ahora me vas a dar leche de tus ubres, porque ya no son tetas. - Sonreía maliciosamente.

- Nnmnnm… - No podía hablar, ¿qué pasaba?

- No te preocupes, te acabará encantando, y sólo desearás hacer esto por y para mí- Trajo unos cascos, y me volvió a poner la música esa.

Enganchó a mi cuello, un collar de baca, y dejo mis manos atadas, para que no pudiera hacer nada, y me dejó ahí, pero para colmo, tenía razón con que eso me ponía cachonda.

….

Mi hija estaba frente a mí, con las manos atadas a diferentes lados, dejándola estirada sin poder moverse, y enganchada a los sacaleches. Detrás de ella estaba el médico con su buena polla, la cual hacía que mi boca se hiciera agua, moviéndose por su culo hasta penetrarla con fuerza. Mi hijo se encontraba entre las dos, follándonos las bocas, y a la vez yo sentía como era follada por mi Amo, con fuerza, marcando a su vaca.

Nos corrimos las dos a la vez, y unos meses después, éramos folladas por nuestros Amos, mientras que nuestras panzas de embarazadas y las ubres lecheras, rozaban contra el suelo. Nos besábamos la una a la otra, mientras sentíamos los vaivenes de la follada que nos estaban dando.

Ya le había hecho lo mismo que a mí en el coño a mi hija, y sólo nos podíamos correr con las pollas de nuestros Amos, los cuales nos habían puesto unas máscaras con candado para que no pudiéramos usar nuestras bocas, sólo para que ellos nos la follaran.

Así éramos felices, no necesitábamos nada más, y quizás haya gente que no lo entienda, pero así somos nosotros, una familia de lo más peculiar, que iba creciendo, tanto en ganado como en Amos.


Licencia de Creative Commons

La vaca puta (final) es un relato escrito por Pandora publicado el 11-07-2021 15:41:01 y bajo licencia de Creative Commons.

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Comentarios  
Sylvya
0 #2 Sylvya 10-09-2021 12:54
Es durillo el relato. He leído todos los capítulos y reconozco que engancha. un beso
Gerard
+1 #1 Gerard 12-07-2021 00:29
una pena que finalizar la saga porque estos relatos son espectaculares. Gracias por ofrecerlos
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